Capitulo 5 - Ser obediente

Karina …

A la mañana siguiente me despierto, miro la hora en mí celular y eran las 6 a.m. Tenía muchas llamadas perdidas tanto de mis padres como de Leonardo. Mensajes de él rogándome para que vuelva, diciendo que está arrepentido y que me extraña. Diciendo cuánto me ama y pidiéndome que lo perdone 

Cuánto cinismo tiene en su mente, pensar que yo lo voy a perdonar, está muy equivocado, Leonardo murió para mí, hace dos días cuando decidió dejarme plantada en la iglesia por estarse revolcando con mí hermana 

¿No que según él, le dijo a ella que era infeliz conmigo? ¿Para qué quiere que lo perdone? Se terminó, ya no pienso desperdiciar ni un día más de mí vida con un hombre como él, que se quede con Tamara, a mí ya no me interesa ni verlo 

Me duele, no lo niego, 3 años lo amé con locura, y recordar ese video me hace llorar. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué justo con mí hermana, habiendo tantas mujeres en esta ciudad? Aunque me duela debo mantenerme fuerte, Leonardo ya es pasado y no está incluido en mí nueva vida.

Me levanto de la cama, busco en el armario algo para ponerme, y me termino colocando un vestido corto que apenas y me tapa la cola. Voy al baño a hacer mis necesidades y luego bajo a la cocina 

Al llegar no había nadie, Alexander de seguro está dormido aún. Comienzo a revisar la heladera a ver qué había para desayunar y había de todo, pero lo que más me llamó la atención era la Nutella y unas fresas que había en una bandeja, se me hizo agua la boca al imaginarlos en unos waffles, por lo que comencé a preparar la masa de los waffles 

Coloque música en mí celular, un compilado de electro pop, ya que me gusta todo lo que es música electrónica y comencé con la preparación de los waffles

Estaba muy entretenida bailando mientras preparaba los waffles, hasta que la música se cortó por una llamada entrante 

Miro mí celular y veo que nuevamente me estaba llamando Leonardo, por lo que procedo a cortar la llamada y continuar con la música.

Nuevamente la música se corta por otra llamada de Leonardo y ya fastidiada decido responder 

📲 - ¿Que quieres? — digo en un tono molesto 

📲 - Kari por favor, necesitamos hablar, déjame explicarte lo que sucedió el viernes, no es lo que piensas — ¿no es lo que piensas me dice? Que caradura que es en decir eso, cuando yo misma lo vi en el vídeo 

📲 - No puedo creer el nivel de cinismo que tienes al decir que no es lo que pienso, cuando yo misma te vi y oí en el vídeo — le digo bastante enojada — ¿Sabes una cosa? Te habría perdonado si me hubieses engañado con cualquier otra mujer, ¿pero meterte con la perra de mí hermana? Eso jamás te lo perdonaré. Desaparece de mí departamento, no te quiero ver cuándo regrese, y no vuelvas a llamarme, porque para mí estás muerto — le digo para luego colgar la llamada

Me sentía muy molesta, tenía ganas de gritar y quitarme toda esta frustración que me había generado Leonardo con su llamada. Sabía que se convertiría en una piedra en mí zapato difícil de quitar, lo conozco bien y se que no se irá hasta que yo regrese y eso me frustra más 

Me encontraba apoyada sobre la mesada intentando tranquilizarme, cuando lo siento a Alexander abrazarme por la espalda 

— Linda forma de comenzar el día — me dice en mí oído y eso me hizo estremecer — ¿Sabes cuál es el mejor remedio para quitar el estrés? — me pregunta y lo siento apretar su anatomia sobre mí cola 

— Aaahhh no… no lo sé, iluminame — le digo cerrando mis ojos por la sensación que eso me estaba causando 

Siento que baja sus manos, me levanta el vestido y mete una de sus manos en mí intimidad y comienza a frotarla con intensidad 

— Aaahh Alex — digo abriendo más mis piernas para que tenga mejor acceso y apretando con fuerza el borde de la mesada por la excitación que me estaba haciendo sentir 

Comienza a bajarme la braga hasta que cae al piso y de una sola estocada lo siento introducirse en mí interior, haciéndome gritar por la placentera intromisión 

Mis gemidos se hacían cada vez más fuerte con cada estocada brusca que me estaba dando. Me enloquecía la forma de tomarme con salvajismo que tenía 

Me empujó contra la mesada haciéndome recostar en ella, me tomó del pelo y continúo dandome bien duro 

