Capítulo 8 La muerte rondando

El Virrey llega a la ciudad. El ejército real oponía resistencia ante el ataque de los enemigos que intentaban a toda costa tomar la ciudad.

La lucha era intensa y los heridos se multiplicaban a medida que pasaban las horas. Aunque el Virrey había solicitado refuerzos, éstos aún no llegaban. El panorama se volvía aterrador, porque no sabían por cuánto tiempo más podrían resistir. De repente, una luz de esperanza se enciende:

General:—Vuestra Señoría, tengo una buena noticia que darle, los criollos se han armado junto con sus esclavos para defender la ciudad. Las mujeres prepararon una tienda de campaña al lado del Regimiento para atender a los heridos.

Virrey: —No sé si es una buena noticia porque no están preparados para dar batalla, ruego a Dios que nos ampare. Aprecio su valentía pero necesitamos guerreros. Igualmente, no estamos en posición de rechazar a nadie que quiera combatir, déjalos que se sumen. Pero te pido que no estén al frente, para evitar más muertes. Además, no sería bueno que al haber muertos baje la moral del ejército.

Entretanto, llegaron noticias a la hacienda. Yasí ansiosa salió a recibirlas.

Capataz: —Señorita hemos recibido noticias de la ciudad y no son nada buenas. El Virrey junto con el ejército real no dan abasto para resistir, se sumaron criollos y esclavos a la defensa, pero no es suficiente porque no son hombres preparados para la guerra.

Yasí: —Gracias por mantenerme informada. Dile a las mujeres y los hombres que quieran acompañarme con oración, voy a estar rezando en el Santuario de la Virgen, vamos a pedir a Dios que se apiade de nosotros y nos ampare. Todos fueron a rezar y una vez terminado el rezo, cada uno se retiró.

Yasí: —Capataz me iré ahora mismo a ayudar al Virrey. Él necesita apoyo, aunque él quiere que me quede aquí no puedo hacerlo.

Capataz: —Vaya con bien Señorita. Yo seguiré cuidando la hacienda.

Yasí tomó su caballo y se dirigió al Impenetrable donde estaba su gente. Llegando al lugar la recibieron con agrado. Allí estaban reunidos guaraníes, tobas y wichís que lograron escapar para así poder organizar un ejército capaz de hacer frente al ejército realista. Ellos eran hábiles guerreros de lanza, arco y flecha, pero además contaban con armas que les proveyeron los criollos que también anhelaban una tierra en la que todos fueran libres. Soldados desertores, que manejaban con agilidad las armas, entrenaban con ellos.

Yasí se encontró allí con el padre de Kuray, quien la recibió con especial cariño. Recordaron juntos con nostalgia a Kuray, que ya hacía tiempo había partido, pero tenían el consuelo de que descansaba junto a Ñandeyara (Nuestro Señor).

Yasí:—Cacique he venido hasta aquí por algo grave que está aconteciendo... Le dijo, contándole todo.

—Le pido por favor que me ayude a defender la ciudad y sacar afuera al enemigo.

Cacique: —Es grave la situación, no queremos más invasiones en nuestra tierra. Cuenta con nosotros.

El ejército libertario salió con jinetes y guerreros rumbo a defender "ñande yvy" (nuestra tierra).

En la ciudad, el ejército y los criollos con sus esclavos ya no podían resistir. Los muertos y heridos eran muchos y el ejército realista todavía estaba a varios días de camino. Todo estaban exhaustos, y desesperanzados, parecía que sus horas ya estaban contadas y pronto llegaría el fin. El fantasma de la muerte rondaba por todas partes.

De pronto, se escucha cerca el andar de jinetes. El Virrey y el ejército no podían creer que los refuerzos llegaran, pues habían recibido noticias de que no estaban cerca. Era Yasí y el cacique con el ejército libertario, todos se sorprendieron al verlos llegar. Fuertes y hábiles guerreros llenos de bravura y valentía llegaron para defender de los invasores como antaño no pudieron hacerlo.

El Virrey no podía creer al ver a su amada India llegar con fuerza y arrojo. Él estaba herido tendido en el piso, y Yasí rápidamente fue a su rescate, lo levantó y lo llevó a la tienda de campaña donde estaban los heridos. Allí lo curó y cuidó de él noche y día, además ayudó a curar a otros heridos.

Yasí: —Por favor necesitamos más hierbas medicinales, dijo Yasí mientras machacaba hierbas en un mortero.

Ella daba instrucciones cómo preparar las medicinas a las mujeres que no sabían. El Virrey adolorido, desde la cama, la miraba encantado y sorprendido por descubrir que la mujer maravillosa de la cual se enamoró, lo era aún más.

Yasí se acerca al Virrey y le dice con una dulce sonrisa: —No sabe cuánto me alegra que esté bien, le tomó la mano y acarició su mejilla.

El Virrey la mira con dulzura y le dice: — No te preocupes mi India, estoy bien, todavía no es mi hora de partir porque aún tú y yo tenemos que luchar por el sueño de vivir en una tierra donde todos sean libres.

Yasí se sorprendió por la decisión del Virrey y la emoción inundó su mirada. Cerró sus ojos y tomó las manos del Virrey estrechándolas fuertemente, como rogando a Dios en un rezo y apoyandolas en su frente, en su pecho y dejándolas en un beso cálido sobre sus labios.

Finalmente, todo volvió a la calma, la noche tienía un brillo diferente porque en el cielo estaban los guerreros que dieron su vida por su tierra y su gente.

