Adaptándome A Mi Nueva Vida

Adaptándome A Mi Nueva Vida

Capítulo 1

Capítulo 1

Los sonidos llegaban a mis oídos como un eco lejano, confuso, un murmullo indistinto que se colaba entre mis pensamientos con la misma suavidad que la niebla se desliza por la mañana. Todo a mi alrededor parecía desvanecerse en la oscuridad. Estaba acostada, sintiendo el peso de una superficie dura que me mantenía anclada a una realidad que no comprendía. Algo no estaba bien. Algo no encajaba, pero no podía identificar el qué.

La bruma que nublaba mi mente crecía, cada vez más espesa, como si una neblina espesa tratara de ahogar mis pensamientos. Un vacío me envolvía, un abismo... Sentía que algo se acercaba, pero no podía hacer nada para evitarlo. Estaba atrapada, aunque aún no sabía en qué.

Una voz rasposa cortó el silencio, como un cuchillo afilado atravesando el aire.

—¿Funcionó? —preguntó un hombre, su voz grave y cargada de un tono de expectación apenas disimulada. Sonaba como si hablara consigo mismo, más que con la mujer tendida en la cama, como si el mundo entero fuera ajeno a ella.

La respuesta no tardó en llegar. La voz de la otra persona me generaba enojo, era una voz llena de burla, de superioridad. No había miedo en ella, solo un tono despreciativo, como si la situación fuera un juego sin importancia.

—Sí, la droga hizo efecto. Está completamente bajo nuestro control. Tardará mucho en despertar.—

La frialdad de esas palabras se clavó en mi pecho. Bajo su control.Algo en mi interior retumbó con fuerza. ¿Qué querían hacerme? ¿Por qué estaba allí? Un estremecimiento recorrió mi espalda, pero no era miedo. Era algo más profundo, algo que me obligaba a reaccionar. La confusión en mi mente empezaba a despejarse, como si una niebla interna se disipara lentamente.

Las voces siguieron, sin prisa, como si estuvieran discutiendo sobre un objeto inerte, sin importar lo que ella pudiera sentir.

—Perfecto —dijo el hombre con una calma ahora evidente, como si todo estuviera sucediendo exactamente como lo había planeado—. Entonces puedo hacer lo que quiera con ella. La dejaré embarazada, y luego nadie podrá dudar de que mi hijo será el heredero del duque. Ella nunca lo sabrá, hasta que ya sea tarde—

Las palabras embarazada y heredero del duque resonaron con fuerza en mi mente, como un eco lejano que se hacía más claro con cada repetición. Algo dentro se disparó como un resorte. No podía quedarse allí. No podía permitir que eso sucediera. La necesidad de liberarme, de luchar, me invadió por completo.

Con un esfuerzo titánico, abrí los ojos. La oscuridad era casi absoluta, solo una luz tenue iluminaba débilmente la habitación. A mi alrededor, dos figuras se perfilaban en la penumbra. Un hombre, de complexión robusta, estaba parado con una sonrisa satisfecha en el rostro, como si hubiera alcanzado una meta que le perteneciera por derecho. La otra figura, una mujer, estaba junto a él. Su porte era arrogante, y su expresión, nada temerosa, más bien denotaba diversión. Se divertía con la situación, que desquiciada.

La mujer, con una sonrisa torcida, observaba el caos que se desataba con una calma perturbadora. No había miedo en su rostro, sino una especie de burla casi cruel. Como si todo fuera un espectáculo que disfrutaba desde las sombras.

Sin pensarlo, como si mi cuerpo estuviera gobernado por una fuerza ajena, salté de la cama. Mis movimientos fueron rápidos y precisos, como un destello de rabia. En un par de segundos, alcancé al hombre y lo derribé con un empujón violento. La sorpresa en su rostro fue inmediata. Cayó hacia atrás, tropezando con una mesa que volcó, creando un estruendo.

La mujer a su lado, lejos de asustarse, soltó una risita siniestra, como si todo eso fuera una broma que no podía dejar de disfrutar.

—Vaya, parece que tenemos una luchadora —comentó la mujer, observando con diversión la escena. Su voz estaba llena de desdén y un toque de desprecio, como si lo que estaba sucediendo no fuera nada más que un juego para ella—. No esperaba que fuera tan… entretenido.—

El hombre, atónito por un instante, se levantó rápidamente, furioso. La rabia en sus ojos era evidente, pero la mujer no dejaba de sonreír con malicia. Ella se cruzó de brazos, observando con aire de superioridad mientras el hombre intentaba recuperarse.

—¡Maldita! —rugió el hombre, levantándose con rapidez y avanzando hacia mi—. ¡No te atrevas a hacer esto!—

Lo miré fijamente, sin miedo, con la espalda recta y los ojos brillando con una intensidad peligrosa. Mi cuerpo estaba tenso, pero no por temor. No, no tenía miedo. Solo pensaba en una cosa: no dejar que ese hombre me tocara, no permitir que sus sucios planes se cumplieran.

—¿Quién… quién eres? ¿Qué quieres de mí? —pregunté con voz temblorosa, aunque mi postura seguía siendo desafiante, como si todo lo que sucediera fuera solo una cuestión de tiempo antes de que tuviera el control.

El hombre la miró, furioso, pero la mujer no se inmutó. Su respuesta fue fría, casi despectiva.

—Te dije que no te atrevas —masculló el hombre con odio, sus ojos chisporroteando de ira—. No eres más que una herramienta para mis planes. Y ahora, por tu culpa, todo va a salir mal.—

Pero ya no escuchaba. La adrenalina seguía fluyendo en mo cuerpo, más rápida que cualquier lógica o razonamiento. Solo quería huir, luchar, escapar de esa pesadilla.

La mujer, viendo el caos que había desatado, finalmente dio un paso hacia mi, sin miedo, pero su mirada era fría y cruel.

—¿Tan molesta estás, querida? —murmuró con una sonrisa burlona—. Qué lástima. Todo esto fue solo un malentendido. No te preocupes, pronto entenderás lo que está pasando.—

—¡No me toques! —grité, apartando a la mujer con un movimiento brusco de mi brazo. Mi cuerpo vibraba de tensión, pero me mantenía firme.

La habitación quedó en un pesado silencio, donde solo se escuchaban las respiraciones rápidas de ambos. No podía apartar la mirada del hombre, mientras mi mente seguía girando, buscando una salida. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué era este lugar? Además estoy muy grande ya para poder ser madre, ¿Quiénes son estos locos?

El hombre suspiró, como si al fin se hubiera cansado de su propio enojo, y su tono se suavizó. No era amigable, pero sí tenía algo de calma, como si todo estuviera bajo control, como si ya lo tuviera todo resuelto.

Dijo con frialdad, sus ojos clavados en los mios—. Solo ten en cuenta una cosa: no puedes escapar de lo que ya está destinado a suceder.—

Por ahora, todo lo que podía hacer era resistir. Sobrevivir. Y aunque no entendiera todo lo que estaba pasando, algo en mi interior me susurraba que no me rinda....

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Comments

Priscy Agudelo

Priscy Agudelo

exacto aun falta un poco más para emitir un juicio. Pero este episodio me dejó con ganas de más

2025-01-15

2

Vianey Hernandez Ortiz

Vianey Hernandez Ortiz

😱😱😱 Que está pasando????, es un inicio un poco diferente Pero muy bueno 👏👏👏

2025-01-17

0

Alejandra Paganini

Alejandra Paganini

es poco para jugar pero es interesante 😁

2025-01-15

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