NARRADOR
Después de un corto viaje en avión, Camila Smith aterrizó en la capital de Reino Unido, que es donde se encuentra la Sede del Concejo de Hombres Lobo.
Debido al cansancio fue directamente al hotel que tenía reservado para descansar, ya que a día el Lunes debía pararse muy temprano para asistir a la importante reunión que tenía con el Concejo.
A pesar de ser bastante joven y de haberse graduado no hace mucho, el hecho de que desde sus primeros años de universidad ha tenido contacto con estos personajes, le ha valido la confianza de la Junta de GOLDEN, la comunidad independiente de cambia formas de la cual forma parte junto a su amiga Nina, para servir como uno de sus principales representantes.
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El día domingo decidió quedarse en el hotel a descansar y disfrutar de la comodidad de la cama, para en algún momento de ese día recibir una videollamada de Nina, quién le contó lo que pasó con Iván, pero al ver que su amiga estaba bien decidio pasar el tema a otras cosas, hablando así por horas.
El Lunes, cuando empezaba a amanecer, Camila se levantó temprano para mandarle un mensaje a su amiga contándole que llegó con bien y también unos cuantos saludos, aunque de igual forma no esperaba una pronta respuesta de su parte, por lo que se dispuso a preparar un desayuno completo y sustancioso, pero que también sea algo ligero, evitando que sé dé algún accidente debido a los nervios que tiene, ya que está es la primera vez que viene completamente sola.
Después de arreglarse elegantemente y verificar que tiene todo a la mano, se dispone a buscar un taxi que la llevé a su destino. Como llegó con bastante antelación, la secretaria al reconocerla la saluda cortésmente y la lleva hasta la sala de espera.
Para matar un poco el tiempo, se pone a repasar lo que debe decir ante los altos mandos del Concejo, y después de un rato revisa su teléfono, percatándose de que Nina ya le respondió.
Al cabo de una hora después, repentinamente a Camila llega un olor embriagador con una mezcla entre amaderado, pinos y a un exquisito añejo. Hipnotizada por esto, se levanta rápidamente y sigue el aroma hasta que se percata que proviene de un hombre que está a una distancia considerable y que viene acompañado de tres tipos iguales que por su aspecto parecen ser Alfas y él su Beta.
De repente el hombre se voltea, porque percibió un aroma afrutado golpeado en sus fosas nasales, lo que lo desconcentró brevemente de lo que le decían sus amigos.
La apariencia de este hombre frente a ella era casi divina la hace casi ponerse de rodillas y además de que se percata que en los ojos de este se dilatan con una emoción y deseo casi desbordantes, y cuando se dispone acercase, Camila siente un ligero toque en su hombro, lo cual ocasiona que salga del pequeño mundo donde está metida. Era la secretaria que venía a avisarle que era su turno de hablar con El Concejo.
Con cierta renuencia con respecto a alejarse, finalmente Camila se dispuso a entrar a la sala privada, no sin antes pedirle a la Diosa que ese hombre no se vaya antes de que ella termine su reunión.
A pesar de tener su corazón y emociones a mil, sumándole los nervios y que su mente estaba hecha un desastre debido a los recientes acontecimientos, Camila fue capaz de controlarse a duras penas y realizar una buena presentación ante los altos miembros del Concejo. Explico con habilidad los logros que han obtenido en los últimos dos años haciendo las mejoras correspondientes con las recomendaciones dadas en reuniones pasadas, además de hablar de ciertas debilidades que han surgido recientemente y de que manera se planea abordar estos problemas, obviamente con la aprobación requerida.
Durante este tiempo, Camila se percató de que la mayoría de los presentes asintió ligeramente ante sus palabras como señal de entendimiento y una vez que terminó le hicieron un par de consultas más y le dijeron que iban a proceder a deliberar sobre su situación y así poder darle una pronta respuesta. Ella les agradeció y salió de la sala, donde finalmente pudo soltar un suspiro de alivio.
