Capítulo 20

Un día antes del anuncio oficial del heredero de la familia Long, el Gran Maestro Long llevó a Ethan y a su madre, Mei Long, a una lujosa mansión destinada exclusivamente al heredero de la familia Long.

La mansión se alzaba majestuosamente sobre un extenso terreno con una arquitectura clásica que irradiaba la gloria de la familia aristocrática.

Cuando llegaron a las grandes puertas, una fila de sirvientes y guardias de la familia Long ya estaban alineados. El jefe de servicio hizo una reverencia respetuosa, invitándolos a entrar con toda cortesía.

Sin embargo, Ethan, que caminaba junto al Gran Maestro Long, se detuvo. Con voz firme pero relajada, dijo: "Aprecio su lealtad, pero me sentiría más cómodo trayendo a mi propia gente para asegurar este lugar".

El Gran Maestro Long levantó las cejas, ligeramente sorprendido por la petición. Sin embargo, pronto sonrió levemente. "Está bien, si eso te hace sentir cómodo. El abuelo lo permitirá", respondió con tono autoritario.

Mei Long, que había permanecido en silencio hasta entonces, sólo suspiró levemente, un poco preocupada por la actitud audaz de su hijo. Pero sabía que Ethan tenía su propia manera de afrontar cualquier situación.

Poco después, llegó un equipo de élite entrenado, hombres de confianza de Ethan, con gran disciplina. Inmediatamente tomaron posiciones estratégicas alrededor de la mansión, impresionando y alertando a los guardias de la familia Long.

"Ahora este lugar está completamente seguro", dijo Ethan despreocupadamente mientras entraba en la mansión con su madre y el Gran Maestro Long.

El Gran Maestro Long miró la espalda de su nieto con ojos llenos de orgullo. "Parece que mi familia va a tener un heredero realmente diferente", murmuró en voz baja pero con convicción.

Durante el almuerzo en el lujoso comedor de la mansión, el ambiente parecía inicialmente tranquilo y cordial. El Gran Maestro Long, Mei Long y Ethan estaban sentados disfrutando de la deliciosa comida servida en la larga mesa cubierta con un mantel de seda blanca.

Los sirvientes, con uniformes impecables, se movían con gracia, llenando los platos y sirviendo las bebidas con toda cortesía.

Sin embargo, la tranquilidad se rompió repentinamente cuando Derek Wu, que estaba de pie en un rincón de la habitación, saltó rápidamente. Con un movimiento ágil, la mano de Derek agarró el cuello de uno de los sirvientes que estaba a punto de servir una bebida en el vaso de Ethan.

¡Zas!

"¿Creías que podrías tocarlo sin consecuencias?", dijo Derek en voz baja pero amenazante, con un tono de advertencia.

"¡P-por favor... suéltame!".

El sirviente intentó soltarse, pero Derek apretó aún más su agarre. "Arsénico", dijo Derek fríamente mientras examinaba una pequeña botella que el sirviente había escondido bajo su uniforme.

El Gran Maestro Long, que vio el incidente, se quedó atónito por un momento antes de que su rostro se volviera de ira. "¡Cómo te atreves!", espetó con voz atronadora. "¿Quién te lo ordenó?".

El sirviente se limitó a morderse los labios, negándose a hablar aunque su respiración comenzaba a ser dificultosa por el agarre de Derek.

"No pierdas el tiempo, Derek", dijo Ethan con calma mientras dejaba el tenedor. "No necesitamos ensuciar la mesa del comedor. Sácalo. Estoy seguro de que Victor le hará hablar".

Derek sonrió fríamente. "Con mucho gusto". Arrastró al sirviente fuera sin dudarlo.

Después de que la situación volviera a la calma, el Gran Maestro Long miró a Ethan con expresión seria. "Esto debe ser obra de Héctor o de alguno de los otros hermanos", dijo con tono precavido.

Ethan sólo sonrió levemente. "Que lo intenten, cuanto mayor sea la amenaza, más divertido será el juego".

