LEO:
—¡¿Qué es eso?!—Con la paciencia agotada, Piscis hace una pregunta.
—¡Un Fénix!—Un susurro escapó de los labios de Virgo, quien estaba en estado de shock—Pero, ¿qué está haciendo aquí?
—¡¿Pero, por qué está aquí?—Digo de mal humor—-Si ya has visto uno antes, necesito una explicación completa de lo que ocurrió!
—¡No lo puedo procesar! ¡Estoy en estado de shock, sin palabras y sin saber cómo reaccionar!—Mientras nos explicaba, se agarraba la cabeza con ambas manos y caminaba alrededor nuestro con un evidente nerviosismo—
—¡Estoy en shock! Hoy nos atacaron unos villanos, Ofiuco resultó herido, ¡y para colmo descubrimos que tenemos superpoderes! ¡No puedo asimilar tanta información!
—¡Permite que Leo te ayude a quemarla!—Acuario hace una broma.
—¡Acuario!—Gritamos todos.
—Para continuar con lo que estábamos hablando...—Tauro captó nuestra atención—No tenemos poderes; fue simplemente...
—No hay una explicación lógica.—Capricornio lo asegura con un gesto cansado.
—¡Toca un árbol y desea que el incendio termine!—Oigo una voz desconocida en mi mente.
Miré a mis amigos, aparentemente normales, y luego al extraño pájaro. ¡Imposible! ¿Habría sido el Fénix el que me habló?
—¡¿Leo, qué...?!—Libra me pregunta mientras camino hacia un árbol.
Con la mano sobre el tronco en llamas, cerré los ojos con fuerza y pedí que cesara el fuego. Dudaba de las indicaciones del pájaro, pero era eso o ver morir a mis amigos. Los gritos sofocados me hicieron abrir los ojos; el árbol estaba apagado, aunque irremediablemente dañado por las quemaduras.
—¿Cómo lo lograste?—Exclamó Capricornio, sorprendido.
Acercándose, posó una mano sobre el árbol como para comprobar que el fuego se había extinguido. De su palma brotó un fluido entre marrón y verde. Tras intercambiar una mirada nerviosa, vimos cómo el árbol florecía de nuevo, como antes del ataque. Capricornio apartó la mano, sorprendido e impactado ante la repentina recuperación del árbol.
—¡Virgo! ¡¿Dónde te encuentras?!—El grito repentino de Tauro provocó miradas de confusión en todos.
—Aquí estoy, ¡bobo!—La voz de Virgo respondió, pero para mi sorpresa, me di cuenta de que no estaba con nosotros.
—¡Demuéstramelo si dices la verdad!—Demandó Tauro, con nerviosismo.
Sonriendo con superioridad, permaneció inmóvil. De pronto, sonó una bofetada; perdió el equilibrio, se sujetó la mejilla dolorida, corrió a esconderse tras Acuario, señaló al vacío y volvió a tocarse la mejilla con expresión de arrepentimiento.
—¿Virgo? ¿Eres tú?—Acuario preguntó. De repente, sonó una bofetada, y Acuario se sujetó la mejilla con dolor—¡No me pegues a mí!—Le gritó con enojo—¡No te pedí ninguna señal!
Virgo apareció de repente frente a nosotros, mirándonos con confusión; luego miró sus manos y abrió la boca sorprendido.
—¡Virgo...!—Comienza Aries.
—¡Te has esfumado!—Geminis gritó—¡Increíble!
—¡Alto!—Aries gritó nerviosamente—¡Ofiuco aún está herido!
—¡Oye, yo también estoy herido!—Sagitario observó, ofendido.
—¡La mayoría de nosotros estamos así!—Grité nervioso al ver la herida en mi brazo—¡Estamos perdidos!
—¡Yo me encargo!—El tono suave de la voz me indicó que la llamada provenía de nuevo del Fénix.
—! Por favor, necesitamos ayuda!—Nervioso, le hice mi petición.
—Leo perdió la razón.—Piscis le susurró a Libra—- ¡Le está hablando a un pájaro!
El Fénix se posó en mi brazo, permaneciendo quieto unos instantes. Sentí un líquido cálido y húmedo recorrer mi brazo, y cuando alzó el vuelo, mi herida había desaparecido por completo. Repitió el proceso con los demás chicos, curándolos a todos antes de volver a volar. Finalmente, se quedó sobre Ofiuco, dejándonos a todos con la incertidumbre de si seguía vivo o no, con los corazones palpitando con fuerza.
—La mitología atribuye al Fénix varios poderes extraordinarios: sus lágrimas poseen propiedades curativas, cuenta con una fuerza sobrehumana, domina el fuego y posee una gran resistencia física.—Recitó Capricornio con una precisión asombrosa, como si lo hubiera memorizado palabra por palabra.