Rápidamente, se dispuso a buscar en los alrededores a ver si localizaba a su compañero, pero se decepcionó al no verlo por ninguna parte.
Se despidió de la secretaria, y salió de la Sede.
Ya afuera, nuevamente le llegó ese aroma tan embriagador y ubico a su compañero no muy lejos recostado sobre un auto de lujo, quién al percatarse de su presencia se dirigió a donde estaba ella.
Camila también se fue acercando, y cuando casi no había distancia entre ellos, él la abrazó por la cintura y hundió su rostro en el cuello de ella, aspirando su aroma.
— Por fin te encontré — le dijo él en un tono bajo y ronco que la desarmó de sobremanera.
Después de unos minutos se separaron y él le propuso llevarla a su destino cosa que ella aceptó encantada.
Se subieron al auto, y aunque el viaje al hotel fue silencioso también fue bastante cómodo. Una vez que llegaron a la entrada, él voltea para hablar con ella.
— Aunque quisiera quedarme contigo, necesito arreglar algunos asuntos, pero quisiera que me des tu número porque está noche como a las 8:00 pm, porque te quiero llevar a una velada romántica.— le dice él sin apartar la mirada de los ojos color miel de Camila.
— No hay problema — le dice ella con emoción poco contenida. Le da su número y su nombre.
—Camila...— repitió el con voz aterciopelada — es hermoso, pero no tanto como tú — dijo él seductoramente. Ella avergonzada se mordió ligeramente el labio y le pidió torpemente a él su número de teléfono.
— Entonces... ¿cómo..es que...te llamas?, para poder agregarte a mi lista de contactos.
— Puedes guardarme de muchas maneras — sonríe con picardía y coquetería. — Pero me llamo Liam— contestó el finalmente.
Camila le dedica una hermosa sonrisa y le dice — Bueno Liam, te espero está noche. — ella se acerca un poco más a Liam y atrevidamente le da un beso en la mejilla, cosa que lo sorprende un poco, pero antes de que Camila se aleje demasiado, él la agarra por la nuca y une sus labios a los de ella en un beso apasionado.
Aunque la tomo por sorpresa, Camila rápidamente le sigue el ritmo a Liam, y después de unos minutos se separan un poco para recuperar el aire.
— Lo mejor será que bajes ahora, antes de que no pueda controlarme más.— le dice Liam para después dejar un casto beso en los labios a Camila. Ella bastante sonrojada y embobada se baja del carro con un radiante sonrisa.
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Cuando llegó a su habitación, se tiró sobre su cama y movió sus pies de arriba a abajo con ganas. Después busco su teléfono para llamar a Nina y contarle las últimas noticias, pero su amiga nada que le contestaba; después de insistir un par de veces más se rindió y decidió llamarla en la noche si le daba tiempo después de su cita.
Mientras se puso a buscar entre sus cosas se dio cuenta que no veía nada apropiado para la ocasión, así que rápidamente salió a buscar una tienda para comprar algo que la haga ver deslumbrante en su cita con Liam.
Después de dos horas de búsqueda, encontró un hermoso y cómodo vestido verde oliva un poco más arriba de la rodilla y unos tacones de color claro.
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Una vez se iba acercando la hora de la cita, Camila dispuso del baño del hotel como un Mini Spa para arreglarse, utilizando varios productos para dejar su piel más suave y brillante.
Paso a concentrarse en lograr un cabello y maquillaje apropiado para la ocasión. Cuando quedó satisfecha se vistió con lo que compró más temprano ese día, atendió unos últimos detalles y ya lista se sentó a esperar ansiosamente la llamada de Liam. Al recibirla finalmente, salió de su habitación respirando nerviosamente y midiendo sus pasos. Esto para distraerse de los pensamientos sobre si a su compañero le gustará como se ve en estos momentos.