El general entró a la tienda con el cuerpo exhausto, pero con el espíritu intacto, informando a todos que salieron victoriosos y los enemigos se fueron con grandes pérdidas. Todos gritaron de alegría. El ejército libertario volvió rumbo al Impenetrable, con pocas pérdidas, con la moral elevada al derrotar al enemigo, y ahora con más fe que nunca de que podrán lograr la ansiada libertad.

Yasí se recostó al lado de la cama del Virrey, sentada en el piso, reposó su cabeza sobre la cama y allí el cansancio la venció. Los cuidados de Yasí, su preocupación por él, sus caricias, sus gestos, todo, llenó de ternura y emoción el corazón del Virrey.

Un nuevo mañana les espera, de luchas con sangre y muerte. El camino a la libertad será duro pero en el corazón quedarán los recuerdos de hombres valientes que dieron sus vidas por la libertad, y por defender su tierra y su gente.

Capítulos
1 Capítulo 1 La casa del Oidor de la Real Audiencia
2 Capítulo 2 El banquete del día de Pascua
3 Capítulo 3 El destino de Yasí y Kuray
4 Capítulo 4 El malicioso plan de la Esposa del Oidor
5 Capítulo 5 Yasí la hija del Oidor
6 Capítulo 6 Primer día siendo la esclava del Virrey
7 Capítulo 7 Un enemigo inesperado
8 Capítulo 8 La muerte rondando
9 Capítulo 9 El matrimonio del Virrey
10 Capítulo 10 La Gran Traición
11 Capítulo 11 Un encuentro poco afortunado
12 Capítulo 12 Dulce Noche de Luna
13 Capítulo 13 Los destellos de la pasión
14 Capítulo 14 Yasí da a luz
15 Capítulo 15 La Fiesta Criolla de los Paisanos
16 Capítulo 16 Capturados por el enemigo
17 Capítulo 17 ¿De vuelta a la esclavitud?
18 Capítulo 18 Búsqueda incesante
19 Capítulo 19 La batalla ganada de Yasí
20 Capítulo 20 Un día emocionante
21 Capítulo 21 Sorpresa desagradable
22 Capítulo 22 Una mujer controversial
23 Capítulo 23 La trampa mejor diseñada
24 Capítulo 24 De vuelta a España
25 Capítulo 25 El destino fue añoranza
26 Capítulo 26 Después de cuatro años...
27 Capítulo 27 ¡Viva la libertad!
28 Capítulo 28 Momentos inolvidables
29 Capítulo 29 Sin tregua
30 Capítulo 30 Jaque mate
31 Capítulo 31 Inolvidable
32 Capítulo 32 La payada
33 Capítulo 32 Viajando a España
34 Capítulo 34 Sr y Sra Mendoza
35 Capítulo 35 De regreso a casa
36 Capítulo 36 La lucha continúa...
37 Capítulo 37 Sangre y Muerte
38 Capítulo 38 El espíritu de Cain
39 Capítulo 39 El destino de los indios
40 Capítulo 40 Un alivio
41 Capítulo 41 Enamorados
42 Capítulo 42 Alumbramiento
43 Capítulo 43 En armonía
44 Capítulo 44 Gran Final
45 Personajes Principales y Lugares Importantes de la novela.
46 Epílogo
Capítulos

Updated 46 Episodes

1
Capítulo 1 La casa del Oidor de la Real Audiencia
2
Capítulo 2 El banquete del día de Pascua
3
Capítulo 3 El destino de Yasí y Kuray
4
Capítulo 4 El malicioso plan de la Esposa del Oidor
5
Capítulo 5 Yasí la hija del Oidor
6
Capítulo 6 Primer día siendo la esclava del Virrey
7
Capítulo 7 Un enemigo inesperado
8
Capítulo 8 La muerte rondando
9
Capítulo 9 El matrimonio del Virrey
10
Capítulo 10 La Gran Traición
11
Capítulo 11 Un encuentro poco afortunado
12
Capítulo 12 Dulce Noche de Luna
13
Capítulo 13 Los destellos de la pasión
14
Capítulo 14 Yasí da a luz
15
Capítulo 15 La Fiesta Criolla de los Paisanos
16
Capítulo 16 Capturados por el enemigo
17
Capítulo 17 ¿De vuelta a la esclavitud?
18
Capítulo 18 Búsqueda incesante
19
Capítulo 19 La batalla ganada de Yasí
20
Capítulo 20 Un día emocionante
21
Capítulo 21 Sorpresa desagradable
22
Capítulo 22 Una mujer controversial
23
Capítulo 23 La trampa mejor diseñada
24
Capítulo 24 De vuelta a España
25
Capítulo 25 El destino fue añoranza
26
Capítulo 26 Después de cuatro años...
27
Capítulo 27 ¡Viva la libertad!
28
Capítulo 28 Momentos inolvidables
29
Capítulo 29 Sin tregua
30
Capítulo 30 Jaque mate
31
Capítulo 31 Inolvidable
32
Capítulo 32 La payada
33
Capítulo 32 Viajando a España
34
Capítulo 34 Sr y Sra Mendoza
35
Capítulo 35 De regreso a casa
36
Capítulo 36 La lucha continúa...
37
Capítulo 37 Sangre y Muerte
38
Capítulo 38 El espíritu de Cain
39
Capítulo 39 El destino de los indios
40
Capítulo 40 Un alivio
41
Capítulo 41 Enamorados
42
Capítulo 42 Alumbramiento
43
Capítulo 43 En armonía
44
Capítulo 44 Gran Final
45
Personajes Principales y Lugares Importantes de la novela.
46
Epílogo

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