Capítulo 9

NARRADOR

El señor D, llevo a Cyra hasta una hermosa cabaña en medio del bosque, allí, se encargó de envenenar la mente de la joven con odio hacia su hermana, así como avivar el odio que Cyra ya sentía por su padre y aquellos que la habían lastimado, puesto que el objetivo del señor D era llenar de odio el alma de Cyra, para así poder apoderarse de ella.

El señor D no era nada más ni nada menos que el dios Daotan, quien, desde que fue vencido por los primeros cuatro grandes magos, había planeado no solo su venganza contra ellos, sino también contra el dios Kaayo.

Daotan se había dado cuenta desde el inicio que él no era rival para el dios Kaayo, puesto que si bien sus fuerzas eran equiparables, Kaayo era quien siempre salía victorioso, es por eso que Daotan había decidido usar las propias creaciones de Kaayo en su contra, esto le había funcionado, hasta que cuatro magos arruinaron sus planes, pero esta vez sería diferente, puesto que usaría el poder de esos magos en su contra.

Cando Kaayo bendijo a los cuatro grandes magos, les dio mucho de él, y era esa misma magia la que Daotan quería conseguir para sí, magia que se encontraba almacenada en sus rasgos característicos, o sea en los cuernos, las alas y aletas, ya con todo ese poder en sus manos, acabaría no solo con Kaayo, sino también con el mundo que creo.

Para lograr su objetivo, Daotan tenía que esperar a que los cuatro animales sagrados eligieran a un nuevo portador, por esa razón el dios rondaba el templo de oráculo, en la espera de que esta diera su última profecía, una vez eso había ocurrido, Daotan puso su plan en marcha.

Su plan original era corromper a uno de los portadores de los animales sagrados, para que este se encargara de acabar con sus hermanos, por lo que sin dudarlo fue hacia el reino de la tierra, puesto que la familia elegida para que el carnero renaciera, estaba podrida hasta lo más profundo, por lo que corromper al joven no le sería difícil, pero al llegar se dio cuenta de que él no estaba allí, por lo que molesto se fue al reino del aire, donde si bien la portadora no tenía una buena vida, su alma era fuerte y sabía que intentar corromperla era una pérdida de tiempo, por lo que partió al reino del agua, pero tampoco tuvo éxito, una vez más la elegida no se encontraba donde debería y con en el reino del fuego no tuvo mejor suerte, puesto que el elegido era criado con amor y su alma era incorruptible.

Pero no todo había sido una pérdida de tiempo dentro de tres de los cuatro reinos, al menos un miembro de las familias ducales, aquellos que fueron bendecidos por los cuatro grandes magos originales, estaba corrompido, o eran fáciles de corromper, por lo que podría hacer uso de ellos si era necesario, puesto que serían marionetas perfectas, el poder en su interior los hacía más resistentes que un mago promedio, por lo que si corrompía la magia dentro de ellos, fácilmente podría aumentar su poder sin matarlos, puesto que en otro individuo, la magia maligna del dios Daotan los mataría al instante.

Aun con su descubrimiento, necesitaba una marioneta que pudiera hacerles frete a los nuevos portadores, puesto que aquellas marionetas que serían los duques, eran desechables, ya que sin importar cuanto poder les diera, su cuerpo tendría un límite, y este no era el necesario para acabar con los siguientes grandes mangos, así que necesitaba usar a alguien que pudiera almacenar aún más poder, por lo que fijo su atención en la descendencia de los primeros, esa magia antigua aún corría por sus venas, es por eso que eran magos tan poderosos, lo que los hacía las marionetas perfectas, pero para poder apoderarse de alguno de ellos, su corazón debía caer en la más profunda desesperación, para así poder entrar en su cuerpo y suprimir su voluntad, dejando un cascarón vacío que él pudiera manipular a su voluntad.

Daotan buscó en los cuatro reinos al candidato perfecto, pero uno a uno los fue descartando. Algunos eran algo viejos, otros tenían una voluntad demasiado fuerte, fue hasta que llegó al rey del fuego, que se dio cuenta de que este era el candidato perfecto.