Al llegar a la planta baja y salir del hotel, se encuentra con su guapo compañero vestido de negro en un atuendo semiformal. Esta vista delante de ella casi la hace babear.
En el caso de Liam, al ver a Camila, su corazón se paró por unos segundos, ya que se veía tan hermosa y delicada que parece un ángel caído del cielo. Sale de su ensoñación, se acerca a donde está para tomar su mano y dejarle un suave beso sobre la misma, mientras ella se sonroja ante este acto.
Después la lleva hasta el carro, caballerosamente le abre la puerta y la ayuda a entrar en el. Después se sube, para así ir a su destino.
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Después de media hora de viaje, llegaron a una zona privada.
Liam se bajó, le abrió la puerta a Camila y tomó suavemente su mano para ayudarla a salir del auto.
Ya afuera, se puso detrás de su compañera y le tocó el brazo juguetonamente mientras le decía que cerrará los ojos que él la iba a guiar, estando muy cerca de ella. Esto ocasionaba una deliciosa corriente eléctrica en ambos, al igual que cada vez que sus pieles hacían contacto.
Poco después, dejaron de caminar y Liam le pidió a Camila que abriera sus ojos lentamente. Ella hizo lo que él le pidió y ante ella apareció un gran espacio, como una especie de jardín, decorado de manera tan romántica y que se notaba el esfuerzo de armarlo de esa manera, lo cual aceleró los latidos de su corazón de tal manera que se podía escuchar claramente.
Ambos fueron a la mesa y se sentaron alrededor de ella, después de que le le movió educamente la silla a ella.
Aparecieron varios meseros, los cuales dejaron un variedad de platos exquisitos y vinos para degustar. Mientras comían hablaron de varias cosas triviales, que les ayudó a conocerse mucho más.
Al rato de terminar con su comida, Liam extendió su mano para invitar a bailar a Camila.
Por lo que en el centro de todo el espacio, estaba la pista de baile, en donde ambos bailaron lentamente disfrutando de la música, de sus sentimientos y compartiendo pequeños besos en ese momento. Después dieron un paseo alrededor de la propiedad con la finalidad de ver otras partes increíbles del lugar.
Liam estaba algo nervioso, desde que se encontró con su compañera estaba decidido a llevársela consigo a su Manada pero no estaba seguro si iba aceptar a no, por lo que tenía que hacer la propuesta, del tal manera que se detuvo frente a una fuente, tomó ambas manos dejando un beso en ellas, y empezó a hablar.
— Sabes desde que te vio está mañana, he tenido ganas de proponerte algo — dice Liam mientras acaricia un mechón de cabello rojizo entre sus dedos.
— ¿Qué cosa? — le pregunta Camila con curiosidad.
— Quiero llevarte a vivir conmigo a mi manada, que formemos nuestra vida allí y que también conozcas a mi familia— dice esto último con pesar, algo que Camila notó pero no dijo nada porque se dió cuenta que todavía no había terminado de hablar — ¿qué dices?.— le pregunta él mirándola expectante.
— Me encantaría, pero sin dudas me llevo a mi mejor amiga conmigo— le dijo Camila con emoción y diversión— no la pienso dejar sola por nada del mundo. — finalizó.
Él la miró con curiosidad pero no le negó su petición.— Me parece perfecto. Solo debo hablar con mis Alfas, pero no creo que ellos tengan problemas para recibir a tú amiga en la Manada. En BLOOD MOON será gratamente recibida — le dijo él con una brillante sonrisa.
Pero a Camila se le fue la suya, cuando escuchó el nombre de esa manada. — Perdón, ¿cómo dices que se llama tu Manada? — le preguntó ella con cierto temor.
—BLOOD MOON — repitió Liam sin problemas, pero se dió cuenta de cómo cambió la actitud de Camila y lo pálida que se puso después de saber cuál era su Manada.
Vaya el mundo es muy pequeño, pensó Camila ante eso.
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