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—Iré a ver qué ocurre—concluyó sin dejarla acabar la frase, se dirigió hacia donde estaba la pareja antes de que ella pudiera detenerla.

Héctor estaba de espaldas pero la chica la vio acercarse y se puso rígida, tal ves envidiara su belleza.

—Hola ¿puedo saber qué está sucediendo aquí?

preguntó tranquilamente poniéndose al lado de Héctor. Él no podía creérselo ¿Cómo es que se había atrevido a acercarse donde estaban?

—¿Qué haces aquí? Te dije que todo estaba bien—dijo molesto si mirarla, seguía con la mirada en aquella chica misteriosa.

—Pues no me lo ha parecido—dijo fijándose en él. —Dime ¿quién es esa chica?-ahora la observaba a ella.

—Soy su novia—habló ella antes de que él pudiera decir algo y éste le miró con una mirada fulminante.

—Querrás decir ex-novia porque nos separamos hace un año.

—Pero sabes que te sigo amando y estoy más que segura de que tú también de mí, y quiero que por un segundo dejes tu orgullo a parte y arreglemos lo nuestro por favor..

—Mira mira—Elizabeth ya no soportaba escucharlo—eres una chica digamos.. bonita y seguro que hay un príncipe azul por ahí esperando por ti pero a Héctor dejalo en paz que ya tiene pareja y no creo que quiera dejarla por mucho que confieses que sigues amandolo.

Héctor no entendía de qué demonios hablaba pero no era el mejor momento para hacer reclamaciones

—¿Pero de qué hablas?—preguntó ella desconcertada.—Eso no es cierto.

—¡Vaya! Y si te digo que soy su novia, ¿eso tampoco lo entenderías?

Héctor no podía creérse lo que estaba diciendo, se había pasado de la raya.

—¿Es..una broma..o qué? —Miró a Héctor esperando que desmintiera lo que había dicho ella, pero él no dijo ni una sola palabra.—¿No piensas decirme nada? Porque que yo sepa tú trabajas aquí, aunque por cierto—dijo frunciendo el seño—, no entiendo por qué te has metido en eso sí tu padre es..

—De mi padre nada—dijo dando un paso al frente, se había alterado.—creo que ya puedes marcharte.

—No hace falta—dijo Elizabeth—siquiere prueba de lo que la digo pues aquí la tiene.

Sin pensárselo más veces se acercó a él y le plantó un beso antes de que él pudiera impedirlo. Héctor se congeló, aquel beso le había llegado por sorpresa, observó a María—la chica— que se le nublaban los ojos, iba a llorar. En cambio Elizabeth al sentir los labios de ella junto a los suyos, se olvidó por completo en la situación en la que se encontraba hasta que él a duras penas le apartó de él volviéndose a María.

—¿Ahora estás convencida? o necesitas más por mí no hay problema.—preguntó Elizabeth sin piedad.

María quiso hablar y decir algo pero no podía, era demasiado para ella y no se atrevía a dudar que él pudiera estar enamorado de ella, era...Perfecta Salió de allí lo más rápido que pudo y desapareció de su presencia.

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