Castillo

Isabella

Estaba acostada pensando seriamente si era muy necesario que me levantará pues hacía tanto frío que de lo único que daban ganas era de quedarse en la cama todo el día, entonces mi estómago rugió y no tuve más remedio que levantarme y empezar mi día. Hice mi comida y después le di de comer a Rayo, tenía que darle agua y limpiar sus desechos. Mientras limpiaba me puse a pensar en ese hombre pues ni siquiera sabía su nombre, ¿dónde vive? Él había dicho que por aquí yo tenía curiosidad por saber a dónde se iba y como lo hacía, tenía unas ganas de seguirlo y averiguarlo pero ¿para qué? Lo mejor era no volver a verlo y no sé por qué ese pensamiento me produjo algo a lo que no quise darle nombre. Termine y estaba helada, volví a la casa y prepare un té y lo tome cerca de la chimenea, necesitaba salir de nuevo por leña y al salir Rayo no estaba, está vez no hizo ruido simplemente se marchó y sabía a dónde a sí que antes de darme cuenta ya estaba siguiendo sus huellas y en efecto estaba de nuevo con ese hombre inconsciente. Mientras él dormía yo me dije a mí misma que está vez lo seguiría, no porque me interesaba donde vivía o saber quién era, simplemente porque si Rayo volvía a encontrarlo inconsciente sería más efectivo llevarlo a su casa y dejarlo ahí que tener que traerlo a la mía y tener que aguantarlo. Así que me decidí a hacer eso, está vez no despertó casi al anochecer y me preocupo, me acerque para comprobar que respiraba así que acerqué mi oído a su nariz para saber si respiraba

- Que rico hueles

En el momento en que lo escuché salte de un brinco hacia atrás y lleve una mano a mi pecho pues me había sacado un susto

- Me asustaste

- No era mi intención, pero hueles a bosque nevado y ese olor me trae bonitos recuerdos de mi infancia

Me pregunté cómo una persona podía oler a bosques nevados, inconscientemente lleve mi pelo a mi nariz pero yo no olí nada diferente

- Es tarde

Dije, el miro por la ventana y se levantó de un salto para después salir por la puerta, yo está vez ya estaba preparada y no sabía cómo pero ya que Rayo siempre lo encontraba me monte en él y susurré a su oído (búscalo, búscalo y encuéntralo) Rayo salió disparado por el bosque, iba tan rápido que tuve que emplear mucha fuerza para agarrarme fuerte de la silla y no me tirará. Cuando paro estábamos frente a árboles, unos distintos a los que había cerca de mi casa pero no había nada más, estaba pensando que tal vez Rayo había planeado sacarme a correr y comencé a reír tontamente, le pedí que volviera a casa pero Rayo siguió derecho, no comprendía exactamente hacia donde se dirigía pues los árboles estaban muy juntos sería casi imposible para un humano pasar por ellos sin quedar atrapado, ahora para un caballo sería peligroso, le grite que se detuviera, que diera la vuelta, incluso tire de las riendas pero el solo siguió hacia adelante entonces yo me puse dura, lo más que pude para recibir el impacto pero este nunca llego. Abrí mis ojos lentamente y ya no había árboles, frente a mí tenía un hermoso jardín que se extendía lo que a mí me parecían kilómetros, con el césped cortado, las flores regadas como si un jardinero cuidara especialmente de ellas, había escaleras y esas escaleras llevaban a un...

- ¡Un castillo!

Grite e inmediatamente me tape la boca con mi mano, no podía creer que semejante cosa estuviera aquí. Madre mía, estaba perpleja pues no entendía que demonios hacía un castillo en el bosque, ¿cómo es que nunca escuché hablar de esto? ¿y como es posible que esté aquí si antes solo había arboles? Rayo corrió hacia adelante y llegamos hacia la entrada, yo quería irme, salir corriendo pero, mi curiosidad por saber ¿que hacía un castillo en el bosque? ¿Y quienes vivían en él? ganó la batalla a mis ganas de huir. Pensé en tocar la puerta pero al momento de acercarme está se abrió, está sorprendida por decirlo menos y es que no podía creer lo que tenía enfrente, el salón era cálido, había velas encendidas por todas partes así que la estancia estaba bien iluminada, había cortinas preciosas colgando de las ventanas, los muebles eran de buena calidad, había cuadros en las paredes, todo perfectamente decorado. El lugar era tan grande que pensé me llevaría semanas recorrerlo, era blanco, las escaleras eran de mármol pulido, al mirar al techo ví que tenía una pintura de ángeles y querubines, estaba embobada mirando cuando escuché unos pasos apresurados frenar tras de mí

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Comments

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Isabella Adam vive en un castillo está maldecido tu lo liberaras con tu amor

2025-02-22

1

Dulce Cira

Dulce Cira

wuaooooo qué historia tan linda ☺️🌹

2025-02-22

1

Alicia Marin Silva

Alicia Marin Silva

está muy buena

2025-02-22

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