Capitulo 20 - Miedo a perderla

Alexander … 

Después del último encuentro que tuvimos con Karina en el cuarto rojo, salgo y voy a mí habitación a preparar el jacuzzi, quería traer a Karina y por primera vez bañarnos juntos, aunque ya nos habíamos bañado juntos la primera vez que nos conocimos, pero no era lo mismo que aquí en mí penthouse y en el jacuzzi 

Pero al volver al cuarto rojo Karina ya no estaba, salgo de prisa para su habitación y tampoco la veo, me entró la desesperación al pensar que se había ido

Bajo corriendo las escaleras con la esperanza de que aún estuviera ahí, pero al llegar a la sala tampoco estaba, ni ella, ni sus cosas, eso significaba que se había ido 

Frustrado me siento en el sofá y comienzo a tirar todos los almohadones que había encima, de solo pensar que Karina se había ido 

Tomo mí celular y lo llamo al chófer para saber si ya Karina había llegado a su departamento

📲 - Señor dígame — me dice él chófer ni bien responde

📲 - ¿Ella ya está en su departamento? — le pregunto de una 

📲 - Si señor, hace 5 minutos que la deje, ya estoy volviendo para su edificio — me dice y cuelgo el teléfono 

Accedo desde mí teléfono a las cámaras de seguridad de su departamento y cuando logro acceder, mí corazón se detiene al ver a Beatriz ahí con una cuchilla en la mano 

Me levanto de golpe del sofá y salgo corriendo del penthouse, al llegar al estacionamiento el chófer justo estaba entrando, así que antes de que estacionara el auto corri hasta él 

— Karina está en peligro — les grito a mis guardias y ellos corren a sus autos, yo me subí al auto y salimos a toda velocidad de nuevo para el departamento de Karina 

10 minutos nos tomó llegar al departamento de Karina, mis hombres se bajaron de prisa y corrieron hasta la puerta y de un golpe la abrieron entrando sin perder tiempo

Cuando entro yo al departamento, mis guardias ya tenían a Beatriz controlada, miró a Karina y la veo en el piso llorando con todo su brazo sangrando 

Corrí hasta ella y la tomé en mis brazos para llevarla al hospital, pero antes de salir del departamento les dije a mis guardias que se llevarán a Beatriz a la comisaría y salgo nuevamente para mí auto 

Le digo al chófer que nos lleve al hospital, y este arranca de prisa, mientras yo sostengo a Karina en mis brazos 

— Tranquila mí amor, todo estará bien — le digo intentando calmarla, eran tantos los nervios que tenía al verla sangrando, que ni pensé en las palabras que le dije 

Ella seguía llorando por el miedo que sentía que se me partió el corazón al verla así  

Llegamos al hospital y enseguida me bajo del auto y cargo a Karina nuevamente en mis brazos y corro con ella hasta la guardia pidiendo un médico

Pasaron a Karina a una camilla y se la llevaron de inmediato a tratar su herida, yo me quedé en la sala de espera, esperando noticias de ella

Caminaba de un lado para otro con muchos nervios qué me estaban consumiendo y con mucho odio hacia Beatriz 

Jamás le iba a perdonar lo que le había hecho a Karina, le dejé bien en claro que con ella no se metiera y no me escuchó, ahora la refundire en la cárcel 

Media hora después sale el médico que se la llevó y se acerca hasta mí 

— ¿Usted es familiar? — me pregunta 

— Si, es mí novia, ¿Cómo está ella? — le pregunto con muchos nervios 

— Bueno, la herida fue profunda, llegó a cortar algunas venas y perdió mucha sangre, tuvimos que hacerle varios puntos y vendarla — me explica el médico 

— ¿Pero se encuentra bien ella? — le pregunto ya que no me lo ha dicho

— Si, ella está bien, la mantendremos internada unos días para controlar que la herida no se le infecte. ¿Ella intentó suicidarse? — me pregunta de repente 

— No, ella no intentó suicidarse, le cortaron el brazo, pero esa persona ya se encuentra detenida — le digo yo sin darle tanta explicación 

— Oh de acuerdo, bueno, ya hemos pasado a su novia a una habitación, si quiere puede pasar a verla — continúa diciendo 

Yo solo asentí con la cabeza y el médico me indicó cual era la habitación donde la habían pasado a Karina 

Al llegar a la habitación, Karina se encontraba sentada en la cama perdida en sus pensamientos, me acerque a ella con cuidado de no asustarla y me senté a su lado 

Cuando ella me vio, en su mirada había enojo, mucho enojo 

— ¿Qué haces aquí? Vete, no quiero volver a verte, estoy aquí por tu culpa, esa loca psicópata me quiso matar por ti, vete, ya no quiero más problemas — me dice comenzando a llorar 

— Lo siento, jamás imaginé que esa loca atentaría contra tu vida, perdóname Kari te juro que voy a hacer que ella pague por esto que te hizo — le digo intentando tranquilizarla 

