Capítulo 5

La energía espiritual también se introdujo directamente en la mezcla de medicamentos de forma gradual.

Después de que todos los ingredientes quedaron finamente molidos, Rangga vertió un poco de agua y los mezcló hasta formar una crema. Luego, la transfirió a un pequeño cuenco.

"Está listo, señora Karlina. Pruebe a aplicar esta crema que he hecho en su rostro", dijo Rangga, sosteniendo el cuenco de crema en la mano.

La crema era de color marrón y emitía un olor peculiar que provocó repulsión en quienes la percibieron.

"Jovencito, más te vale que esta crema sea realmente efectiva, de lo contrario, no te lo perdonaré", advirtió Karlina.

A pesar del aspecto desagradable de la crema, Karlina comenzó a aplicársela uniformemente en el rostro. Al instante, sintió una sensación cálida en la piel, lo que indicaba que la crema estaba haciendo efecto.

"Puede ir al baño, señora. Después de 5 minutos, puede lavarse la cara", indicó Rangga a Karlina.

Karlina se dirigió al baño, mientras Miranda esperaba con gran ansiedad el resultado de la crema.

Miranda comenzaba a arrepentirse de haber confiado en Rangga. Si la crema no daba resultado, Karlina no los dejaría escapar. Aunque Rangga le había asegurado que no la involucraría, no se podía descartar la posibilidad de que la familia Darmawan se viera afectada, ya que Rangga todavía era considerado parte de ella.

El aspecto de la crema era tan deplorable y extraño que todos dudaban de su eficacia.

"¡Aaaa!", se escuchó un grito proveniente del baño.

De repente, la puerta del baño se abrió de golpe y Karlina salió apresuradamente.

"¡Es increíble! Esta crema es asombrosa. ¿Cómo la has hecho?", exclamó Karlina con entusiasmo mientras se tocaba el rostro.

"No solo han desaparecido los granos, sino que las arrugas también se han atenuado y mi piel está increíblemente suave", añadió Karlina.

Karlina estaba experimentando los extraordinarios efectos de la crema de Rangga. Ni siquiera la cirugía plástica podría haber logrado resultados tan impresionantes. Esto la llenó de asombro hacia Rangga.

Todos quedaron atónitos al presenciar el resultado de la crema. Los cambios en el rostro de Karlina eran evidentes.

"Es realmente increíble. La señora Karlina está ahora mucho más hermosa que antes", comentó alguien.

"Su rostro se ve radiante y terso, sin rastro de los granos", agregó otra persona.

"La señora Karlina es 5 años mayor que yo, pero ahora parece que yo soy la mayor", dijo otra persona.

La admiración por la crema de Rangga se extendió entre todos los presentes. Los resultados habían superado todas las expectativas.

Los ingredientes utilizados en la crema eran comunes y corrientes, y cualquiera podría haberla elaborado. Sin embargo, lo que la hacía tan excepcional era que Rangga la había creado. La energía espiritual de sus ojos se había infundido en la crema, dotándola de efectos extraordinarios para quien la usara.

Rangga procedió a explicar que los productos de la empresa de cosméticos de Miranda no eran el problema. El problema residía en el propio cuerpo de Karlina, que se encontraba en un estado de inflamación interna. El uso de cosméticos en esas condiciones había desencadenado una reacción que provocó la aparición de los granos en su rostro.

"Así es como ha sucedido", concluyó Rangga.

Los presentes parecieron creer en la explicación inventada por Rangga.

En realidad, Rangga solo había adornado un poco la historia para no culpar completamente a la empresa de Miranda. Lo cierto era que la crema de Rangga era realmente prodigiosa.

Lukas, al presenciar todo esto, solo pudo rechinar los dientes y apretar los puños. Se preguntaba cómo Rangga, a quien consideraba un inútil, era capaz de hacer algo así.

"Rangga, ¿qué ha pasado realmente? ¿Cómo has podido hacer esta crema y curarla?", preguntó Miranda.

"Una vez aprendí sobre medicina tradicional", respondió Rangga con naturalidad.