Como si una varita mágica hubiera hecho su aparición, el Fénix despegó, sorprendiendo a Ofiuco, quien saltó de su asiento, mirándonos con evidente nerviosismo. Se irguió rápidamente, escaneándonos de arriba a abajo con la mirada, antes de que sus ojos se abrieran como platos ante el espectáculo aterrador que el bosque ofrecía.
—¿Qué ha sucedido? ¿Dónde me encuentro? ¿Qué les ha ocurrido a los hombres? ¿Están a salvo?—Nos hizo una lluvia de preguntas antes de mirar de nuevo al bosque—¡Tenemos que ir a ver al abuelo! Necesitamos asegurarnos de que está bien.
Sin esperar respuesta, corrió velozmente hacia el bosque.
—Parece que alguien ha bebido demasiado café.—Observó atentamente Capricornio antes de seguirlo.
Inmediatamente, corrí tras él, sin perderlo de vista. El Fénix se acercó, voló velozmente hacia mí y desapareció al tocar mi pecho.
CÁNCER:
La oscuridad y el difícil camino dificultaban nuestra huida, presa del pánico. Sabíamos que el anciano estaba herido, y la imagen de Ofiuco, jadeante y corriendo delante, era lo único que podíamos distinguir en la penumbra.
Minutos se convertían en una eternidad mientras perseguíamos a Ofiuco, quejumbrosos y agotados. Los que no habían experimentado nada extraño corrían mecánicamente, temerosos de cualquier error que pudiera provocar una catástrofe. En cambio, quienes habían descubierto sus "poderes" —si así podían llamarse— intentaban ignorarlos, incluso yo, con el miedo latente de que cualquier pensamiento sobre mi telequinesis pudiera atraer algo indeseable.
—¡Amigos...!—Nos llamó la atención—¡No sé cómo bajar!—Soltó un grito nervioso.
—¡Maldito bosque! ¡Por qué no podemos ir más rápido!—Acuario gritó, desquiciada.
Un viento repentino e inesperado la impulsó hacia adelante a una velocidad increíble. Atónito, disminuí la velocidad, provocando que Escorpio, que venía detrás, me empujara sin intención.
—Chicos, ¡creo que nos están dejando atrás!—Sagitario, molesto, nos informó.
—¿No tienen una cuerda?—Libra, dando pequeños saltitos en un intento por alcanzarlos, preguntó.
—¿Una cuerda?—Interrogó Tauro.
Una larga cuerda apareció mágicamente en la mano de Tauro, al mismo tiempo que el brazo de Libra se extendía enormemente. Horrorizados, ambos gritaron mientras la mano de Libra agarraba la pierna de Géminis y la jalaba hacia abajo.
—¡Estamos en un grave problema! Debemos ignorar todo y volver a casa inmediatamente para ver cómo está el abuelo.—Piscis, intentando ignorar los gritos de Tauro y Libra, nos recordó.
—¡Sería más eficiente si Virgo no me distrajera tanto y desapareciera y apareciera de repente!—Leo, nervioso, respondió al ataque.—¡Alguien, por favor, ayúdenme! Mi mano está quemándose.—Con la mano envuelta en llamas, nos imploró ayuda con mirada de terror.
Un enorme círculo azul envolvió a Piscis, y cuando se disipó, descubrimos con horror que había desaparecido.
ACUARIO:
En un instante, me encontré frente a la casa del abuelo. Era extraño, hacía apenas un segundo estaba en el bosque con mis amigos. Permanecí inmóvil, tratando de comprender lo sucedido.
Tenía dolor de cabeza y estaba agotada, pero decidí posponerlo. Lo prioritario era saber si el abuelo seguía con vida y entender qué nos estaba ocurriendo.
Mientras aún procesaba la idea anterior, un perro salió disparado de la casa, me mordió el pantalón y me jaló hacia adentro. Para mi sorpresa, era el mismo perro que habíamos adoptado esa mañana. Me asombró cómo supo dónde estábamos, pero sobre todo, ¿cómo había llegado hasta aquí?
Intentando seguirlo dentro de la casa, un destello azul apareció de repente frente a nosotros, dejándonos a ambos desconcertados.
—¡Ni hablar de que pregunte qué fue eso!—Negué con la cabeza nerviosamente al ver a Piscis frente a mí, sin atreverme a preguntar qué había pasado.
—¡Mejor así! ¡No sabía qué decir! Un segundo estaba con los chicos y al siguiente, aquí aparecí.—Aclaró antes de mirar hacia la casa.
—¿Preparada?—Miré la puerta con miedo y desconfianza, y susurré.
¡Siempre!
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 21 Episodes
Comments