Cap. 20 Mi señorita,

Tamara regresó sin novedad, estaba emocionada por como se había conectado con Liliana, ambas se llevaban bien y eran muy afines.

Nelly estaba alegre, parecía que sus vidas estaban mejorando, ahora tenían un hermoso dormitorio, les daban las tres comidas diarias y siempre les daban los gastos de Tamara, además de ropa y todo lo demás.

Nelly, sin embargo, quería saber como estaba Tamara, cuál era su impresión de su compromiso y además, ese soldado metiche que siempre la estaba rondando.

—Mi señorita, su prometido es alguien muy respetado, muchos le tienen miedo, usted…, ¿qué opina? —dijo Nelly con cautela.

Tamara la miró un poco desconcertada, la había sacado de pensamientos parecidos, ella se preguntaba exactamente lo mismo.

—Nelly, no lo sé, todos dicen que es un ser malvado, pero no creo que la Emperatriz Madre me deje en una mala situación, además, ella lo ha criado como a su propio hijo, estoy segura de que no me lastimaría.

—Pero…, Nelly, tengo miedo, tengo miedo de mi futuro esposo, ya sabes, los hombres suelen ser unos santos con sus madres, pero a sus espaldas, son diferentes.

—Solo quiero tener una conversación con él, si acepta un matrimonio de nombre y no nos metemos en la vida del otro, sería perfecto, pero creo que no ese tipo de hombre, parece que es del tipo que tiene todo, lo que quiere y lo que no quiere también —dijo pensativa, ella ya ha vivido más, por los recuerdos que tiene del hermano del emperador, es alguien que cuando se propone algo lo consigue y no desaprovecha ninguna circunstancia.

Nelly asintió, solo espera que sea aún hombre justo, que no le haga las cosas difíciles a su señorita, ella siempre sufrió por injusticia.

—Mi señorita, pero debe tener cuidado, ese soldado que la está rondando, tal vez el archiduque se sienta incómodo si un hombre es tan cercano a su esposa —dijo Nelly mientras Tamara se tensó de inmediato.

—No…, no es para tanto, Bogo…, es solo un amigo, me salvó la vida y no puedo solo hacerlo a un lado como si nada —dijo Tamara un poco nerviosa, claro que se siente confundida, Bogo es un hombre con un temperamento llevadero, aunque es vanidoso y exasperante a momentos, también es despreocupado, pero lo más importante es muy guapo y la hace sonrojar como a una jovencita.

Nelly parpadeó varias veces, acaso su señorita no se daba cuenta o no quería darse cuenta.

—Cuando entre en la habitación, usted dormía plácidamente entre sus brazos, además de que es muy guapo, eso ni que se diga. Mi señorita es claro que él está interesado, y se fue a meter al cuarto de una señorita pura y además comprometida.

—Me parece que ese canalla quiere sacar ventaja y después la deja mancillada y con un matrimonio fallido —dijo Nelly mientras Tamara levanta las cejas.

Ella había olvidado ese tema, es verdad, aunque ella ya le dijo a Bogo que no podía estar con ella en su habitación solos, pero en esta época es más difícil, una doncella apenas y puede tener contacto con un hombre o será malinterpretada.

Tamara solo asintió y se puso a pensar, no debía dejar que Bogo se filtre en su habitación por la venta del balcón, ella debía ponerle límites a ese soldado confianzudo.

Bajaron de carruaje en su destino y támara con Nelly se dirigen hacia la mansión de la Emperatriz Madre. Tamara seguía pensando en su difícil situación, un matrimonio con el que sería su asesino en el futuro, una familia de lo más despreciable, un emperador que quería tenerla como un pedazo de carne sin darle su lugar. Cuando ella caminaba distraída, escuchó la voz arrogante y atrevida, era la primera concubina y detrás de ella estaba la segunda concubina con cara arrogante.

—Lady Benz, qué casualidad, estábamos en camino a la reunión con la Emperatriz Madre, ¿la ha invitado? —dijo mirándola de pies a cabeza como si Tamara fuera inferior.

Tamara hizo una elegante reverencia, sus delicadas manos bailaron con gracia cuando tocaba el vestido para extenderlo.

—Primera concubina, no he sido invitada, esa reunión es solo para las concubinas del emperador, ahora tengo un prometido, realmente estoy muy ocupada, ya saben, el compromiso y el matrimonio de la primera esposa es especial —dijo sonriente mientras ambas mujeres se deformaban ante el comentario.

Las otras concubinas estaban llegando, en especial la 6ta y octava concubina miraban con admiración a la joven Tamara, ella parece una muñeca de porcelana, pero su corazón es hierro puro.

—Lady Benz, ¿es cierto que se casa con el Archiduque Tous?, es realmente increíble, nos dijeron que nunca se hizo el matrimonio de concubina, así que se la ha asignado un prometido —dijo la octava concubina con admiración, era mucha suerte pasar de ser una concubina a una primera esposa.

Todas susurraban y cuchicheaba, más las dos serpientes mayores estaban más indignadas.

—Lady Benz, la desventura es del Archiduque, tener que casarse con la hija de una tercera concubina sin cuna ni estatus, realmente ese hombre se debe sentir desventurado, no me imagino el humor que tendrá cunado se case, espero que no le haga las cosas difíciles —dijo la segunda concubina con mordacidad mientras Tamara sonríe suavemente, imperturbable.

—Segunda concubina, no se preocupe por cosas que no va a poder ver y menos disfrutar, de todas maneras, creo que es la familia Benz quien debería sentirse preocupada por mi compromiso.

—Sin embargo, déjeme decirles algo, aunque sea tan inferior como ustedes dicen, aun así seré la primera esposa, no porque el mono sea el más grande, significa que sus monas son mejores —dijo Tamara mientras hace una ligera reverencia para marcharse, Sin embargo, la primera concubina se sitió tan ofendida que contraatacó con furia.

—De que estás orgullosa, eres la basura de la familia Benz, tu madre era un cazafortunas, una don nadie, no sé cómo una tercera concubina puede ser mejor que nuestras madres, que eran las primeras esposas, eres una perra al igual que la concubina miserable de tu madre —dijo furiosa con los ojos rojos de ira.

Todas se callaron, ahí, todas eran concubinas, eran las esposas secundarias del emperador, pero de repente, una voz las saco de su aturdimiento.

—Vaya, la primera concubina parece que no se ha visto en un espejo y es sorda, ya que no entiende su lugar, cuando la llaman, primera concubina —la voz de Mora se hizo presente haciendo que todas se volteen y hagan una reverencia torpe e incómoda.

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