Capítulo 16

Esa noche, en el cuartel general secreto del grupo de Ethan Zhao, una atmósfera de tensión llenaba la habitación mientras todos los miembros centrales se preparaban para su próxima gran operación.

Ethan estaba de pie frente a la mesa de reuniones con un gran mapa del inframundo claramente visible. Una marca roja reflejaba la posición del grupo mafioso que intentaba arrebatar el mercado a la Serpiente Negra, ahora controlada por el grupo de Ethan.

"No podemos dejar que sigan avanzando", la voz de Ethan sonaba firme pero fría. "Su grupo es una amenaza directa, y se arrepentirán de habernos desafiado".

Alex Sing, un francotirador experto con una mirada aguda, asintió mientras revisaba su arma. "Ya he determinado los puntos estratégicos para la vigilancia. Si se mueven, yo daré la primera señal".

Derek Wu sonrió levemente, "Si alguno se pone demasiado difícil, mi veneno puede funcionar en menos de diez segundos sin dejar rastro".

Victor Zhang revisó casualmente el plan de ataque táctico. "No necesitamos un gran derramamiento de sangre. Basta con hacer que desconfíen unos de otros. El caos interno los destruirá más rápido".

Keira Yan añadió astutamente: "Yo me ocuparé de su flujo de caja. Sin dinero, quedarán paralizados por sí solos".

Esa noche, el grupo de Ethan se movió con gran precisión. Alex tomó posición en la azotea de un viejo edificio, vigilando el cuartel general del enemigo a través de la mira de su arma. Derek y Victor se movieron bajo las sombras de la noche, infiltrándose silenciosamente.

Derek esparció hábilmente un veneno inodoro en el almacén de armas del grupo enemigo, inutilizando sus armas sin posibilidad de reparación. Mientras tanto, Victor dirigió un ataque táctico, haciendo que los líderes del grupo enemigo sospecharan unos de otros.

Por otro lado, Keira consiguió piratear su sistema financiero, congelando todos los activos y haciendo que sus transacciones ilegales fueran rastreadas por las autoridades.

En poco tiempo, el grupo mafioso se derrumbó sin oponer resistencia significativa. Quedaron divididos por los conflictos internos, la pérdida de armas y la falta de fondos.

A la mañana siguiente, la noticia del repentino colapso del grupo mafioso conmocionó al inframundo. Muchos se preguntaban con creciente temor y curiosidad quién era realmente el misterioso grupo capaz de derrocar a dos grandes potencias en tan poco tiempo.

Ethan estaba sentado en su habitación con una expresión tranquila pero triunfante. "Esto es sólo el principio", murmuró fríamente. "Prepárense, el mundo conocerá pronto nuestro nombre".

Al caer la tarde, Ethan Zhao estaba sentado en una lujosa cafetería con un ambiente elegante pero privado.

Frente a él, un hombre de mediana edad con un traje impecable removía su café con nerviosismo. El hombre era Leonard, uno de los principales socios comerciales de Felix, conocido por su excepcional capacidad de análisis de mercado.

Ethan esbozó una ligera sonrisa, pero llena de significado. "Tengo entendido que el proyecto GreenTech de Felix sigue en estado crítico".

Leonard asintió con inquietud. "Sí, después del incidente de hace un tiempo, perdimos muchos inversores. El Sr. Felix está intentando arreglarlo, pero... la situación es cada vez más complicada".

Ethan se inclinó hacia delante, mirando a Leonard con una mirada fría pero firme. "Tengo una solución. Únase a mí. No sólo salvaré sus activos, sino que llevaré su negocio a un nivel que nunca antes había imaginado".

Leonard se quedó atónito. "Pero el Sr. Felix... él no se quedará de brazos cruzados".

Ethan sonrió fríamente. "Felix ya no es una amenaza para usted. Me aseguraré de ello".

La conversación continuó con ofertas y negociaciones. Ethan no sólo utilizó su destreza en los negocios, sino también su recién estrenado carisma como líder. Con una estrategia cuidadosamente elaborada, consiguió persuadir a Leonard para que se uniera a su grupo.

