Capítulo XV: Una mujer sin filtros parte 3

Escuchaba con orgullo a mi hijo porque no había tenido la oportunidad de verlo en su rol como profesional

-Papá, nuestro código civil establece que los hijos tienen la obligación de asistir y proporcionar alimentos a sus padres – Me dijo Armando

Al otro lado de la línea puso los ojos en blanco con molestia porque incluso las leyes protegían a la sanguijuela de mi madre

-¿Entonces no hay nada que pueda hacer? – Pregunté con frustración

Por alguna razón sospecho que mi hijo tiene una sonrisa muy maliciosa en su rostro en ese momento y me parece que ya tiene una solución creativa a mi problema e incluso podría asegurar que desde hace tiempo había pensado en esto

-Papá la ley también establece que para que los hijos tengan la obligación de ayudar a sus padres antes deben tener la capacidad económica para poder hacerlo – Dijo Armando

Mi mente estaba confusa porque lo que sugería Armando era muy audaz, aunque efectivo así que esbocé una sonrisa y asentí porque mi familia siempre me tildó de bruto porque no fui a la universidad, sin embargo, olvidan que cuando terminé la secundaria fui el mejor promedio y renuncié a mi cupo en la universidad porque no contaba con los recursos económicos para mi educación superior y debía proveer para todos ellos

-¿Así que si carezco de los recursos económicos no estoy obligado a cuidar de tu abuela? – Pregunté con sorpresa

Armando se aclaró la voz y era como si tenía tiempo esperando a que yo le hiciera esta pregunta

-Papá, no es tan simple como supones porque no es que puedas suspender la ayuda, sino que esta se debe ajustar a lo necesario para que la abuela tenga una buena calidad de vida – Respondió Armando

Todo lo que me explicaba, mi hijo me confundía un poco porque ya no quería darle más dinero a mi madre, pero comprendía que no podía dejar de hacerlo, pero al escuchar el optimismo en la voz de Armando me daba a entender que él tenía un plan

- Papá\, no te preocupes que a partir de ahora te voy a ayudar para que las cosas puedan cambiar – Me aseguró Armando

En mi mente lo único que estaba eran esas amargas palabras de que debía proveerle a mi madre todo lo necesario para asegurarle su mantenimiento, alojamiento, vestido, atención médica, medicamentos y condiciones de vida adecuadas para su edad y su salud

-No veo como puedan cambiar si de todas maneras estoy obligado a ser el árbol de dinero de mi familia – Dije con molestia

Al pensar en cómo Damián vandalizó la entrada de la casa de Pili, mi tensión estaba alterada y tuve que tomar mi medicina de inmediato

-¡No te enojes, papá, recuerda que eso eleva tu tensión arterial! – Dijo Armando con preocupación

Debido a la insistencia de mi hijo y mi nuera fui al especialista que ellos sugirieron y este confirmó mi diagnóstico y desde ese momento mi hijo se ha vuelto muy protector y siempre está cuidándome como si fuera un anciano, aunque en el fondo eso me hace muy feliz

-Todo está bien – Le dije a Armando

Lo que acababa de decirle a Armando era una mentira porque no me sentía muy bien en ese momento, aunque no estaba preocupado porque el doctor me advirtió que mientras se lograba controlar mi condición cada vez que algo me hiciera enojar mi tensión arterial se vería afectada

-Papá, tengo una solución a tu situación, pero es muy complejo de explicar por teléfono – Dijo Armando

Acordé visitar a Armando a la hora de la cena y mientras tanto me encargaba de los asuntos de mi taller y me di cuenta de que mi madre ese día me había enviado muchos mensajes, era evidente que ella está muy ansiosa, y debo admitir que para mí ya es agotador no presentarme ante ellos y confrontarlos, pero pronto todo estaría listo

-Por suerte esto va a terminar pronto me dije a mí mismo

Llegaron los peritos y tomaron fotos de los daños, y no sé qué es más molesto si el daño a la entrada a mi hogar o el hecho de que tengo que lidiar con los oficiales de la policía y el seguro, además de las miradas maliciosas de algunos vecinos

