Bosque nevado

La puerta se abrió de golpe y ahí estaba la pesadilla de muchas personas, la pesadilla de él, era grande, blanco, con cuernos en la cabeza y unos colmillos que aunque quisiera apartar mis ojos de ellos me era imposible pues pronto los tendría encajados en algún lugar de mi piel ¿dolería? Pero que estúpida claro que iba doler, mis sentidos me gritaban que corriera, que buscará un lugar donde estar a salvo pero no podía reaccionar, tal vez el miedo me había paralizado. La bestia se quedó parada frente a mí con cara ¿sorprendida? ¿podía un monstruo sorprenderse? Por supuesto que no, eran imaginaciones mías. La bestia comenzó a caminar de un lado a otro, no había reparado que la bestia caminaba en dos patas, nunca había visto a un animal caminar en dos patas pero bueno los animales que había visto no se parecían en nada al que tenía en frente. De pronto paro en seco y se quedó mirándome, acercó su nariz y estaba olfateando

- Bosque, hueles a bosque nevado

Mis ojos se querían salir de mis órbitas y de mi garganta quería salir un gritó que seguramente destrozaría mis cuerdas vocales y me quedaría sin voz, pero lo único que hice fue temblar... Habia hablado, el monstruo frente a mí había hablado y había dicho que yo olía a bosque nevado, no pude soportarlo más y perdí el conocimiento.

Adam

Haberla visto tocar había sido una maravilla, toda ella era una maravilla, la manera en que tocaba me recordó a mi madre a ella también le gustaba tocar el piano y cuando lo hacía se veía igual que ella, con una sonrisa plantada en los labios y un brillo de satisfacción en los ojos, está mujer me había hechizado pues no podía apartar mis ojos de ella, todo lo que hacía por más pequeño que fuera me maravillaba y ese gesto en especial, como sonreía y mordía sus labios, creo que era una manía de ella pues lo hacía a menudo pero para mí era algo provocador, profundamente sexy. Tuve que salir de ahí antes de lanzarme a ella y quitarme de una vez la ansias por probar esos labios que me acompañaban desde la primera vez que la ví. Me encerré en mi habitación y busque la manera de sacarla, o al menos lo intente pues no pude concentrarme en nada más que en su recuerdo y el sonido que llegaba de abajo me lo hacía más presente. Ya estaba por anochecer así que le dije que subiera a su habitación y no saliera de ahí, cuando mi transformación llegó yo ya estaba en el calabozo pero por más que lo intente no logré dormir, seguía con su rostro pegado a mi memoria, después de intentar sin éxito dormir decidí subir a mi habitación pues a esta hora ella ya debería estar profundamente dormida. Grande fue mi sorpresa al abrir la puerta de mi habitación y encontrarla ahí, parada en medio de la habitación, con los ojos bien abiertos mirando el monstruo frente a ella, quería huir, correr hacia los calabozos, hacia el bosque, quería gritarle por no hacer caso, por no estar dormida pero de pronto un aroma super delicioso llegó a mí, me detuve y acerqué mi nariz hacia ella, olía delicioso y sin poder contener mi lengua hablé, pensé que gritaría y haría un escándalo pero solo abrió más sus precios ojos y de pronto cayó al suelo inconciente. ¿y ahora que hago? Me acerque a ella y la levanté del suelo para llevarla a la cama la dejé ahí y estuve observando por un largo tiempo, Isabella era la mujer más hermosa que había visto en mi vida y vaya que había visto mujeres lindas, pero ella además era fuerte, decidida, rebelde, una combinación única. Al notar que ella comienza a recuperar la razón baje corriendo hacia el calabozo y no salí de ahí hasta que amaneció.

Isabella

Estaba un poco confundida, mire a mi alrededor y tarde un poco en recordar lo que había pasado pero cuando lo hice me senté de golpe ¡estaba en la cama! Yo estoy segura de que no me había movido de lugar hasta escuchar esa cosa hablar, porque no había sido producto de mi imaginación. Era sorprendente si, pero ya más calmada lo pensé bien, estaba en un castillo encantado la maldición de que él tenía era mágica, obviamente el monstruo era mágico también. Pero vaya susto que me lleve, de pronto comencé a tocarme todo el cuerpo, me pare de un salto de la cama y gire sobre mí misma intentando ver mi espalda buscando heridas pero no, no encontré absolutamente nada fuera de lugar solo que en lugar de quedar en el piso estaba en la cama. ¿y si había llegado él y había luchado con la bestia? Era muy lógico y fue él quien me llevo a la cama, obvio

- Imagínate que hubiera sido la bestia jajaja

Mi imaginación a veces no tenía límites

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