El Despertar De Luna: En Las Manos Del Enemigo

La Venganza del Alfa

La luna llena ascendía con una belleza imponente sobre el horizonte, su brillo plateado iluminando con delicadeza el vasto claro que se hallaba en el corazón del bosque. Habíamos convocado a todas las manadas para llevar a cabo una reunión de suma importancia. Mientras esperaba la llegada de los demás alfas, podía sentir como una atmósfera de expectación y tensión envolvía el entorno que me rodeaba. El suave murmullo de la brisa se entrelazaba con los susurros de la naturaleza, creando un ambiente cargado de anticipación y nerviosismo mientras jugaba con mi cabello que ahora parecía revuelto. Las sombras de los árboles se movían con una cierta gracia bajo la luz de la luna con una corriente de agua, como si también ellos estuvieran a la espera, ansiosos por conocer el desenlace de lo que estaba por acontecer en unos minutos. La noche parecía sostener la cargada respiración que contenía, y cada instante que pasaba intensificaba la expectativa de lo que se discutiría en esa reunión crucial.

Sarah estaba a mi lado como siempre, adoptando una postura erguida que irradiaba confianza y determinación. Su mirada estaba firmemente fijada en el horizonte, como si pudiera entrever el futuro que deseábamos construir juntos. Era evidente que ambos éramos conscientes de la importancia de este encuentro; no se trataba solo de una simple reunión, sino de una oportunidad fundamental para fortalecer nuestras alianzas y delinear un plan sólido que nos permitiera enfrentar a Rachel y Ethan. La tensión en el ambiente era palpable, y teníamos la certeza de que cada decisión que tomáramos en ese momento podría influir de manera significativa en el rumbo de nuestros próximos pasos.

Uno a uno, los líderes de las distintas manadas comenzaron a emerger en el claro, cada uno acompañado por sus más leales seguidores. El ambiente, poco a poco, se vio invadido por un bullicio de murmullos y susurros, mientras los grupos se reunían, tratando de encontrar su lugar en esta importante asamblea. La atmósfera, cargada de tensión y expectación, se tornó palpable: los miembros de cada manada se posicionaban con sumo cuidado, lanzando miradas a sus vecinos que mostraban una combinación de respeto y desafío mientras que otros solo parecían ajenos.

Cada alfa, con su porte elegante y firme, emanaba una autoridad que reverberaba entre sus leales, quienes, sin dudarlo, se alineaban a su alrededor. A medida que más líderes tomaban su lugar, el claro se transformaba lentamente en un auténtico punto de encuentro, donde los destinos de todas las manadas empezaban a entrelazarse de manera inexorable. La seriedad del momento se sentía en el aire, y cada participante era consciente de que las decisiones que se tomarían allí tendrían un impacto profundo en su futuro colectivo.

—Desmond, siempre es un placer verte — Alaric, el líder de la Manada de la Luna Roja, se acercó con una expresión de burla en su rostro, esbozando una sonrisa sarcástica que reflejaba su desprecio y seguridad. Su porte imponente y su mirada desafiante dejaban claro que no estaba dispuesto a pasar por alto lo que iba a escuchar.

—Alaric —respondí con un asentimiento—. Gracias por venir. Esta reunión es crucial para todos nosotros.

Alaric, siempre altivo y calculador, me observó con una mirada de interés. —He escuchado rumores sobre tus problemas con Ethan Blackwood y Rachel Montemayor. ¿Qué planeas hacer al respecto?

—Eso es precisamente lo que vamos a discutir aquí —dije, señalando a los demás alfas que se habían reunido—. Necesitamos unirnos y trazar una estrategia que garantice nuestra victoria.

Este era, en efecto, el asunto central que se trataría durante la reunión. Sin embargo, en ese preciso momento, no estaba dispuesto a ofrecerle ninguna información a Alaric. Él era un individuo que se deleitaba con la posibilidad de presenciar mi fracaso, aguardando con ansias el instante en que pudiera burlarse de mi caída. Pero yo soy Desmond Morris, y ¿quién mejor que yo podría vencerlo si decidiera ponerlo en mis manos? Alaric no tiene ni idea de con quién se está metiendo, y si realmente tuviera conciencia de ello, ¿acaso podría mantener esa actitud tan arrogante tan alta?