"¿Qué?", Miranda no tenía conocimiento de eso, o tal vez nunca le había importado la vida de Rangga antes de ese momento.

"Joven, ¿puedes curar otras enfermedades?", preguntó Karlina, acercándose a Rangga tras escuchar que tenía conocimientos de medicina tradicional.

La destreza que Rangga acababa de demostrar le resultaba asombrosa. Karlina pensó que tal vez Rangga poseía habilidades extraordinarias en la medicina tradicional.

"Necesito evaluar la condición primero", respondió Rangga.

Con su ojo mágico, Rangga sentía que ahora podía lograr cualquier cosa.

"La enfermedad de mi tío es muy complicada. Si logras curarlo, te pagaré 20 mil millones", ofreció Karlina.

El tío al que se refería Karlina era el padre del gobernador Zainal, que era su primo.

El tío de Karlina había probado diversos tratamientos modernos, pero ninguno había dado resultado. Por lo tanto, Karlina estaba dispuesta a probar con la medicina tradicional.

"20 mil millones...", repitió Rangga.

20 mil millones era una suma exorbitante para Rangga, que provenía de una familia humilde.

"De acuerdo, acepto", dijo Rangga.

"¿Te has vuelto loco?", intervino Miranda, dirigiéndose a Rangga.

"No puedes ir, no eres médico. Esto es muy diferente a curar unos granos", añadió Miranda, tratando de detenerlo.

"Tranquila, conozco mis límites", respondió Rangga.

"¿Quién te crees que eres? Si tratas a alguien y muere, la familia Darmawan no se hará responsable", advirtió Miranda.

Las palabras de Miranda calaron hondo en Rangga, quien solo pudo suspirar y pasar junto a ella para marcharse.

"Si surge algún problema, lo resolveré yo mismo. No involucraré a la familia Darmawan. ¿Contenta?", dijo Rangga mientras se alejaba.

Miranda observó cómo Rangga se iba. Sentía que Rangga se había vuelto más obstinado desde que había empezado a hablar, a diferencia de antes, cuando era muy obediente.

"¿He sido demasiado dura con mis palabras?", pensó Miranda.

Mientras tanto, Rangga y Karlina se dirigían en coche al hospital más grande de la ciudad.

"Te llamas Rangga, ¿verdad?", preguntó Karlina mientras conducía.

"Así es, señora Karlina", respondió Rangga.

"Llámame Karlina, todavía no soy tan vieja como para que me llamen señora", dijo Karlina.

"De acuerdo, Karlina", respondió Rangga.

Al pasar por una tienda, Rangga pidió a Karlina que se detuviera un momento. Bajó del coche y compró unas agujas de plata.

Según su ojo mágico, con esas agujas de plata podría tratar diversas enfermedades.

Media hora después, llegaron al hospital. Karlina y Rangga se apresuraron a entrar.

Frente a una sala de cuidados intensivos, el gobernador Zainal y un médico conversaban.

"Doctor, ¿es cierto que ya no hay nada más que hacer?", preguntó el gobernador Zainal con gran angustia.

"El estado del paciente ha empeorado. En estas condiciones, no nos atrevemos a operar", respondió el médico con impotencia.

"Una operación solo aceleraría su muerte", añadió el médico.

El gobernador Zainal era un hijo muy devoto de su padre. Tras la muerte de su madre, su padre era su único familiar directo. El deterioro de la salud de su padre lo tenía sumamente preocupado.

En ese momento, Karlina y Rangga llegaron al lugar.

"Zainal, ¿por qué han trasladado a papá a la UCI?", preguntó Karlina.

"Esta mañana, el estado de papá empeoró repentinamente. Los médicos decidieron trasladarlo a la UCI", respondió Zainal con debilidad.

"¿Qué?", exclamó Karlina con sorpresa.

"El estado de mi tío es grave. He traído a un médico tradicional", dijo Karlina, presentando a Rangga.

"Sus conocimientos médicos son extraordinarios. Tal vez pueda curar a papá", añadió Karlina.

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