-La empresa de seguro se pondrá en contacto con usted – Me dijo el perito

Escucho los murmullos de algunas personas que están paseando a sus mascotas y me siento tan frustrada porque no soy una santa, pero jamás me he involucrado con un hombre casado así que no comprendo por qué alguien me llamaría “cualquiera” además de que a mis 45 años la cantidad de parejas que he tenido se pueden contar con los dedos de una sola mano

-Si tienen tanto tiempo libre deberían aprovecharlo para recoger las heces de sus mascotas – Dije en un tono de voz muy fuerte

Por suerte los curiosos se dispersaron, aunque eso no cambia el hecho de que ese horrible grafiti sigue en la entrada de mi casa y si descubro que tiene algo que ver con los parientes de Bernardo esta vez no solo le voy a dar una bofetada a Abigaíl, sino que le voy a demostrar lo que hace por tu cuerpo el entrenamiento de fuerza, sonreí ante esa idea cuando me llamó Leticia para invitarme a cenar con ellos esta noche

-Gracias por invitarme querida – Le dije con afecto

Armando se puso en contacto con otros vecinos de la urbanización los cuales también tenían cámaras y se obtuvieron otras grabaciones, aunque nunca se veía la cara de los perpetradores, luego usando los contactos de la firma investigó en el departamento de tránsito el número de la matrícula y cuando descubrió el nombre del dueño del vehículo le dio un golpe a la mesa con enojo

-¿Ese vehículo pertenece a Abigaíl García? – Preguntó Armando con asombro

El empleado asintió y de forma discreta volteó la pantalla del ordenador en su dirección para que Armando pudiera leer la información sobre ese vehículo

-Si además de que ese vehículo tiene varias infracciones – Respondió el empleado

Armando le entregó de forma discreta algo de efectivo al empleado para compensarlo por el favor

-Recuerda que yo no he visto nada – Dijo Armando

El empleado sonrió con complicidad porque esto que acababa de hacer no era legal

-No sé de qué estás hablando, aunque es curioso que esa señora y tú tengan el mismo apellido

-García es el tercer apellido más popular del país, así que no necesariamente tenemos que ser parientes - Respondió Armando con molestia

Armando negó con la cabeza en señal de molestia porque le disgustaba que sus parientes eran todos unos sinvergüenzas, y se prometió que esto no se quedaría así porque nadie insultaba a su madre y se quedaba sin recibir su castigo, a pesar de su enorme ira sabía que no debía ser impulsivo porque la justicia tiene sus plazos, pero esta vez su primo enfrentaría las consecuencias de lo que había hecho

-Que bueno que ya llegaste porque invité a mamá a cenar con nosotros – Dijo Leticia

Armando regresó a su casa y ya lo estaba esperando, Leticia mientras preparaba la cena y aunque todo le parecía delicioso añoraba el tiempo cuando podía comer comida chatarra

-Cariño, hay que cuidarse desde ahora, además de que invité a mamá a comer con nosotros – Dijo Leticia

Armando se encogió de hombros con resignación porque sabía que ella tenía razón, así que decidió cambiarse su traje y ayudar a Leticia en la cocina mientras esperaban por sus padres

-¿Leti no tienes problema en que papá también venga a cenar con nosotros? – Preguntó Armando

Leticia negó con la cabeza porque no le disgustaban sus suegros, además de que sus parientes no vivían en el país

-Armando no hay problemas, solo hay que preparar un poco más de comida - Respondió Leticia

Armando le comentó a Leticia sobre su plan para ayudar a su papá para deshacerse de esa pesada carga que era su familia

-¿Crees que papá esté de acuerdo con tu plan? – Preguntó Leticia

Armando observaba a Leticia y estaba un poco dudoso de si Bernardo aceptaría porque su padre era un hombre muy honesto y por eso sus parientes abusaron de su generosidad durante la mayor parte de su vida, pero su salud era lo más importante en este momento y como su hijo era su deber protegerlo incluso de sí mismo

-Tengo confianza de qué papá va a estar de acuerdo – Respondió Armando con convicción

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