Dylan Yard

Días después Susan encontró al conde sentado en una habitación…

[¿Por qué esta solo? Espera… ¿esta pintando? El conde pinta... no lo puedo creer…]

Susan: ¿puedo ver?

Conde: ¡dioses! Lady Susan… esto no es nada… es solo una…. Perdone… pero… no… lo siento es que… yo no…

Susan: wow tan nervioso, ahora sí quiero ver…

El conde intento tapar su obra, pero ella lo abrazo por la espalda, lo que hizo que él se tensara y se quedara completamente quieto… por lo que ella pudo ver el cuadro en proceso… ella se sorprendió por el dibujo… aun no estaba terminado… pero eran dos ojos verdes, grandes, hermosos y profundos…

Susan: wow… tiene mucho talento…

Ella aun no lo soltaba, por lo que el conde ni siquiera se atrevió a responder…

Susan: no sabía que usted pintaba…

Cuando escucharon la puerta Susan recién se dio cuenta, que aun lo tenia abrazado, por lo que se sonrojo… el conde vio su expresión…

[¡dioses! Permíteme no borrar esa expresión nunca de mi mente]

- Señor, tiene visitas…

Conde: ¡que extraño! No esperaba a nadie…

Susan: bien, iré a la cocina…

Conde: no es necesario que ayudes…

Susan: no hay problema, me gusta hacerlo…

Ambos salieron de esa sala y se encontraron con Lady Varsovie…

Lady Varsovie: querido mío… que bueno verte… pareces que cada día estas mejor…

Conde: buenas tardes, no sabía que vendrías…

Susan: permiso…

Lady Varsovie: muchacha… ¿Sandra? Me llevarías un jugo de fresa al jardín, quiero conversar con este hombre… son tas cosas…

Conde: Lady SUSAN es una destacada maga de sanación, una enviada del templo, no es una empleada en esta casa, además tampoco tiempo para ir al jardín…

Lady Varsovie: bien… a tu oficina, entonces…

Susan los miraba, y el conde vio en ella un rostro de confusión, luego sacudió la vista y continúo caminando...

Una semana después, llego a la mansión de la gran Isla, Dylan Yard, un joven robusto, de cabello claro y rizado, asistente del ducado Mortimer, que ayudaba ocasionalmente a la condesa Ariadne Kelly.

Dylan: buenas tardes joven, necesito una entrevista…

Jay: el conde en estos momentos…

Dylan: no, no, busco a la maga sanadora, a Lady Romo.

Jay: ¡oh! Eh… espere… ¿usted es?

Dylan: discúlpeme, no me había presentado, soy Dylan Yard, asistente del ducado Mortimer y ahora también apoyando a la condesa Ariadne.

Jay: entiendo… por favor pase al jardín… le preguntare a lady Susan, si lo puede recibir.

Dylan: muchas gracias…

Cuando Jay entro, se encontró con el conde quien había escuchado parte de la conversación.

Conde: ¿Quién es ese?

Jay: un asistente que busca a lady Susan

Conde: ¿para qué?

Jay: no lo sé… parece que viene de parte de su cuñada…

Conde: manda a que lo vigilen, quiero saber a qué viene exactamente…

Susan: ¿todo bien?

Jay: lady Susan…

Dylan, quien había escuchado el nombre, se coloco en el umbral de la puerta…

Dylan: Lady Susan

Susan: disculpe… ¿nos conocemos?

Dylan: aun no, he venido hasta aquí por usted… permítame presentarme soy Dylan Yard, asistente del ducado Mortimer y hoy apoyo también a lady Ariadne, en la planificación del asilo…

Susan: ¡oh! Entiendo… creo que conocí a su hermano en la boda…

Dylan: si, mi hermano Oscar… lamento haberme perdido esa boda, la podría haber conocido mucho antes… usted es realmente hermosa y por lo que he sabido muy talentosa…

Susan: jajaja ¿viene hablarme del asilo?

Dylan: si, son varias cosas… varias… podría invitarla a tomar el té… así estaríamos mas cómodos, además casi no conozco la Gran Isla…

El conde le negó con la cabeza a Jay…

Jay: joven Yard, no es necesario, pueden pasar al jardín… pediré que les lleven algo de beber…

Dylan: pero, en el pueblo, podríamos…

Susan: pasemos al jardín, además hoy hicieron un postre que huele maravilloso…

Dylan: como usted diga, mi hermosa dama…

El conde apretaba los puños, mientras Dylan hablaba y se deshacía en elogios hacia Susan… que en un movimiento de manos… hizo que le saltara agua de la laguna directamente en el rostro…

[espero, que con eso se calle]

Lamentablemente para el conde… la situación acerco mas a Susan, quien lo ayudo a secarse el rostro…

Dylan: sus manos son muy suaves Lady Romo

Susan: no me diga Lady Romo, solo Susan…

Dylan: claro Lady Susan… quizás, algún día le llame de otra manera…

Susan: ¿con otro nombre?

