IX. Estoy Enamorada De Él

Molly

Después de un día de haber estado en la casa, Emily nos sacó de allí, Remi descubrió que estábamos con ella, nos trajo a Amsterdam y ahora vivimos en una casa no.tan grande pero tiene todo lo adecuado. También tenemos más seguridad que el presidente. Ya han pasado dos meses y por más que quiera odiarlo no puedo, sonara muy masoquista de mi parte pero he extrañado sus caricias, su toque, la forma que me besaba y como me.hizo mujer, he tenido muchos sueños húmedos pensando que sus grandes y calientes manos me devoran. Soy muy pervertida cuando estoy en la ducha, tocándome pensando que es él quien lo hace; su aliento chocando en mi piel me enciende y su maldito bello rostro lo tengo en mi mente a cada instante.

Conseguí un trabajo en un restaurante lujoso Emily me da plata o la señora Maritza también lo hace, pero no lo acepto, ya bastante hicieron por nosotras comprando la casa. No me gusta depender de otros. Mi abuela ha estado un poco enferma y tengo que reunir el dinero para llevarla a un médico para que la revisen y he trabajado el doble en el restaurante, así de esa forma lo conseguiré. Llego desde muy temprano y salgo hasta media noche, aveces me ayuda para olvidarlo, pero cuando me encierro en mi habitación todo vuelve de golpe y se me es imposible sacarlo de mi mente.

—Hermosa Molly, ¿Quieres que te lleve a casa?—Dice Laureano a mis espaldas.

— Claro, pero si me llevas primero a comer una buena pizza— Suplicó haciendo un puchero y sonríe de oreja a oreja. Este bello holandés es muy guapo, rubio, ojos verdes, alto, su piel está libre de tinta, es muy amable y tierno conmigo.

—Como ordene la princesa Molly—Me da un apretón en la nariz y sonrío triunfante.

—Prefecto, te espero en la puerta a las 11—Le guiño un ojo y el me lo devuelve con una hermosa sonrisa que hace que cualquier mujer caiga a sus pies.

—Se nota que Laureano babea por ti, Moll—Dice Grace en mi oído.

—Como crees, solo somos amigos—Digo obvio

—Por favor, eso sólo te la crees tú, hasta un ciego vería como él te mira con ojos de amor—Dice y suelto una risa.

—Grace ve a trabajar—Zanjo el tema y levanta las cejas divertida.

Por más que quisiera corresponder el sentimiento a este chico no puedo, Remi esta en mi mente y no entiendo porque carajo, pero quizás ya sea hora de tener una nueva vida, un nuevo amor. Creo que debo darle paso a otra persona, nunca más lo volveré a ver y es probable que él ya se haya olvidado de mí. Es obvio con tantas mujeres que tiene a su merced, ya consiguió lo único que quería de mí, ahora ya todo eso se acabó. Para mi.buena suerte no tuve tanto que hacer ya que Grace me ayudo, dice que me mato mucho trabajando y no sabe cuál es la razón.

—Vamos—Le digo a Laureano que está recostado en la pared con las manos en los bolsillos y sonríe de lado al verme, lo repito es muy muy guapo, pero.... no es él... sacudo mi cabeza por estar pensando en esa bestia y salimos enlazando nuestros brazos.

—Oye Moll, quieres salir un día de estos, ya sabes, como...

—Si, me encantaría—Lo interrumpo porque se nota que está nervioso y rojo como un tomate.

—¡Bien! que te parece el sábado —Sugiere con una enorme sonrisa.

—El sábado es perfecto— sonrió y llegamos a la pizzería, comemos y reímos, es muy agradable este chico, es respetuoso. No quiere besarte,ni tocarte a la fuerza y eso me desmotiva, ¡¡Ya Molly Connor saca de tu cabeza a ese infeliz que te arruinó!! Me regaño mentalmente, me centro de nuevo en Laureano y pasamos un buen rato, después caminamos hasta llegar a una banca y nos sentamos contemplando de las pequeñas barcazas que pasan por el río.

—Quedé muy llena, tendré que hacer ejercicio, estoy comiendo mucho—Digo y sonríe

—Así eres muy hermosa—Dice y hacemos conexión con los ojos, de pronto se comienza a acercar y su aliento caliente choca en mi piel, trata de sentir algo Molly, como no se mueve lo tomo del cabello y pego mis labios en los suyos, me besa con delicadeza abro la boca para darle más acceso y lo hace, mete su lengua que juguetea con la mía, lo beso con pasión y con ganas de borrar a Remi de mis pensamientos, pero nuevamente lo imagino que es él. Me subo encima de sus piernas y el rodea mi.cintura con sus brazos, muevo mis caderas haciendo fricción en su entre pierna, pero nada, no siento nada, profundiza el beso y edeja escapar un gutural gemido, nos separamos lentamente y mi pecho sube y baja, él también está agitado y sus pupilas completamente dilatadas, sus manos están en mi trasero y lo aprieta con suavidad, me levanto de encina de él y frunce el ceño.

—Hice algo mal—Dice después de un rato en silencio

—Para nada, me gustó —Mentí, me he vuelto una perfecta mentirosa.

—A mi me gustas tu Molly —Me mira con ternura y me siento muy culpable a darle esperanzas.

—Vayamos con calma— murmuro y asiente con la cabeza, caminamos en un incómodo silencio hasta que llegamos a la casa y en la puerta lo vuelvo a besar con más fuerza, nos separamos a tomar aire y pega su frente a la mía.

—Descansa hermosa—Susurra tierno y muerdo mi labio inferior

—Tu igual— Respondí con una sonrisa, dio media vuelta para irse pero me quedó estatica cuando la bestia de Remi lo toma por el cuello y lo estampa contra el suelo. He dejado de respirar, mis manos temblaban y mi corazón se quiere salir del pecho, ¿Como demonios me encontró?, ahora si estoy muerta.

—¡¿QUE HACIAS BESANDO A MI MUJER?!—Escupió con rabia, sus venas se marcaban en sus brazos y en su cuello, su cara roja y respirando como toro, su mirada de una bestia feroz, no pude articular palabra y le estaba apretando el cuello a Luareano con sus manos .

—¡¡Qué demonios, sueltalo Remi lo vas a lastimar!!— Reacciono y levanta su mirada a mí, trago grueso y ejerce más fuerza.

—¿Te importa?—Espeta con con los dientes apretados sin soltarlo

—¡¡SÍ ME IMPORTA, PORQUE.... PORQUE

—¡¿PORQUE QUE MOLLY?!

—¡ESTOY ENAMORADA DE ÉL!— Solté sin pensar y lo soltó de golpe, su mirada cambio de furia a una ¿Triste? sacudió su perfecta camisa, dio media vuelta y camino hacia el auto

—No te vas a deshacer de mí tan fácil, pequeña Molly—Amenazó y se fue, solté todo el aire que estaba reteniendo. Miro a Laureano y me agacho para ayudarlo.

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