Capítulo 4 | Leonel

Estoy furioso.

No puedo dejar de respirar con dificultad. No puedo ordenar mis pensamientos. No puedo hacer otra cosa más que actuar por instinto. Sé que no estoy haciendo lo correcto. Sé que estoy perdiendo los estribos. ¡Debo! ¡Calmarme!

Reclino mi cuerpo hacia adelante y tomo una inspiración profunda.

El aroma a frutas y menta me golpea de pronto. Es un aroma agradable. Tranquilizador. Tomo otra inspiración y el aroma invade mis fosas nasales, embriagándome de golpe. Una tercera inspiración es inhalada y me permito acercarme un poco más a la fuente del aroma. Me permito acercarme un poco más al cabello de Lucia.

Ella está temblando. Su respiración es temblorosa e irregular. Ella me tiene miedo...

Me alejo de ella de golpe y no me atrevo a mirarla. ¿Qué acabo de hacer?... Nunca he golpeado a una mujer. Nunca he estado cerca de hacerlo, ¿Por qué perdí los estribos tan fácilmente?, ¿Qué está mal conmigo?...

Paso mis manos sobre mi cabello y tiro de él con desesperación. No me atrevo a mirarla. ¿Cómo voy a mirarla después de que aplasté mi puño junto a su cabeza?, ¿Cómo voy a mirarla cuando sé que me tiene miedo?

—L-Lo siento —tartamudeo con la voz enronquecida. Mi máscara de serenidad se está resquebrajando. No puedo dejar que se rompa.

Ella no me responde y quiero gritar. Quiero mirarla, y al mismo tiempo no quiero encontrarme con un rostro aterrorizado.

—Nunca he... —trago saliva para disminuir el temblor de mi voz—. Nunca le he pegado a una mujer. Nunca lo he hecho. Yo no...

Me obligo a mirarla. Ella está ahí, de pie, mirándome con terror. Sus bonitos ojos castaños están pintados con miedo. Miedo de mí.

—Lo siento tanto —mi voz se quiebra y aprieto la mandíbula. Estoy a punto de perderlo... Estoy a punto de quebrarme. Estoy a punto...

—Q-Quiero ir a casa —susurra con un hilo de voz y siento como si arrancaran algo de pecho.

Yo asiento y camino hacia el auto con mucha cautela. Ella se aleja de mí un poco más de lo que me hubiese gustado y le abro la puerta. Me alejo un par de pasos. No quiero que piense que estoy lo suficientemente cerca como para hacerle daño.

Esto ha pasado antes. He hecho cosas así antes. Chicas me Lucia mandado a la mierda por cosas así en el pasado; pero no entiendo por qué con ella me importa tanto. No entiendo por qué con ella estallé tan rápidamente. ¿Qué está pasándome?

Cierro la puerta cuando ella sube y rodeo el auto. Abro la puerta y echo una mirada rápida en su dirección. Está pegada a la puerta. Casi como si no quisiera estar tan cerca de mí. Me deslizo en el asiento y enciendo el motor.

La música ruge en los altavoces y apago el estéreo. No estoy de humor para música. No estoy de humor para nada.

No hablo. Ni siquiera la miro. Sé que ella no está mirándome. Tengo el impulso de disculparme una vez más, pero no lo hago. Ya me he disculpado y ella ya me ha escuchado. Disculparme no cambia lo que hice. No lo borra. ¿Qué está mal conmigo?...

Me detengo en una luz roja. No hay muchos autos en la avenida y no hay mucho movimiento en la calle. Entonces, escucho un pequeño ruidito. Una respiración casi imperceptible, un jadeo. Miro hacia Lucia y entonces la veo. Está llorando.

Algo dentro de mi pecho se estruja y aprieto las manos en el volante. Me odio. Me odio por hacerla llorar. Me odio por no saber controlarme. Me odio por ser un idiota inconsciente.

La luz verde se enciende y avanzo hasta que encuentro un lugar junto a la acera donde puedo estacionarme. Detengo el auto y apago el motor. Ella sigue llorando. Intenta ser silenciosa, pero sé que está llorando.

