FURIA

●Marco: Hoy he tenido una jornada de trabajo muy intensa en la empresa, todo debido a un empleado que envió los proyectos incorrectos. Había planeado salir más temprano, ya que quería ir a casa de los Bernard. Subí al ascensor y decidí pasar por Recepción, que me quedaba de camino. Sin embargo, a medida que me acercaba, me di cuenta de que afuera había un espectáculo inesperado: dos personas estaban peleándose. No me parecía apropiado que algo así ocurriera justo frente a la empresa. Entonces, decidí salir para gritarles a los que estaban haciendo ese espectáculo. Fue en ese momento que me llevé una gran sorpresa al darme cuenta de que los involucrados en la pelea eran Noah y París, Observando la situación, me doy cuenta de que París está a punto de atacar a Noah. Sin pensarlo dos veces, me interpongo entre ellos y agarro la mano de París con mucha fuerza. Lo miro a los ojos, manteniendo una expresión seria y decidida, y le digo con firmeza: ¿Qué crees que vas a hacer? No te permitiré que le toques ni un solo pelo a Noah, ¿me escuchaste? Luego, giro mi cabeza hacia

Noah y le pregunto con preocupación: Oye, Noah, ¿estás bien?

●Noah: miro a Marco con asombro y un poco de vergüenza. No quería que me viera en esta situación, me pregunto qué pensará de mí. Sin embargo, para mi sorpresa, él me está defendiendo frente a París. No te preocupes, estoy bien, pero creo que lo mejor será que nos vayamos de aquí. No quiero seguir sintiéndome tan avergonzado.

●Marco: Está bien, vamos a mi oficina. Allí podrás calmarte un poco antes de que te vayas a casa. Observo cómo Noah se agacha para recoger un bolso que había caído al suelo. Lo miro intensamente y él se da cuenta, así que me dedica una sonrisa. Suelto el brazo de París y me acerco para ayudar a Noah.

●París: Vaya, vaya, así que como no pudiste robarme a mi querido Luca, ahora te has puesto detrás de Marco. Pero eres tan predecible y fácil, Noah. Aunque, ¿sabes qué? Eso está bien, así dejarás de molestarme. ¿Me escuchaste? Y si no lo haces por las buenas, lo harás por las malas, estúpido. Estoy realmente furioso con ese maldito; no entiendo cómo pudo acercarse a Marco. Todo el mundo aquí sabe que él jamás ha estado con un omega; de hecho, nunca ha permitido que un omega se le acerque. Hasta le llaman eunuco. ¿Qué demonios hizo ese idiota para conseguir seducirlo?

●Marco: Observo que Noah intenta responderle a París, pero no se lo permito. Soy yo quien le habla con furia en la voz. ¡JAJAJA! Me da tanta risa que estés aquí buscando conflictos; al que realmente deberías de interrogar es a tu hombre ¿no es asi como lo llmas?. Deberías preguntarle qué fue lo que hizo ayer frente a la casa de Noah y por qué me hizo una escena de celos, amenazándome con que me alejara de Noah. Puedo ver cómo le brotan las venas del cuello de la rabia que siente. Agarré a Noah del brazo y entramos sin mirar atrás.

●Noah: Estoy profundamente apenado por toda esta situación. No puedo evitar preguntarme por qué Marco mencionó que Luca estuvo ayer fuera de mi casa, pero estoy convencido de que eso lo inventó solo para que Paris nos dejara en paz. Sin embargo, me resulta tan extraño comparar a este París con el que se presenta en la novela. No logro entender qué está sucediendo. Pensé que sería un momento maravilloso conocer a París en persona, pero ahora no estoy tan seguro, ¿qué más da? La verdad es que, estando en este cuerpo, nunca podré llevarme bien con él. Al terminar de perderme en mis pensamientos, giro la mirada hacia Marco, y me encuentro con que él me está observando fijamente,Oye lamento mucho la situación en la que nos encontramos; realmente me está generando bastante estrés. Sin embargo, quiero que sepas que he traído algo especialmente para ti. Es una manera de agradecerte por todo lo que hiciste ayer. Estoy muy agradecido por tu apoyo y quería mostrarte mi aprecio con este gesto.

●Marco: Entonces, ¿estabas afuera porque venías a verme? ¡Qué grata sorpresa, Noah! Bueno, ya llegamos a mi oficina, así que entra. Abro la bolsa que me da y me doy cuenta de que son galletas. ¿Serán de las que hiciste tú? Por cierto, ¡muchas gracias por las galletas! Me las comeré todas. ¿Cómo está tu familia? Por cierto, hoy me invitaron a cenar a tu casa. No tienes inconveniente en que asista, ¿verdad?

●Noah: Sí, fui yo quien las hizo. Como te mencioné, son una pequeña forma de agradecerte por toda la ayuda que me has brindado. Oye, Marco, si no es mucha molestia, ¿te importaría no comentarle nada a mi familia sobre lo que ha sucedido? La verdad es que no quiero que se preocupen. Ya tomé la decisión de distanciarme de Luca, así que no veo la necesidad de inquietarlos, ¿no crees?

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●París: Mierda es increíble cómo aún no puedo sacarme de la cabeza lo que me dijo Marco. Hasta donde yo sé, no es el tipo de persona que suelta palabras al aire sin sentido; lo que mencionó tenía que tener un fondo de verdad. ¡Ay, por qué no contesta Luca el maldito teléfono! Estoy a punto de volverme loco con esta situación. No me queda más remedio que ir a buscarlo a su casa, aunque eso implique arriesgarme a que su padre me odie aún más, ya que me haya prohibido la entrada a su hogar. Esto es demasiado importante para dejarlo pasar. Así que, sin pensarlo más, entro a mi auto y me dirijo directamente a la residencia de los Mercier.

●Aida: He notado que un automóvil ha ingresado a la mansión. Es extraño, ya que ni mi esposo ni mi hijo me informaron que recibiríamos visitas. Al asomarme por la ventana, para mi sorpresa, veo a París. ¿Qué está haciendo ese maldito, despreciable y oportunista, entrando en mi hogar? Llamo al mayordomo y solicito que lo expulse de mi casa de inmediato.

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