capítulo 19. el viaje y ana en problemas

Al llegar al aeropuerto, se dirigen directamente a Cancún. Anastasia le comenta a Ernesto: Amor, se me olvidó avisar a mis padres, en cuanto lleguemos, los llamaré.

Ernesto responde: Está bien, mi amor.

Al arribar, Ernesto se encarga de recoger las maletas para buscar un taxi. Anastasia, por su parte, toma su teléfono y le envía un mensaje a sus padres informándoles que ha salido de viaje con Ernesto y que regresará en dos semanas, además de mencionar que les estará llamando.

Posteriormente, suben al taxi y llegan al hotel. Anastasia expresa: Qué hermoso es este lugar. Estoy ansiosa por descubrir más.

Ernesto: ¿Sabes qué es lo mejor?

Anastasia: ¿Qué?

Ernesto: Que lo haremos juntos.

Anastasia lo abraza, y Ernesto le pregunta: ¿No habías venido a Cancún?

Anastasia: No, mi papá nos invitó hace tiempo, pero mi hermana no quería venir, así que papá decidió ir a Chile.

Ernesto: Bueno, amor, ahora tendrás la oportunidad de conocerlo a mi lado.

Anastasia sonríe de nuevo y ayuda a Ernesto a organizar algunas cosas, hasta que su teléfono suena. Al mirar la pantalla, se da cuenta de que es Ana y decide no contestar.

Ernesto pregunta por qué no responde.

Es mi hermana, hablaré con ella cuando regrese. Ya debería dejarnos tranquilos, responde Anastasia.

Ernesto la abraza y le dice: Está bien, entonces, ¿qué te parece si damos un paseo y comemos algo? Mira la hora.

Jajaja, ¿tienes hambre, amor? Está bien, vamos, responde Anastasia.

Ambos salen tomados de la mano y se dirigen a un restaurante para comer, y luego disfrutan de un paseo.

Ana, por su parte, estaba muy molesta; se preguntaba por qué no había llegado y pensaba: ¿Dónde estás, idiota?.

¿Por qué no atiendes mis llamadas? Debías haber estado aquí esta mañana, o a más tardar en la tarde. Anastasia, no encontrarás la felicidad ni con Ernesto ni con nadie.

David leyó el mensaje de Anastasia y, dirigiéndose a su esposa, preguntó: '¿Por qué marcharse de esta manera tan repentina, cariño, y avisarnos solo a través de un mensaje?'. Ana escuchó la conversación y preguntó: '¿Quién se fue, papá?'. 'Tu hermana nos ha informado que se ha ido de viaje con Ernesto', respondió él. Ana, sorprendida, exclamó: '¿Qué? ¿No íbamos a salir hoy? Por eso no me respondes'. En su mente, Ana pensaba: 'Eres una estúpida, Anastasia'.

Esto no puede quedarse así; ya lo verán. Ana luego les comenta a sus padres: '¿Vieron cómo es Anastasia? Papá, ayer habíamos acordado salir y la he llamado mil veces sin obtener respuesta. Luego, ustedes creen que soy yo quien no quiere llevarse bien con ella. Mamá, ayer quería ir con ella a la hacienda, pero me dijo que no porque era la fiesta de Ernesto. Posteriormente, propuse salir hoy y había aceptado, pero ahora me dice que se fue de viaje. Ustedes afirman que soy yo quien no quiere compartir con ella, y eso no me parece justo.'

David: No estamos afirmando que seas tú, hija; nuestra única intención es que ambas puedan llevarse bien. Sin embargo, Anastasia ha tenido un comportamiento inapropiado al dejarte de lado, a pesar de que ya existía un acuerdo entre ustedes. Hablaremos con ella cuando regrese.

Carmela: Hija mía, todo estará bien. Conversaremos con tu hermana para asegurarnos de que esto no se repita.

Ana: Está bien. Dado que no voy a salir, voy a mi habitación. Nos vemos mañana. Los quiero.

David: Descansa, princesa.

Anastasia estaba paseando con Ernesto, disfrutando de un ambiente muy agradable. Alrededor de las 11 de la noche, regresaron al hotel. Ernesto abrazó a su novia y juntos se dirigieron al baño para ducharse y compartir momentos de cariño.

Después de disfrutar de su intimidad, se ducharon y se acomodaron para descansar.

Al día siguiente, se despertaron al unísono. Ernesto le dio un beso y le comentó que iría al baño antes de encargar el desayuno. Anastasia le sonrió y le respondió que iría después de él. Una vez que ambos se prepararon, se dirigieron a la zona de desayuno.

Ernesto, después de disfrutar de un desayuno, llevó a Anastasia a explorar algunos lugares de Acapulco; había tenido preparado su itinerario durante varios días, incluyendo una visita a una de sus hermosas playas.

Mientras tanto, Ana estaba organizando todo lo que haría para su regreso, aunque también disfrutaba de salir con otros hombres.

Pasó una semana.

Anastasia, sintiéndose muy feliz, le comentó a Ernesto: Amor, ya ha pasado una semana, ¡qué rápido! Me encanta estar aquí contigo.

Ernesto respondió: A mí también me encanta. Luego, la besó y comenzó a acariciar suavemente su cuerpo.

Anastasia experimentaba una profunda conexión con Ernesto, disfrutando intensamente de su presencia. Los besos que compartían despertaban en ella susurros de placer, mientras él acariciaba su pecho, creando una atmósfera de intimidad. Ambos se expresaban su amor y devoción en medio de momentos apasionados, alcanzando juntos el clímax, para luego tenderse abrazados y dormirse en un instante de calma.

por otro lado , la situación se complicó cuando, en un hotel, Ana se encontró con un hombre casado. De repente, alguien tocó la puerta: era la esposa de él, quien, al entrar, lo buscaba con la intención de confrontarlo.

Empujó con fuerza a Ana y lanzó un vaso que estaba sobre una mesa hacia el esposo. Al verla, él quedó atónito y exclamó: Amor, ¿qué haces aquí?. Ella respondió: Amor, no te atrevas a volver a llamarme así. En ese momento, tomó fotos de la situación, mientras Ana permanecía inmóvil. De repente, Ana reaccionó y preguntó: ¿Acaso estás loca?. La joven giró hacia ella y respondió: ¿Crees que estoy loca? ¿No sabes que él es mi esposo? Hasta esta noche, porque lo dejaré solo, eso es lo que merece, estar rodeado de mujeres perras como tú. Ana, sorprendida, inquirió: ¿Cómo me acabas de llamar?.

Con lo que eres, afirmó la joven. Ana sintió la necesidad de golpearla, pero el hombre la detuvo, simplemente indicándole que se marchara de allí de inmediato. Ana lo miró y, en respuesta, le propinó una cachetada, exclamando: ¿Cómo te atreves? ¿Crees que soy cualquier mujer?. La esposa se rió y replicó: Eso es precisamente lo que eres.

Ana volvió la mirada hacia ella y le respondió: Ya te acordarás de mí. Luego tomó sus pertenencias y se dispuso a abandonar la habitación.

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