Me giro para mirarla y trago duro. Está hecha un ovillo en el asiento a mi lado y se ve tan frágil, tan pequeña...

Recuerdo a la chica bajo la lluvia o a la chica de la cafetería y me parece tan distinta ahora. Tan frágil, tan asustada...

—Lucia, lo siento. No tienes idea de cuánto lo siento. Nunca había hecho algo así —miento. Claro que lo he hecho. Claro que he hecho cosas así. Yo soy así. No puedo evitarlo.

Ella seca las lágrimas con sus manos temblorosas; como si así pudiera hacerme sentir mejor. —N-No te disculpes —su voz es débil, entrecortada.

Quiero estirar mi mano y acariciar su mejilla. Quiero atraerla hacia mi regazo y abrazarla hasta que deje de llorar, pero no lo hago. Me limito a observarla.

—Soy un imbécil —digo entre dientes. Desviando la mirada.

— ¡No! —Repite ella—, no lo eres... Yo...

No la miro. No quiero que verla a los ojos cuando me mienta. No quiero hacerlo.

—M-Mi papá golpeaba a mi mamá —susurra y me siento aún más idiota e imbécil de lo que ya soy—. Él... Él casi la mata una vez. Y-Yo solo... Yo...

—Nunca le he pegado a una mujer —digo. Es cierto. Nunca lo he hecho. La verdadera pregunta que flota entre nosotros realmente es: ¿Cuánto falta para que lo haga?...

— No lo entiendes —susurra—. Él me amenazaba. Él golpeaba cosas cerca de mí. Él... Yo sólo... Lo recordé.

Aprieto las manos en el volante y cierro mis ojos. ¿Algún día llegaré a pegarle a mi mujer?, ¿Algún día seré como ese hombre?, ¿Amenazaré a mis hijos?, ¿golpearé a mi esposa?...

—T-Tengo un problema —admito por primera vez en muchos años—. S-Sufro de t-trastorno explosivo intermitente.

Decirlo duele. Decirlo lo hace real. Decirlo lo hace presente entre nosotros. Decirlo lo hace mi realidad. Una realidad de la que he estado huyendo desde hace años.

Lucia no dice nada. No me atrevo a mirarla. Si hay algo que odio más que ver el miedo de las personas en su mirada, es ver la compasión. No quiero que ella me compadezca.

—No controlo mi ira. No controlo mis reacciones ante algo que me molesta. Actúo por inercia..., cegado por el coraje y la ira. Yo... —mi garganta se cierra. No voy a mostrar debilidad. No soy débil.

¿Por qué estoy diciéndole esto a ella?, ¿Por qué la elegí a ella para que lo supiera?, quizás es porque me ha contado acerca de su padre, quizás es porque nunca nadie se ha abierto tanto conmigo. Quizás sea, simplemente, porque no quiero arruinar las cosas con ella...

No quiero mirarla.

—Quiero caminar —susurra y me vuelvo para mirarla. Me observa con una sonrisa triste y amable pintada en el rostro—. ¿Me acompañas?

Baja del auto y bajo con ella. Pongo el seguro a las puertas y corro para alcanzarla. Va a media cuadra lejos de mí. Cuando alcanzo su paso, disminuyo el mío.

No me mira. Está mirando al cielo. Yo miro al cielo con ella y no logro ver nada más que nubes de contaminación.

Caminamos en silencio un par de minutos cuando escucho cómo suspira. Su mirada se encuentra con la mía y pregunta—: ¿Cuándo supiste?

— ¿Qué cosa?

—Acerca de tu... problema.

Clavo mi vista en mis pies. —Siempre he sido un chico problemático. Me metía en muchas peleas cuando estaba en la primaria. Me echaron de tres secundarias debido a eso... Era mi cuarta escuela en un año cuando el psicólogo me envió con un especialista. Ahí fue cuando le pusieron nombre a mi ira irracional...

Espero en silencio por su respuesta; en cambio, se limita a decir—: Es tu turno.