Dylan: no, por ejemplo… ¿esposa?

Susan: jajajaja es usted muy gracioso joven Yard…

El conde nuevamente furioso movió sus manos… le tiraría la laguna completa…

Jay: jefe… también va a mojar a lady Susan…

De solo pensar que ese hombre, la vería con la ropa mojada, bajo las manos y entro a su oficina…

Conde: quiero toda la información de ese hombre y escríbele a mi hermano, que no mande a nadie, sin preguntarme antes… menos a idiotas, sobrepasados, con cara de pervertidos.

Dylan y Susan estuvieron revisando los documentos durante la tarde, siempre bajo la mirada atenta del conde, desde su ventana…

[¿Por qué se esta riendo? ¿Qué le dijo? Mmmm a mi me costo semanas para que se riera asi conmigo… ¿Cuántos papeles puede tener ahí? ¡maldición!]

Conde: Jay, amigo te voy a regalar… un caballo nuevo…

Jay: muchas gracias señor… ¿Por qué?

El conde tomo un plato pequeño y se lo rompió en la cabeza…

Jay se quejó de dolor…

Conde: te doy 10 monedas de oro, si exageras…

Jay: 15

Conde: hecho…

Jay: 15 más el caballo…

El conde le grito al guardia, para que fuera a buscar a lady Susan…

Ella en minutos entro y vio a Jay con un corte en la frente, pequeño, pero sangraba bastante…

Jay: ¡duele! ¡duele!...

Susan: ¿Qué le paso?

Conde: se pegó con el… mueble…

El conde no esperaba que Dylan la siguiera a la oficina…

Conde: ¿usted quien es? ¿Por qué entra asi en mi oficina?

Dylan: perdóneme señor, estaba con lady Susan, cuando la llamaron, soy Dylan Yard…

Susan froto sus manos suavemente y una luz blanca apareció frente a ella, curando lentamente la herida de la cabeza de Jay.

Dylan: wow Lady Susan, usted es impresionante, verla trabajar hace que me…

Conde: ¿Cómo te sientes Jay?

Jay: mejor, muchas gracias lady Susan

Susan: también tiene molestias estomacales…

Jay: he estado trabajando bajo mucha presión…

Susan también lo ayudo con ese problema y ahora Jay se encontraba realmente relajado…

Dylan: lady Susan, quizás usted también después me pueda ayudar…

Susan: ¿está enfermo?

Dylan: tengo problemas para dormir… quizás…

Conde: ¡suficiente!

Todos miraron al conde y el tosió suavemente…

Conde: es suficiente de enfermedades… lady Susan debe ir a descansar… y usted joven…

Dylan: pero, lady Susan, si quiere…

Susan: podíamos seguir con la reunión después… más tarde, debo atender al conde…

El conde sonrío y asintió… pero, su rostro cambio al escucharlo nuevamente hablar.

Dylan: claro, vendré mañana, a llevarla a desayunar…

Susan: esta bien… no he desayunado afuera desde que llegue…

Dylan: perfecto… será nuestra primera vez… juntos… desayunado en la gran isla

Dylan veía la mirada del conde, y comenzó a entender, por lo que, su sentido de supervivencia se activó y se despidió de todos y salió rumbo a la posada…

Jay: mi lady, perdone que le pregunte… el joven Dylan, venia por negocios…

Susan: eh… en realidad, es por lo del asilo, en el cual trabajare pronto… aunque según él, es mejor que este allá, para que el área médica se haga con todo lo necesario para atender a los ancianos…

Jay: ¿área medica?

Susan: si, si bien puedo atenderlos… con los problemas de la edad, solo puedo ayudar a mitigar el dolor…

Jay: entiendo… entonces está pensando en irse…

Susan: no lo sé aun…

Esas palabras resonaron en la mente del conde, como un golpe directamente en su pecho… que ni siquiera noto, cuando ambos se fueron, quedando solo en su oficina…

[¿se va a ir? ¿realmente puede que se vaya?]

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