El rey del fuego era alguien muy voluble, de sentimientos frágiles e inestables, por lo que Daotan sabía que no sería muy difícil manipularlo, por lo que, para empezar, se encargó de asesinar a sus padres, e hizo parecer que había sido un accidente, con la muerte de los antiguos reyes el joven monarca cayó en depresión, por lo que el dios Daotan aprovecho esto para aparecerse en sus sueños y así empezar a corromperlo, pero había algo a lo que el rey Flint se aferraba, y ese algo era su reina, quien a diferencia de su esposo, elle si tenía una voluntad fuerte, lo que hacía imposible corromperla, y esto obstaculizaba en gran manera los planes de aquel malvado dios.

Pero los planes de Daotan cambiaron por completo, cuando dos años después de la muerte de los antiguos reyes, la reina quedo embarazada, viendo en ese bebe una mejor marioneta, puesto que cuando llegara el momento de atacar, este sería joven, y podría corromperlo desde la más tierna infancia, lo que le facilitaría el trabajo en gran medida.

Fue Daotan quien causo el accidente de la reina, y aprovechando que ya tenía algo de poder sobre el rey le metió la idea de que la culpa la había tenido él bebe, algo que el rey, en su enfermizo amor, creyó, así, sin la intervención de la familia Daotan se encargaría de llenar el corazón de la pequeña con odio con la ayuda del odio injustificado del rey, pero todos sus planes se fueron a la basura cuando Cyra conoció a Ember, en poco tiempo Ember lleno el corazón de su hermana de sentimientos cálidos, que poco a poco comenzaron a sustituir todos aquellos malos sentimientos que Daotan había sembrado en la niña, al ver esto Daotan decidió entrar en los sueños de Cyra, para que así, la joven siguiera en el hoyo en el que el mismo la había hundido, fue debido a esto que la confianza de Cyra nunca creció, y a pesar de parecer segura por fuera, por dentro Cyra seguía siendo esa niña asustada que Ember conoció.

Fue al entrar en los sueños de la joven que Daotan pudo ver los sentimientos que Cyra tenía hacia Cole, por lo que, sabiendo que podrían ser de utilidad, los alentó, llenando la cabeza de la joven con escenario imposibles, pero que Cyra había llegado a creer, solo era cuestión de tiempo para que ella se enfrentara a la realidad y cuando eso pasara Cyra sufriría enormemente, y cuando eso pasara Daotan estaría cerca para aprovecharse de eso.

Tal y como lo había previsto, al enterarse de que el hombre que amaba, amaba a otra mujer, dejó a Cyra destrozada, y al fin Daotan pudo llevársela con él.

Día y noche Daotan se ha encargado de atormentar a la joven, fingiendo preocupación, Daotan solo le repetía una y otra vez que su hermana la había traicionado, puesto que el malvado dios, sabía que, si bien Cyra creía amar a Cole, a quién más quería era a su hermana, y lo que le dolía era esa “traición”, poco a poco el corazón de Cyra cayó en la desesperación, sus esperanzas comenzaron a esfumarse y sus seños a desaparecer y por un instante Cyra se convirtió en un cascarón vacío, ese era el momento de Daotan para actuar.

- Ellos deben pagar, deben pagar por lo que te hicieron, yo te puedo ayudar – le dijo Daotan a una desolada Cyra

Daotan tomo una forma semisólida, y estiro su mano para cerrar el trato con Cyra, la joven, quien se encontraba en un trance, trance en el que el dios Daotan la había puesto durante estos días, estrecho su mano con el que por años creyó su amigo, cuando la joven entro en contacto con la sobra, esta entro dentro de ella, y al sentir tanta energía negativa invadiéndola, Cyra se dio cuenta de que había sido manipulada y engañada y de sus ojos salieron unas lágrimas de dolor y tristeza, así como de rabia, rabia hacia sí misma por ser tan tonta.

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