CAPITULO 12

Calenté mi almuerzo, y lo llevé a mi habitación, no quería estar sola en el comedor, había llegado un poco tarde y ya todos habian almorzado, me puse a ver una película mientras terminaba mi comida.

Ya iba en la mitad de la película cuando sonó mi celular, lo tomé y era un mensaje de un número desconocido.

📩- Hola, con Leonard.

📩- Hola-- Respondí.

📩- que te parece mañana a las 5 en tu casa, no se si tengas problema de trasnochar -- me escribió, Pero recordé la reunión de mi madre, normalmente duran hasta las 3 de la madrugada y son demasiado ruidosas, no nos vamos a poder concentrar.

📩- Cambio de planes ¿podemos hacer el trabajo en tu casa?, es que mi madre invito a sus amigas y se que no podremos concentrarnos con ellas aqui-- le pregunté.

📩- Está bien, por mi no hay problema -- me respondió y mi corazón se aceleró, no sé por qué.

📩- Entonces allá estaré, 5 en punto--

📩- Ok, entonces descansa, adiós -- finalizó el mensaje, volví a dejar mi celular encima de la mesa y continúe viendo la película.

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Ya se había hecho de noche, mi hermano llegó con Fiorella a invitarme a salir.

- Cuñis, vamos por favor, hace mucho que no lo hacemos, y tú sabes que nuestras salidas eran muy divertidas aunque nunca bebieras nada, vamos por favor ¿si?-- puso ojitos de perrito triste y yo sonreí.

- Mi hermano te obligó, ¿cierto?-- indague.

- Al contrario, le dije que perdería su tiempo, aunque te confieso que si, apostamos 100 Euros a que no ibas, así que si aceptas voy a perder esa cantidad, yo veré hermanita, no me vayas a quedar mal-- me señaló mi hermano.

- ¡Oyeeee! Eso es trampa-- le recriminó su novia y yo no pude evitar reír.

- Que sean 50 y 50-- le dije a Fiorella y a ella se le iluminaron los ojos.

- trato-- estiró su mano, nos dimos un suave apretón para sellarlo, mi hermano bufo y luego comenzó a reír.

- Definitivamente el dinero acaba hasta con la familia, eres una traicionera-- no paraba de reírse, luego sacó de su cartera y le entregó los 100 Euros a su novia.

- Son nuestros, ahora a gastarlos, ponte algo lindo, o lo que quieras, como te sientas cómoda y nos vamos-- me dijo.

- Te vamos a esperar abajo, no tardes-- mi hermano me guiñó un ojo antes de salir de mi habitación.

Llevaba mucho tiempo sin salir, y la verdad no es que tenga muchas ganas de hacerlo, pero en algún momento tendré que comenzar a vivir mi vida sin esos miedos que me persiguen, además voy a estar con mi hermano y confío en el.

Me costó mucho dejar a un lado mi ropa ancha y mis lentes, los utilizo porque así soy menos llamativa, me miró al espejo y me cuesta un poco admitir que me veo muy bien, quizás esto ayude a mejorar mi autoestima, tomé mi cartera y salí de mi habitación.

Al bajar estaban todos reunidos en la sala, incluídos mi mamá y mi papá, ellos me vieron y se sorprendieron demasiado.

-¿qué hiciste con nuestra hija? impostora-- dijo mi padre fingiendo un desmayo.

- ay ya, por favor, no sean dramáticos-- dije riendo.

- Te ves hermosa hija, hace mucho que no te arreglas, ya estaba comenzando a pensar que había tenido dos hijos varones -- habló mi madre.

- Ustedes dos son muy exagerados, vamos hermanita, ya el taxi nos está esperando -- mi hermano cortó la escena que estaban haciendo nuestros padres.

Mi cuñada se puso de pie, nos despedimos y salimos de casa, nos subimos al taxi y fuimos directo al club.

Mi hermano había reservado una de las mesas VIP, sabía claramente que yo no me sentiría cómoda en medio de tanta gente, por eso eligió un lugar más aislado pero con la vista perfecta del lugar.

- Revisa el menú, elige lo que quieras tomar -- mi hermano me extendió el pedazo de lámina plástica, había diferentes cócteles, licores, agua, incluso comida.

- Cuñada, te puedo recomendar algo si no sabes que elegir -- me ofreció Fiorella y yo asentí.

- si por favor, pídeme algo, pero que no sea tan fuerte, tengo que regresar a casa-- dije.

- No te preocupes, yo me encargo de cuidarlos, no le puedo dar alcohol a tu sobrino, o quizás sobrina-- dijo y yo abrí mis ojos ante la noticia.

.¿Estás embarazada?-- pregunté.

- íbamos a guardar está sorpresa unos días más, Pero Fiorella es un poco impaciente -- afirmó Gabriele.

- No te preocupes, no les diré nada a mis padres, incluso puedo fingir sorpresa cuando les vayan a dar la noticia --

- No es necesario hermanita, mis padres lo entenderán, de todas formas pensábamos decírtelo a ti primero, eres muy importante para mí-- agregó y yo sonreí.

- y para mí también eres importante, siempre has sido linda conmigo -- comentó Fiorella.

- Gracias, y los felicito, mis padres serán muy felices, y no dudo que tus padres también -- le dije a mi cuñada.

- yo también lo creo, soy su única hija y ya tengo 27, lo único que me falta es casarme-- recalcó está última frase mirando a mi hermano.

- No me presiones-- dijo en forma de chiste, ella también comenzó a reír.

- bueno, entonces te voy a elegir un mojito, sé que te va a gustar-- dijo ella.

- ok, entonces yo pediré media botella de ron, también pediré algo de comer, ¿y tú mi amor, que vas a querer?-- preguntó mi hermano.

- tomaré agua, y también quiero pedir--- Fiorella observó el menú de comidas, y señaló -- nachos con carne, quiero ese-- finalizó y mi hermano asintió.

- Ok-- El mesero llegó, tomó el pedido y luego se retiró.

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Ya llevábamos un buen rato en el club, me había tomado tres mojitos, estaba un poco mareada, pero no lo suficiente para sentirme mal, en ese momento mi hermano recibió una llamada y salió a contestarla, mi cuñada y yo nos quedamos en la mesa comiendo de sus Nachos, estaban muy deliciosos.

Después de unos minutos llegó mi hermano en compañía de Carlo, un amigo de el, con quién estudió en la universidad, el venía acompañado de su novia y por casualidades de la vida también estaba Leonard, pero el venía con una chica tomada de su brazo, muy linda por cierto, el se quedó viéndome sorprendido.

- Amor, llegó Carlo, hermanita perdón, no te avisé--

- No te preocupes, es tu amigo y lo conozco, se que no estaré en peligro si estoy con ustedes -- finalicé.

- aunque viene con un amigo, que me parece haberlo visto en algún lado, solo que ahora no recuerdo donde-- me dijo en voz baja.

- Es nuestro vecino, y también es mi Decano -- respondí y mi hermano me miró sorprendido.

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