CAPÍTULO XI

...la única chica a la que he amado—no logró procesar todo esto.

El a amado...

Le han roto el corazón...

Me siento a su lado, juego con una de las perlas de aquel collar.

—Quieres contarme—pregunto con cautela.

—La conocí en mi segundo año de instituto, su llegada fue todo un acontecimiento—mi mira por segunda vez desde que entre ha esta habitación—una chica hermosa de cabellos castaños y ojos avellana—en sus palabras noto algo,no se si es amor o cariño a su recuerdo—Nos conocimos muy poco pero para mi fue suficiente para saber que ella era la mujer de mi vida—algo dentro de mi llora lágrimas de sangre.

Aquellas palabras en vez de aliviarme son una lluvia de puñales—¿Aún la amas?—Me doy cuanta de lo que acabo de preguntar y llevo las manos a mi boca.

Pasan los segundos sus ojos ya no me miran y no responde.

Con la poca dignidad que me queda salgo de aquella habitación.

Hay algo más que duele ni una mirada al momento de irme.

La amaba...

Ama su recuerdo....La ama a ella.

Agradezco que no me encuentro a nadie de la familia.

Camino por el sendero de pinos, a unos pocos metros observo el portón.

El guardia me abre la puerta, sin preguntar como si supiera lo que ha sucedido.

Salgo de aquel lugar y me permito respirar.

No estoy lejos de mi casa así que decido caminar.

Me quito mis tacones con pies descalzos camino por la avenida.

Pasan los autos...

No hay tanta gente en los comercios.

Un sonido me sobresalta.

Mi estómago exige comida.

Camino unas dos cuadras y llevo al restaurant de la esquina de mi casa.

Amo la comida china...Esta casi vacío me siento en la mesa junto al gran ventanal.

—Que puedo servirte—un chico de mi edad y obviamente asiático toma mi orden—

—Un pollo agridulce y un té helado—ordenó.

—Buena elección Becc—me muestra una sonrisa y se marcha, un momento...

Sólo hay una persona en el mundo que me llama así.

—Como te llamas—el chico de ojos rasgados vuelve a preguntar.

—Becca—respondo con fastidio.

—¡Qué No!—contraataca—es Becc suena más bonito, ya que tienes nombre de medicamento para cólicos menstrual—se ríe el maldito.

Suelto su mano dejando caer su maleta—Ups—subo las escaleras eléctricas—Vete al diablo nose ni por que soy tu amiga—le grito ya estando en el segundo piso del aeropuerto.

—Me amas Becc, sólo tienes que aceptarlo—

No puede ser el, lo vi montarse en ese avión con destino a Tokio.

Un tazón con fideos y pollo es puesto en mi mesa.

Se sienta frente a mi. Ya no es el chico puberto con espinillas en su cara y esos horribles braquets.

Ya es un hombre y muy atractivo.

Me mira con una ternura que sólo el puede—Ya me recuerdas Becc—pregunta.

Estira su mano sobre la mesa y toma la mía

Es el—¿Who?—me atrevo a decir su nombre.

Y una sonrisa se dibuja en su ratro.

Es el...

Who Lî

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