Imbécil

Estaba en mi habitación recordando sus estúpidas reglas

- No quiero verte ¿y quién le dijo a él que yo soy muy feliz viendo su estúpido rostro?

Me molestaba que me tratara así, pues yo nunca había permitido este tipo de comportamientos, sé la mujer que soy y no permitiré que nadie me trate como quiera ya no. No verlo hasta encontrar la manera de salir de aquí era lo mejor, además de que quería recorrer el castillo y aprender todo lo que pudiera de la experiencia. ¿que habrá en esa habitación? Lo peor que alguien puede hacer es prohibirme algo pues en el momento en que me lo prohíben se vuelve un desafío para mí, uno que no pienso perder. Habían pasado alrededor de dos horas y ya me encontraba exhausta, recorrer este lugar me tomaría días además de que ya había olvidado algunas habitaciones por las que había pasado, una habitación de música, una de arte, la cocina, el salón de fiestas, el salón del trono, el salón para recibir visitas. Era todo realmente impresionante mi casa era del tamaño del salón de fiestas, bueno la de mi papá, la mía cabía en la cocina y sobraba espacio en la cocina. Hablando de la cocina ya tenía hambre así que pedí algo para comer y después de terminar fui a ver a Rayo, pensaba limpiarle y darle agua limpia también algo de comida pero ya tenía todo, así que me puse a cepillar su cabello

- Yo se que te pedí que lo encontraras, pero el que yo me quedara aquí no era parte de encontrarlo, soy una tonta por dejarme deslumbrar por una cara bonita, la curiosidad por saber quién era y dónde vivía no me trajo nada más que problemas y mira los problemas, prisionera sin quererlo, pues ni él me tiene a la fuerza y yo no estoy aquí por gusto, ¿y ahora que hago? ¿cómo salimos de aquí?

Después de cepillar a Rayo regrese adentro ya casi era de noche, me fui a mi habitación y me senté en la cama pedí un té y lo tome mirando por la ventana, y es que no dejaba de maravillarme lo hermoso que era este lugar. ¿Cómo se rompería el hechizo? Me regañe a mí misma por estar pensando en esas tonterías yo en lo único que tenía que pensar era en salir de aquí, después de terminar el té baje a buscarlo

- Oye! Hey! Tú como sea que te llames!!

Después de unos minutos el apareció

- ¿Que quieres?

- Saber si ya encontraste la forma de sacarme de aquí

- Aún no

Estaba aburrida y extrañaba mi casa, si me quedaba mucho tiempo aquí la casa se vendría abajo de nuevo y yo ya no tenía dinero para repararla de nuevo

- Si eso es todo, me voy ya va anochecer y recuerda que no debes salir ah y no me busques por razones absurdas, si encuentro la manera de sacarte de aquí yo mismo vendré a buscarte

- Sabes que no hace falta que seas tan patán, sé que no me quieres aquí ya lo has dejado bien claro y espero también te haya quedado claro que yo tampoco estoy feliz aquí

- El que yo no te quiera aquí o el que tú no quieras estar aquí no cambia nada

- Eres un imbécil

Me dí la vuelta y de nuevo volví a mi habitación esperando quedarme dormida rápido pero no fue así, dí al menos mil vueltas en la cama antes de lograr dormir

Adam

Es tan refrescante hacerla enojar, ver cómo su cara se pone roja del coraje por contenerse, como aprieta los labios para reprimirse, como sus cejas se levantan en un arco precioso y sus hermosos ojos adquieren una chispa de furia, sabía que debía irse tenía que hacerlo era lo mejor pero en el fondo no quería que se fuera, ella había traído consigo luz a mi oscuridad, curiosidad por conocerla por saber más de ella, y aunque estaba mal pues todo lo que había pasado había sido por culpa de ello, pero había vuelto el deseo, el deseo por probar sus labios ¿que cara pondría si la besara? No podía seguir pensando en eso pues cada vez me costaba más alejarme de ella, tal vez se deba a que hacía tantos años que no tenía a alguien cerca. Mi transformación llegó y me fui a los calabozos a dormir pues normalmente dormía de día pero como ella está aquí lo mejor será cambiar mis hábitos de sueño y eso está mejor pues con la bestia dormida no suponía peligro para ella.

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