Leonard asintió finalmente con el corazón en un puño, pero lleno de esperanza. "De acuerdo, me uniré a usted. Pero asegúrese de que no me arrepienta".

Ethan sonrió satisfecho. "Nunca he faltado a mi palabra".

Ese día marcó un hito en la expansión del imperio empresarial de Ethan. Uno a uno, los socios de Felix que se sentían traicionados empezaron a pasarse al bando de Ethan.

Con una reputación creciente como nuevo amo del inframundo y de los negocios legales, Ethan consolidaba aún más su posición.

Felix, al enterarse de la noticia, volvió a enfurecerse, sintiendo como si le arrebataran sin piedad cada peldaño que poseía. "¿¡Quién es realmente este tipo!?", gritó Felix con una furia creciente.

La tarde que empezaba a refrescar trajo consigo una brisa fresca cuando Ethan Zhao salió del edificio donde acababa de terminar su importante reunión. Con paso pausado pero cauteloso, se dirigió al aparcamiento. Sin embargo, sus pasos se detuvieron al escuchar una voz familiar.

"¿Ethan?", la suave pero firme voz le hizo volverse.

Resultó ser Evelyn Tang, de pie al borde de la calle, vestida con un elegante conjunto informal que seguía irradiando su característico aura de belleza y seguridad. Su larga melena ondeaba al viento, haciendo que su figura pareciera aún más cautivadora.

"¿Evelyn?", Ethan se sorprendió un poco. "¿Qué haces aquí?".

"Acabo de reunirme con un inversor para un nuevo proyecto médico", respondió Evelyn con una sonrisa. "Qué casualidad encontrarnos aquí. ¿Vamos juntos?".

Ethan se quedó en silencio por un momento. Teniendo en cuenta las peligrosas misiones que habían llevado a cabo juntos, volver a casa con Evelyn no era mala idea.

"De acuerdo", respondió Ethan finalmente.

Caminaron juntos hacia el coche de Evelyn, que estaba aparcado en una esquina. El calor de la tarde hizo que su conversación fuera más ligera.

"¿Qué has hecho hoy? No me digas que has reclutado a otro socio de Felix", preguntó Evelyn mientras entraban en el coche.

Ethan sonrió levemente. "Por supuesto. He reclutado a algunos socios de Felix".

Evelyn soltó una risita mientras negaba con la cabeza. "Realmente no le das a Felix un respiro, ¿verdad?".

"Él empezó", respondió Ethan con frialdad, aunque con una leve sonrisa en la comisura de los labios.

El viaje al apartamento transcurrió entre charlas triviales salpicadas de risas ocasionales. Evelyn, normalmente seria y decidida, empezó a mostrar su lado más suave, mientras que Ethan, conocido por su frialdad, parecía más relajado junto a ella.

Mientras la conversación informal en el coche empezaba a convertirse en pequeñas risas, los penetrantes ojos de Ethan captaron algo por el retrovisor. Diez coches negros con una distancia constante les seguían por una carretera que debería estar desierta.

La risa de Evelyn se apagó al percibir el cambio en la expresión de Ethan. "¿Qué ocurre?", preguntó con seriedad.

"Nos siguen", respondió Ethan con voz fría pero controlada. "Diez coches. Formación de asedio".

Evelyn arqueó las cejas con rapidez. "Sean quienes sean, vienen en serio".

Ethan cogió la pistola que guardaba debajo del asiento del coche. Evelyn, acostumbrada a las situaciones críticas, cogió una pistola pequeña de su bolso con un movimiento rápido y entrenado.

"¿Lista para la batalla?", preguntó Evelyn con una leve sonrisa.

"He nacido para esto", respondió Ethan con tono amenazador pero sereno.

Ethan ordenó inmediatamente a Evelyn: "Gira a la derecha en la calle estrecha de delante. Vamos a hacer que se queden atrapados".

Evelyn giró el volante con destreza, llevando su coche por un estrecho carril entre dos edificios.

Tres de los coches perdieron el equilibrio inmediatamente y se detuvieron con un fuerte chirrido de frenos.

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