La miro durante un largo rato, intentando ver algo de miedo o compasión en su mirada, pero no encuentro nada. Ella quiere que sigamos jugando. Ella quiere que yo le pregunte algo a ella...

— ¿Alguna vez te golpeó? —digo finalmente.

—No me golpeó —comienza, y noto el filo triste en su tono—. Pero si me hizo daño. Eran vísperas de navidad. Era mi cumpleaños número diez... —su mirada se fija en un punto en la nada mientras caminamos—. Mamá había pasado la tarde cocinando para mí y mis amigas, cuando llegó. Le gritó que no pensaba comer basura para niños —me mira y acota—: Eran hamburguesas.

Yo le regalo una media sonrisa y ella continúa—: Comenzó a empujarla. Yo no quería que la lastimara una vez más. Así que lo empujé. Él, en su lugar, tomó la parrilla caliente y me golpeó con ella —su voz se quiebra y yo aprieto los puños. Un golpe de ira me ataca, pero intento mantenerme tranquilo—. Yo llevaba un bonito vestido con la espalda descubierta. La piel de mi espalda, literalmente, se desprendió con el calor de la parrilla —su mirada encuentra la mía y veo sus ojos llenos de lágrimas sin derramar—. Mi espalda es una horrible masa de piel arrugada y deforme.

Quiero mirarla. Quiero mirar su espalda, y quiero decirle que no hay absolutamente nada malo en ella. Quiero abrazarla. Quiero...

—Es mi turno — dice componiendo una sonrisa forzada y yo asiento, sonriéndole de vuelta—. ¿Alguna vez te has enamorado?

Su pregunta me toma desprevenido. ¿Tiene algún caso mentir cuando le he contado tanto?...

—Si —digo—. No terminó muy bien que digamos. Ella... —suspiro—, ella terminó poniendo una orden de restricción en mi contra —niego con la cabeza. No estoy listo para contarle eso. No aún—. Es una larga historia que...

—Que estúpida —exclama interrumpiéndome. Yo la miro con curiosidad—. Si puso una orden de restricción en tu contra sólo porque eres... explosivo, es una estúpida.

No puedo evitarlo. Sonrío. Sonrío como estúpido. Meto las manos en mis bolsillos para reprimir las ganas que tengo de abrazarla y miro hacia la calle vacía. — ¿Tú te has enamorado? —pregunto.

—Una vez... Tampoco terminó muy bien. Siempre supe que era un chico con fama de mujeriego, sólo nunca quise creer que llegaría a engañarme —responde y los recuerdos me asaltan. Ella también me engañó a mí también. Tenemos más cosas en común de las que imaginaba...

— ¿Te arrepientes de haber venido conmigo esta noche? —pregunto porque tengo que saberlo.

—No. No en lo absoluto —responde con seguridad y yo la miro con incredulidad.

—Te asusté hasta la mierda —estrecho los ojos, sin comprender qué está mal en ella.

—Y me confiaste tu secreto sin conocerme. No me arrepiento —dice y sonríe.

Esta vez, su sonrisa es sincera y honesta. — ¿Tú te arrepientes? —pregunta.

Hago una mueca, y ella me golpea suavemente. No puedo evitar echarme a reír. —Por supuesto que no me arrepiento. Debo admitir que esperaba otra cosa de esto.

— ¿Qué esperabas?

— ¿Honestamente?, besarte en la parte trasera de mi coche y no volver a llamarte.

—No voy a besarte —dice y yo sonrío.

—Lo sé.

—En serio, no voy a besarte.

—En serio, lo sé.

Espero un momento antes de volver a hablar—: ¿Aceptarías salir conmigo una vez más, si lo pregunto? —el nerviosismo me asalta de nuevo. ¿Por qué, en el infierno, estoy tan nervioso?

Ella hace una mueca, pero luego sonríe. —Inténtalo.

— ¿Saldrías conmigo una vez más? —pregunto. Un nudo se instala en la boca de mi estómago.

—Inténtalo de nuevo —sonríe, pero noto un ligero rubor en sus mejillas.