— No, siempre soy yo la que sufre, ya no quiero seguir con esto, contigo, vete Alexander — continúa diciendo y mí corazón se acelera de solo pensar en que ella me quiera dejar 

— Firmaste un contrato, sabes que hasta los 6 meses no puedes cancelarlo o deberás pagar la multa de 50 millones por incumplimiento del contrato — le digo recordándole que no puede terminar conmigo 

— No es justo Alexander, en el contrato no decía que tenía que aguantarme a la loca maniática de tu ex y mira como terminé — continúa diciéndome llorando 

— Ya lo sé, te estoy pidiendo perdón por eso, ya me encargué de ella, la mandé a prisión y de ahí no va a salir — continúo diciéndole para que entienda 

— ¿Cómo supiste que ella estaba en mí departamento? — me pregunta de repente y yo me quedo en silencio, no se que responderle y no le puedo decir que puse cámaras en su departamento — Alexander responde, ¿Me estás vigilando? — vuelve a preguntar y yo continúo en silencio 

Maldito este momento en que mi mente se pone en blanco y no se me ocurre qué responder 

— No es así, yo no te estoy vigilando, yo … — maldita sea no se me ocurre qué responderle 

— ¿Alexander es en serio?, ¿pusiste cámaras en mí departamento? ¿Es así como supiste enseguida que Beatriz estaba ahí? — continúa preguntando 

Justo cuando estaba por decirle la verdad porque ya no me quedaba más alternativa, en ese momento justo entra el médico y una enfermera a ponerle un medicamento 

“Salvado por la campana” — pienso para mí mismo 

Enseguida tomo mí teléfono y le mando un mensaje a Tomás diciéndole que me ayude con una excusa para decirle a Karina sin tener qué decirle la verdad 

En pocos minutos me llega la respuesta de Tomás y al leerla sonrió agradecido 

El médico y la enfermera terminaron de atenderla a Karina y salieron de la habitación dejándonos solos nuevamente 

— No has respondido mí pregunta Alexander — vuelve a decir cuando volvimos a quedar solos 

— No, no te estoy vigilando Karina, supe que Beatriz estaba en tu departamento, porque se escapó del hospital y mis hombres la estuvieron buscando y por las cámaras de la ciudad pudimos ver qué se dirigió para tu departamento, por eso llegamos allí en ese momento justo — le digo cruzando los dedos esperando a qué se lo crea 

Ella se queda en silencio mirándome, parece que se la creyó, suspiró profundamente aliviado de no haber tenido qué decirle la verdad 

Quedamos en silencio los dos por bastante tiempo, ninguno sabía de qué hablar o ninguno se animaba a hablar, hasta qué ella habló 

— ¿Te ha dicho el médico cuándo me puedo ir? — me pregunta 

— Si, me dijo que te iban a dejar internada por unos días para controlar que la herida no se te infecte — le digo lo mismo que me dijo el médico 

— No puede ser, no puedo quedarme internada, mañana trabajo, es mí segunda semana de trabajo, no puedo faltar o me despedirán — me dice preocupada 

— No te preocupes por el trabajo, si te despiden yo puedo darte toda la plata que necesites para cualquier cosa — le digo para qué no se preocupe tanto 

— No Alexander, yo no solo trabajo por la plata, sino porque me gusta mí trabajo, por eso estudié Literatura, no puedo perder ese empleo — me dice ofendida y preocupada 

— Bueno, déjame hablar con el dueño de la editorial, yo le diré lo que te ocurrió y del porque faltarás unos días, no te angusties por eso, ¿De acuerdo? — le digo para que no se preocupe — Ten, mis hombres te trajeron tu bolso y tu celular — le digo pasandole su bolso 

— Gracias — me dice tomándolo 

— ¿Quieres que me quede contigo está noche, o prefieres llamar a alguien más? — le pregunto

— No, ve tranquilo, yo puedo quedarme sola, solo tengo lastimado un brazo, aún puedo caminar y hacer las cosas por mí misma — me dice sin problema 

— No te quedarás sola toda la noche, yo ahora iré a hacer unas cosas y cuando termine vuelvo para quedarme contigo — le digo levantándome de la silla 

— Alex no necesitas quedarte conmigo, ve a descansar que tu trabajas mañana — me dice 

— No se discute mi decisión, en un rato estoy de vuelta — le digo saliendo de la habitación rápido sin darle tiempo a objetar 

Salgo de la habitación y lo primero que hago es llamar a Tomás para que me consiga el número de teléfono del dueño de la editorial, unos minutos después me llega el mensaje de él con el número por lo que decido llamarlo yo mismo 

Hablé con el dueño de la editorial y le pregunté si me la vendía, que estaba dispuesto a pagar lo que fuese por ella, y él me la vendió

Ahora la editorial era mía y Karina ya no tendría que preocuparse por si la despiden o no porque el jefe ahora soy yo 

Lo volví a llamar a Tomás para que arreglará todos los papeles de la compra y yo me dirigí hasta la comisaría para ver cómo iba el tema de la denuncia contra Beatriz.

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