— Aahhh, dios Alex — digo ya bastante excitada por lo que no podía controlar mis gemidos 

Con una mano me jalaba del pelo y con la otra me daba nalgada, mientras continuaba dándome duro contra la mesada 

Entraba y salía de mí interior con tanta lujuria, haciéndome perder totalmente la cordura, que por tanto placer que estaba sintiendo terminé teniendo una gran liberación, que me dejó sin aire 

Pero él era bastante resistente, era impresionante como duraba tanto tiempo para acabar. Me levantó de un tirón, me hizo girar, para luego subirme a la mesada y haciéndome acostar, se colocó entre mis piernas y se volvió a introducir en mí interior, mientras que con las manos apretaba mis pechos 

— Dime nena, ¿aún sigues frustrada por ese idiota? — me pregunta sin dejar de embestirme 

— Aahhh no, ya no — le digo entre gemidos — Mmmm dios Alex me… me vengo de nuevo — le digo bastante agitada y comienzo a sentir los espasmos en mí bajo vientre cuando terminó liberandome nuevamente 

Él comienza a darme estocadas más profundas y duras por un par de minutos más hasta que siento que se viene en mí interior con el corazón latiendole a mil 

— Ven, vamos a darnos una ducha y luego desayunamos — me dice tomándome de la mano y llevándome hasta el baño 

Al llegar lo veo que comienza a llenar la tina. Una vez cargada, se acerca hasta mí y comienza a quitarme el vestido y el brasier, hasta dejarme completamente desnuda. 

Él se quita el pantalón junto con el boxer y se mete en la tina. Luego me ayuda a entrar a mí y me hace sentarme de espaldas a él entre sus piernas y agarrándome para que quedara apoyada sobre su pecho y comenzó a pasarme la esponja por todo mí cuerpo, provocando que nuevamente mí libido sexual despertara 

Cerré los ojos sintiendo el placer que él me estaba causando al pasar la esponja de una forma tan provocativa. Hasta que bajó hasta mí intimidad y metió un dedo en mí interior, robando así, un gemido de mí boca 

Nuevamente estaba completamente caliente y deseosa de que me tomara ahí mismo en la tina. Mis gemidos no paraban, mientras más él jugaba con sus dedos en mí interior, más me excitaba 

Con una mano me masturbaba y con la otra jugaba con mis puntos rosados apretandolos, hasta que ya no pude contenerlo más y terminé acabando nuevamente 

Agitada y con mí corazón latiendome a mil, permanezco recostada en su pecho, intentando recuperar el aliento 

— ¿Te sientes de mejor humor? — me pregunta ya estando yo más tranquila 

— Me siento de maravilla — le respondo sonriendo 

— Genial, vayamos a desayunar entonces — me dice ayudándome a levantarme y salir de la tina, él se envuelve en una toalla y luego me ayuda a secarme a mí — Ten, quédate con la bata puesta, luego te vas a cambiar, desayunemos primero — me dice llevándome nuevamente hasta la cocina 

Al llegar el desayuno ya se encontraba preparado sobre la mesa. Yo lo miro confundida de como era eso posible 

— ¿Quién preparó el desayuno? Creí que solo estábamos tu y yo en el penthouse — le digo confundida y avergonzada de que alguien me pudiera haber escuchado gemir tan fuerte en el baño 

— La cocinera Doris, viene todas las mañanas a las 7 a preparar el desayuno y luego se va — me dice él muy tranquilo 

— Hay Alexander qué vergüenza, ¿por qué no me dijiste que vendría y no gritaba tanto en el baño? — le digo yo con mí cara ruborizada por la vergüenza que sentía de que esa mujer me haya oído 

— No te preocupes, ella ya está acostumbrada a eso — me dice como si para él fuese algo normal 

— Ella está acostumbrada, pero yo no, avísame la próxima vez para no gritar — le digo molesta por la vergüenza 

— Ni se te ocurra, una de las cosas que más me excita es escucharte gemir y no me puedes prohibir de eso — me dice tomándome de la cara — ¿Entiendes? 

— De acuerdo — le respondo mirándolo a los ojos avergonzada 

— Eso me gusta, que seas obediente, vamos a desayunar — dice sentándose en la mesa 

Nos sentamos a desayunar en completo silencio, me sentía rara, hacía solo dos días que nos habíamos conocido y ya habíamos hecho de todo

Me desconozco porque yo no era así tan libertina, pero me gusta el cambio, solo espero que mí nuevo cambio no me traiga consecuencias en el futuro.

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