—Tengo una mejor idea —digo poniéndome frente a ella. Lucia me mira a los ojos con atención. No hay rastro de miedo en su mirada y casi quiero gritar del alivio.

—Te escucho...

—Ven a verme pelear —digo—. El próximo sábado tengo una pelea de clasificación. Ven a verme.

Ella duda un poco. — ¿A cuántas chicas has querido impresionar invitándolas a verte pelear?

—A ninguna —es cierto. No he invitado a ninguna. Ellas van por su cuenta. Ellas me buscan a mí. Yo nunca he llevado a nadie. Jamás he invitado a una chica personalmente.

Noto cómo su mirada se ilumina con un sentimiento que no puedo descifrar, y sonríe. Yo sonrío de vuelta.

—De acuerdo —dice.

— ¿De acuerdo? —Repito. No puedo creer que haya aceptado.

—Sí, de acuerdo.

No lo reprimo, tomo su barbilla entre mis dedos e inclino su cabeza para depositar un suave beso en su mejilla. El mero contacto me eriza la piel. ¿Qué demonios está pasando conmigo?...

Capítulos
1 Capítulo 1 | Lucia
2 Capítulo 2 | Leonel
3 Capítulo 3 | Lucia
4 Capítulo 4 | Leonel
5 Capítulo 5 | Lucia
6 Capítulo 6 | Leonel
7 Capítulo 7 | Lucia
8 Capítulo 8 | Leonel
9 Capítulo 9 | Lucia
10 Capítulo 10 | Leonel
11 Capítulo 11 | Lucia
12 Capítulo 12 | Leonel
13 Capítulo 13 | Lucia
14 Capítulo 14 | Leonel
15 Capítulo 15 | Lucia
16 Capítulo 16 | Leonel
17 Capítulo 17 | Lucia [Primera parte]
18 Capítulo 17 | Lucia [Segunda parte]
19 Capítulo 18 | Leonel
20 Capítulo 19 | Lucia
21 Capítulo 20 | Leonel
22 Capítulo 21 | Lucia
23 Capítulo 22 | Leonel
24 Capítulo 23 | Lucia
25 Capítulo 24 | Leonel
26 Capítulo 25 | Lucia
27 Capítulo 26 | Leonel
28 Capítulo 27 | Lucia
29 Capítulo 28 | Leonel
30 Capítulo 29 | Lucia
31 Capítulo 30 | Leonel
32 Capítulo 31 | Lucia
33 Capítulo 32 | Leonel
34 Capítulo 33 | Lucia
35 Capítulo 34 | Leonel | Parte 1
36 Capítulo 34 | Leonel | Parte 2
37 Capítulo 35 | Lucia
38 Capítulo 36 | Leonel
39 Capítulo 37 | Lucia | ¡Final?
40 PARTE 2 | Capítulo 1 | Leonel
41 Capítulo 2 | Lucia
42 Capítulo 3 | Leonel
43 Capítulo 4 | Lucia
44 Capítulo 5 | Leonel
45 Capítulo 6 | Lucia
46 Capítulo 7 | Leonel
47 Capítulo 8 | Lucia
48 Capítulo 9 | Leonel
49 Capítulo 10 | Lucia
50 Capítulo 11 | Leonel
51 Capítulo 12 | Lucia
52 Capítulo 13 | Leonel
53 Capítulo 14 | Lucia
54 Capítulo 15 | Leonel
55 Capítulo 16 | Lucia
56 Capítulo 17 | Leonel
57 Capítulo 18 | Lucia
58 Capítulo 19 | Leonel
59 Capítulo 20 | Lucia
60 Capítulo 21 | Leonel
61 Capítulo 22 | Lucia
62 Capítulo 23 | Leonel
63 Capítulo 24 | Lucia
64 Capítulo 25 | Leonel
65 Capítulo 26 | Lucia
66 Capítulo 27 | Leonel
67 Capítulo 28 | Lucia
68 Capítulo 29 | Leonel
69 Capítulo 30 | Lucia
70 Capítulo 31 | Leonel
71 Capítulo 32 | Lucia
72 Capítulo 33 | Leonel
73 Capítulo 34 | Lucia
74 Capítulo 35 | Leonel
75 Capítulo 36 | Lucia
76 Capítulo 37 | Leonel
77 Capítulo 38 | Leonel
78 Capítulo 39 | Leonel
79 Capítulo 40 | Leonel
80 Capítulo 41 | Lucia
81 Capítulo 42 | Leonel
82 Capítulo 43 | Lucia
83 Capítulo 44 | Leonel
84 EPÍLOGO
85 EPÍLOGO
Capítulos

