Donovan.
A la madrugada me voy y estoy ansioso por ver a la mocosa, estoy por salir de casa cuando veo a Joshua cruzado de brazos.
-¿Qué haces acá Joshua?- inquiero.
-No lo hagas- dice.
-¿Qué? - lo miro curioso.
-No la uses a ella para vengarte, es la sobrina de Logan, no te lo va a perdonar.
-¿Cómo lo sabes?
-Tu hermana se enojó con vos y me mando a seguirte.
-¿Lo sabe?- digo con culpa.
-No, y no se va a enterar por mí.
-Le vas a decir a Logan- cuestiono.
-No es mi asunto, solo voy a decir es una chiquilla inocente, la vas a lastimar.
-Va a sobrevivir- digo y salgo de casa ignorándolo.
Si lo ignore, pero sus palabras retumban en mi mente, es inocente. Hope es inocente, y aunque me planteo no hacerlo ya no hay marcha atrás, algo en ella me atrae y no puedo permitir que otro la tenga.
Me voy a la madrugada a planear otro golpe contra Lincoln y eso me tiene ansioso, van a ser varios días en los que no la voy a ver.
Cuando llego todavía no está y la espero sentado en la roca en la que la vi por primera vez, solo recordarla me da una sonrisa y pienso lo jodidamente cruel que soy por seguir adelante.
Luego de un rato la veo acercarse a mí con una sonrisa en los labios, voy a hablar, saludarla, pero ella corre hacia mí y se cuelga besándome los labios.
Es un beso intenso, lleno de emoción, desesperado, nos apartamos por falta de aire.
-Alguien me extraño- digo riendo.
-Solo un poco- dice y se aleja de mí con una mirada avergonzada.
-Mocosa mírame-digo serio, pero no lo hace, me acerco y tomo su cara en mis manos - no tenés que avergonzarte de lo que sentís.
-Esto es nuevo para mí.
-Lo sé y me encanta que lo experimentes conmigo.
-¿Cuándo te vas?- dice cambiando el tema.
-En unas horas, antes del amanecer- ella asiente con la cabeza y se aleja de mí.
Noto como se va quitando la ropa de a poco y está vez no se deja nada puesto, otras veces se quedaba en ropa interior.
-Mocosa ¿Qué haces?- digo con tono ronco.
-Quiero darme un baño- afirma y empieza a caminar hacia el estanque.
No sé que pretende y no me importa la sigo, no quiero estar lejos de ella. Ambos nos metemos y andamos, me mantengo algo distante esperando a ver qué hace.
Se acerca a mí y me rodea con sus brazos el cuello, para luego besarme. Me sorprende debido a que soy yo el que busca siempre esto.
-Mocosa, no tientes al diablo- le digo cuando nos alejamos.
-Me encanta el diablo- dice sonriendo y me rodea con sus piernas la cintura pegándose a mí.
-¿Sabes en lo que te estás metiendo?- ella asiente- una vez que empiece no paro- le advierto.
-No quiero que pares, quiero que seas vos- dice en tono de súplica y mis alarmas se prenden.
-¿Paso algo?
-No, ya no quiero ir lento - afirma moviendo sus caderas contra mí y yo gruño en respuesta.
La tomo de las nalgas y la saco del agua, si vamos a estar juntos quiero disfrutar de su cuerpo y ver cada parte de ella.
La llevo cerca de la roca y la pongo de pie.
-Última advertencia mocosa, hui ahora o no hay escapatoria.
Ella posa sus manos en mi pecho y me sonríe.
-Te elijo a vos, quiero que seas mi primer hombre - dice.
-Voy a ser el primero y único - gruño en tono autoritario- si sos mías nadie más tiene derecho a vos.
-Solo tuya- dice y es me saca de quicio.
La beso con pasión y es un beso demandante, quiero que sepas que solo puede ser mía, lo que me encanta es que responde de la misma manera, no se contiene.
La obligó a recostarse en el suelo, quiero disfrutar de su cuerpo, quiero hacerla sentir placer antes de entrar en ella, pero la desesperación es tal que lo voy a dejar para otra ocasión. ¿Otra ocasión? Sí, decidí que no me voy a confirmar con una vez.
Veo sus ojos de súplica y sé que ella está tan ansiosa como yo.
-Va a doler- le advierto.
-Lo sé- dice y me atrae más hacia ella, abriendo sus piernas.
-¿Lista?- digo y ella asiente.
No le doy tiempo a pensar, me ubico bien en su centro y embisto, no le doy tiempo a acostumbrarse, soy bestial y veo como sus ojos se llenan de lágrimas, pero no dice nada.
Quiero ser más suave, pero es tal el deseo que mi bestia me domina, la beso con locura y sigo presionando en su Interior, ella clava sus uñas en mis brazos y la escucho jadear, ahí soy consiente que está empezando a disfrutar.
La miro y ella me sonríe, la beso y sigo empujando, cuando me separo de sus labios ella sigue con esa sonrisa hermosa que me desarma.
-¿Paro?- digo para ver qué dice.
-Te Mato, no pares- súplica y me hace reír.
Estoy al borde del clímax y mi lado bestial me dice que lo haga, no quiero porque la voy a lastimar. Pero es parte de plan y debo hacerlo.
Cuando noto que está llegando al orgasmo al igual que yo, me acerco a su hombro y hago lo que ningún lobo debería hacer sin el consentimiento de su pareja y clavo mis colmillos en su hombro marcándola como mi propiedad.
Ahora cualquier lobo va a saber que es mía, ya que va a tener mi marca y olor.
Siento que se retuerce bajo mi cuerpo y explota en un orgasmo, la sigo y me derramó en su Interior si sacar mis colmillos de ella.
Es mágico, es un éxtasis que nunca sentí, cuando me aparto noto que ella está en la misma situación y luego se desmaya.
Me giro apartándome de ella y cuando veo al cielo noto que la luna cambio de color, ahora es de un rojo intenso y brillante.
-¿Qué rayos?- digo mirando a la luna.
Me giro y la veo dormida, con mi marca en su hombro y me maldigo. Paso mis manos por el pelo desesperado.
-Sos un maldito Donovan- me digo en voz alta.
Debería quedarme y explicarle porque la marque, pero dentro de nada va a ser de día y además no se cómo mirarla a los ojos y ver su desprecio cuando sepa quién soy.
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