El inicio de mi historia

Mi nombre es Anastasia, una joven híbrida Demonio - Dragón que  fui creada por un ritual siniestro, me combinaron el poder de un demonio con el de un dragón albino aunque mi supuesta creación  es un misterio.

-todo está listo, el círculo está hecho, para el ritual una voz descabellada y siniestra, mientras que me estaban agarrando, con una cadena.

Allí estaba, amarrada para ser sometida como una creación destructiva ya que utilizada como arma de destrucción,  sin embargo el ritual no salió como se  esperaban, aquellos seres al darse cuenta que no era un ser  de grandes extensiones de poder, se deshicieron de mi, por lo que me  sellaron en una cueva con un conjuro poderoso que duró siglo.

-mireeen, una roca de cristal, hay algo dentro- dice un hombre con un cuerpo musculoso, emitiendo una voz orgullosa y soberbia, de una manera alegre.

 Aquella voz había escuchado, desde una letanía muy lejano, sentía que estaba agrietando se poco a poco la roca que me habían mantenido cautiva en el sello mágico, sentía que era mi fin, todo cambia cuando me liberaron de una forma accidentada  por un grupo de aventureros que estaban explorando los misterios de la cueva. Luego de mi liberación, estuve desorientada sobre aquella vida que no sabría cómo vivirla, sin saber quién era en realidad, cuyo recuerdo era mi propio nombre y el ritual que me hicieron, aunque antes de eso, solo tenía un vago recuerdo borroso de una tormenta y una batalla, resonando un llanto de bebé en los recuerdos, que me resulta confuso para mi. Desde ese momento, había vagado sin rumbo alguno, durante mucho tiempo, tratando de buscar respuesta sobre mi origen y aventurándome en los más confines de caminos desconocidos para dar sosiego a mi descontrolada situación, logré llegar al reino de Infernopolis, donde el emperador Asmodeo y su esposa Lilith, gobernantes del reino, al ver mi situación se conocieron, deciden adoptarme, dándole así la familia amorosa y cálida que no había tenido, a pesar de representar una de las familias más poderosa del imperio, cuyo miembros son peculiares y excéntricos en gran medida, pude adaptarme de manera satisfactoria sintiendome por primera vez protección y amabilidad en toda mi vida. En este sentido, al ser El emperador Asmodeo uno de los pilares que mantiene el reino protegido a través de su poder, ya que, sin él, el reino se debilitaría ya que yace su fuerza por medio de este, tanto para sus habitantes como familia. Gracias a ellos, pude conocer seres de alto poder, en la cual son sus hermanas, quienes con el pasar del tiempo, aprendieron a quererme como una más de ellas, dándole mucho amor y comprensión.

- Anastasia, bienvenida, ahora en adelante pertenece a esa familia, soy Ghost, tu hermana mayor- menciona con una voz amable y profunda, la hija mayor de Asmodeo y Lilith, dándole un fuerte abrazo, así mismo invita a varias de sus hermanas para unirse al grupo.

- Me imagino que eres una persona poderosa, por la forma de cómo se enciende tu aura de cómo te defendiste con nuestra madre, cuando te encontró - dice Azhara con una voz alegre y con una actitud extrovertida.

- Vamos hermana, no le provoquen un temor a la hermana Anastasia, mejor dedíquense en entrenar fuertemente, nuestro padre lo pide, somos dignas hijas del emperador Asmodeo- expresando de una manera entusiasta y relajada, suspira de fastidio al ver las discusiones frenéticas de sus hermanas, haciéndolas callar con su fuerza sobrenatural.

- Yo quisiera entrenar con ustedes, quiero convertirme fuerte y poderosa como padre y madre- dice Anastasia con un tono tímido e introvertido.

Ahora, actualmente soy una de las princesas infernales del reino infernopolis, dónde este es el comienzo de mi historia cargada de torbellinos de emociones.

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