Mei Long, que estaba sentada en silencio, se sintió ansiosa, pero sabía que su hijo ya no era un hombre débil. Ahora, era una figura intrépida y preparada para enfrentarse a cualquiera.

En una lujosa boutique del centro de la ciudad, Clara y su prima, Vivian, estaban ocupadas eligiendo vestidos exclusivos para el evento de anuncio del heredero de la familia Long que se celebraría con gran pompa.

Los estantes repletos de colecciones de vestidos de diseñadores de renombre estaban cuidadosamente ordenados, irradiando destellos de color y lujo que eran una delicia para la vista.

"Quiero un vestido que realmente llame la atención", dijo Clara mientras tocaba una fina tela de seda roja oscura. "No voy a ser eclipsada por esas socialités y los herederos de la familia Long".

Vivian se rió suavemente mientras se probaba un elegante vestido azul zafiro. "¿Estás segura de que puedes llamar su atención, Clara? Por lo que he oído, el heredero de la familia Long es un hombre misterioso. Se dice que es muy guapo, pero frío".

"No me importa", resopló Clara. "Lo importante es que mi nombre vuelva a estar en lo alto. Después del escándalo que me ha salpicado, necesito esta oportunidad para restaurar mi reputación".

Sí, desde la ruptura de Evelyn y Félix, Clara también se había visto afectada, afortunadamente su vídeo obsceno no había sido difundido por Ethan. Félix también rara vez la contactaba porque estaba ocupado con sus negocios, que se habían visto afectados.

Vivian asintió con la cabeza. "Es cierto. Si una de nosotras consigue acercarse a él, nuestro apellido se elevará".

Clara entrecerró los ojos con determinación. "Me aseguraré de ser el centro de atención esa noche. No me importa quién intente interponerse en mi camino".

Sus otros primos se limitaron a burlarse en silencio, por supuesto que competían entre sí para ser los mejores.

Sobre todo con el heredero de la familia Long, considerado un hombre guapo e inteligente.

Mientras los dependientes de la boutique se afanaban en ayudarles a probarse varios vestidos caros, la ambición de las dos mujeres se hacía más fuerte. No sabían que la persona a la que pretendían atraer era Ethan Zhao, el hombre al que una vez despreciaron sin piedad y que ahora había resurgido como una figura imparable.

En una noche tranquila en su despacho, Ethan estaba sentado mirando la pantalla de su portátil, llena de datos de transacciones e informes sobre los movimientos de Félix. En un rincón de la habitación, Víctor y Keira también estaban siguiendo los progresos del nuevo socio que Félix acababa de conseguir del inframundo.

"Ethan, parece que ha tenido bastante suerte esta vez", dijo Víctor mientras se cruzaba de brazos. "Su nuevo socio es una poderosa red en el mercado negro. Y el vídeo de su aventura con esa mujer ha sido borrado del teléfono de la familia de Evelyn".

Keira añadió: "Con este acuerdo, Félix podría recuperar algunas de sus pérdidas comerciales. Pero no durará mucho si actuamos ahora".

Ethan sólo sonrió levemente, su rostro tranquilo pero calculador. "Ahora no", dijo en voz baja pero aguda. "Dejémosle sentir que ha ganado por ahora. Quiero que esté en la cima de su satisfacción, que sienta que todo vuelve a estar bajo su control".

Víctor frunció el ceño. "¿Estás seguro? ¿No sería mejor atacar ahora?".

Ethan negó con la cabeza. "El mejor plan es hacer creer al oponente que está a salvo. En el momento en que esté en la cima, lo haré caer directamente al fondo del abismo sin piedad".

Keira se rió entre dientes. "Clásico, pero letal. Realmente nunca pierdes el toque, Ethan".

"Esto es sólo el principio", dijo Ethan con la mirada penetrante. "Félix no tiene ni idea de lo que se le viene encima. Dejémosle pensar que ha podido borrar las pruebas de su aventura, antes de que yo las difunda en el momento oportuno".

Esa noche, Ethan tomó una decisión: dejaría que Félix disfrutara de esta victoria fugaz antes de que la gran destrucción llegara sin previo aviso.

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