Cap. 11 Nelly, ¿Qué pasó?

Támara abrió los ojos, la luz la cegó por un momento, levantó su mano, para cubrir la intensa luz, pero al ver su muñeca, tenía vendas, pudo ver a su alrededor y la habitación es hermosa, iluminada, con grandes ventanales y largas cortinas que ondean con la brisa.

¿Acaso he renacido de nuevo?, se preguntaba, sin embargo, escuchó unos murmullos cerca de ella, cuando se volteó, estaba Nelly arrodillada al lado de la gran cama, ella rezaba fervorosamente con los ojos cerrados.

Tamara dio una sonrisa, esa niña es muy buena, está segura de que en su otra vida y su mundo, la habría patrocinado para que se cultive, que tenga buenos estudios y una vida próspera.

—Nel…, Nelly —dijo Tamara con la voz un poco ronca; sin embargo, la pequeña Nelly parpadeo y miró para todo lado y vio recién los hermosos ojos de su señorita mirándola con atención.

—Mi señorita, por fin despierta, estaba tan preocupada, pensé que no volvería a despertar —dijo mientras derramaba lágrimas a borbollones.

Tamara asintió calmándola, quiso mover su mano derecha de nuevo y gimió de dolor.

—Nelly, ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?, recuerdo que me lancé por el balcón y…, no recuerdo nada más —dijo Tamara mirando sus manos que tienen varias vendas, aunque hizo una revisión general, le dolía el cuerpo, pero parecía que todo funcionaba, al menos parecía.

Nelly se secó las lágrimas sin éxito, mientras más se las limpiaba, más lágrimas salían.

—Mi señorita, llamaré al médico, debe revisarla, me dijo que le avise ni bien despierte —dijo Nelly, mientas sale corriendo para buscar al médico.

Tamara parpadeó, varias veces, trata de buscar en su cabeza lo que había pasado después, pero estaba todo borroso, había caído en los árboles del jardín oeste, los árboles son altos y frondosos, tal vez eso ayudó a que su caída no sea tan grave, sin embargo, los altos y gruesos trocos de los árboles, están bastante altos, así que ella igual debería haber tenido una gran caída.

El Dr. entró apresurado y miró a la hermosa Tamara, detrás de él la Dama Lau, ella vio detenidamente como Tamara era evaluada pro el médico.

Nelly estaba ahí expectante mientras sigue llorando. Tamara se impacientó, realmente Nelly era un caso.

—Nel, deja de llorar, parece que tienes un océano dentro de ti —dijo susurrando hacia ella; sin embargo, Nelly asintió para llorar nuevamente.

La Dama Lau levantó la comisura de sus labios, no le extraña que sean tan traviesas, ellas realmente tienen una gran conexión.

—Lady Tamara, está muy bien, aunque hay moretones y raspaduras, todo está como debería, ningún hueso roto, realmente una gran suerte —dijo el hombre mientras la Dama Lau asentía, no era suerte, es que hay gente cuidándola.

—Gracias Dr., puede retirarse, quiero hablar con Lady Tamara de inmediato —dijo haciendo un asentimiento con la cabeza, el hombre salió de inmediato.

—Nelly, ve a que preparen comida para Lady Tamara, ella debe tener hambre, ya es casi medio día y no ha comido nada desde, anoche —dijo la mujer mientras Nelly asiente apresurada y sale como un rayo.

Dos doncellas entraron y acomodaron un sillón cerca de la cama, la Dama Lau tenía que hablar seriamente con esa revoltosa, aunque sabe que lo que diga la va a preocupar un poco.

—Dama Lau, ¿dónde estoy?, yo…. —de repente Tamara tuvo una revelación, recordó que el emperador quería obligarla a ser su mujer, y debe estar realmente molesto, ella debería estar con la cabeza colgando de un hilo, ese tipo no es una buena persona, lo siente en sus huesos.

—¿El emperador?..., él…, no deje que me encuentre por favor, no deje que… —Tamara se puso nerviosa, sin embargo, la Dama Lau se acercó más a ella y la tomó de las manos para calmarla.

—Lady Tamara, tranquila, esa situación no se puede dar de ninguna manera, bueno, cuando usted saltaba, alguien tocaba la puerta del emperador para detener esa situación, mientras esté en este recinto, nadie puede molestarla, ahora descanse, debe recuperar fuerzas, en un momento viene el almuerzo —dijo saliendo del lugar mientras Tamara levanta una ceja sin comprender.

Mientras Tamara pensaba en la situación, escuchó unos sonidos en la ventana, de repente, al voltear, la alta figura del Soldado se dejó ver, el joven de unos 23 años estaba ahí mirando el lugar.

Tamara lo vio y su corazón corrió apresurado, no entendía lo que le pasaba, pero le alegraba verlo por alguna razón.

—Pequeño demonio, parece que ya estás mejor —dijo entrando casualmente.

—Tú…, ¿cómo entraste?, ¿te metiste por la ventana?, si te ven nos vas a meter en problemas, sal de aquí —dijo preocupada mientras lo observaba, es realmente guapo, no tiene en su memoria a ese chico, tal vez es porque es un soldado cualquiera, incluso, el rostro del emperador lo tiene grabado por la memoria pasada de la Tamara original.

—Pequeño demonio, me puedes decir Bogo, no me van a ver aquí, no te preocupes, ahora dime, ¿cómo te sientes?, por poco y logro salvarte de esa caída —dijo mientras se sienta en un sillón con toda la confianza del mundo.

Tamara parpadeó y se miró a sí misma, solo tenía varios vendajes, pero estaba entera, esa caída realmente le habría dejado mínimamente un hueso roto.

—Tú me salvaste?, ¿cómo? —dijo muy confundida, sus ojos parpadeaban sin poder recordar nada, pero no tenía heridas en la cabeza, así que debe ser por el susto.

—Oh, no lo recuerdas, vaya, tendré que contarte la situación, eres un pequeño demonio muy malagradecido, hasta me pediste ayuda —dijo con una media sonrisa de lo más sínica, pero se veía encantador en cada movimiento que hacía.

Tamara asintió y se paró como pudo, aún tiene una gran venda en la pantorrilla, la hizo dar un respingo por el dolor, pero Bogo se acercó como un rayo y la levantó en sus brazos, la llevó a la silla y la sentó ahí para que puedan conversar, sabe que ella es muy inquieta y va a dar pelea por moverse todo el tiempo.

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