Updated 85 Episodes

1
Capítulo 1 | Lucia
2
Capítulo 2 | Leonel
3
Capítulo 3 | Lucia
4
Capítulo 4 | Leonel
5
Capítulo 5 | Lucia
6
Capítulo 6 | Leonel
7
Capítulo 7 | Lucia
8
Capítulo 8 | Leonel
9
Capítulo 9 | Lucia
10
Capítulo 10 | Leonel
11
Capítulo 11 | Lucia
12
Capítulo 12 | Leonel
13
Capítulo 13 | Lucia
14
Capítulo 14 | Leonel
15
Capítulo 15 | Lucia
16
Capítulo 16 | Leonel
17
Capítulo 17 | Lucia [Primera parte]
18
Capítulo 17 | Lucia [Segunda parte]
19
Capítulo 18 | Leonel
20
Capítulo 19 | Lucia
21
Capítulo 20 | Leonel
22
Capítulo 21 | Lucia
23
Capítulo 22 | Leonel
24
Capítulo 23 | Lucia
25
Capítulo 24 | Leonel
26
Capítulo 25 | Lucia
27
Capítulo 26 | Leonel
28
Capítulo 27 | Lucia
29
Capítulo 28 | Leonel
30
Capítulo 29 | Lucia
31
Capítulo 30 | Leonel
32
Capítulo 31 | Lucia
33
Capítulo 32 | Leonel
34
Capítulo 33 | Lucia
35
Capítulo 34 | Leonel | Parte 1
36
Capítulo 34 | Leonel | Parte 2
37
Capítulo 35 | Lucia
38
Capítulo 36 | Leonel
39
Capítulo 37 | Lucia | ¡Final?
40
PARTE 2 | Capítulo 1 | Leonel
41
Capítulo 2 | Lucia
42
Capítulo 3 | Leonel
43
Capítulo 4 | Lucia
44
Capítulo 5 | Leonel
45
Capítulo 6 | Lucia
46
Capítulo 7 | Leonel
47
Capítulo 8 | Lucia
48
Capítulo 9 | Leonel
49
Capítulo 10 | Lucia
50
Capítulo 11 | Leonel
51
Capítulo 12 | Lucia
52
Capítulo 13 | Leonel
53
Capítulo 14 | Lucia
54
Capítulo 15 | Leonel
55
Capítulo 16 | Lucia
56
Capítulo 17 | Leonel
57
Capítulo 18 | Lucia
58
Capítulo 19 | Leonel
59
Capítulo 20 | Lucia
60
Capítulo 21 | Leonel
61
Capítulo 22 | Lucia
62
Capítulo 23 | Leonel
63
Capítulo 24 | Lucia
64
Capítulo 25 | Leonel
65
Capítulo 26 | Lucia
66
Capítulo 27 | Leonel
67
Capítulo 28 | Lucia
68
Capítulo 29 | Leonel
69
Capítulo 30 | Lucia
70
Capítulo 31 | Leonel
71
Capítulo 32 | Lucia
72
Capítulo 33 | Leonel
73
Capítulo 34 | Lucia
74
Capítulo 35 | Leonel
75
Capítulo 36 | Lucia
76
Capítulo 37 | Leonel
77
Capítulo 38 | Leonel
78
Capítulo 39 | Leonel
79
Capítulo 40 | Leonel
80
Capítulo 41 | Lucia
81
Capítulo 42 | Leonel
82
Capítulo 43 | Lucia
83
Capítulo 44 | Leonel
84
EPÍLOGO
85
EPÍLOGO

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play