Ana se sintió muy incómoda al ver a Ernesto abrazando a su hermana. Todos comenzaron a disfrutar del momento. En un instante, Ana se acercó a Ernesto y le dijo: Hola, guapo. Ernesto se volvió hacia ella y respondió: Hola, Ana.
Ana continuó: ¿Ahora me vas a explicar por qué no contestas mis llamadas? ¿Acaso no deseas divertirte?
Ernesto contestó: Sabes que no, ya no quiero más diversión. Ana, eso no va a continuar. Es mejor que no me llames más y que dejes atrás lo que hemos vivido.
Ana, sorprendida, respondió: ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿Es esto por la estúpida de mi hermana?
Ernesto: No te expreses de esa manera; tú misma dijiste que esto solo era un juego y que lo que deseabas era disfrutar. ¿Por qué ahora planteas esto? También sabías que yo estaba saliendo con Anastasia.
Ana: Sí, fue una aventura pasajera, pero no se limitó a una sola vez. ¿No crees que eso debería haber sido suficiente para que terminaras con mi hermana? Pareces un hombre que disfruta estar con ambas, ¿no es así?
Ernesto: No digas eso; simplemente me dejé llevar por la situación.
Anastasia estaba buscando a Ernesto.
Ana: Te dejaste llevar por la situación, ja, ja, ja.
Ernesto, seré directa contigo: a mí realmente no me molesta que estés con Anastasia. Sé que ella no te brindará lo que yo te ofrezco, así que sigamos disfrutando, no hay problema.
Ernesto: ¿Cómo puedes hablar de esa manera? Ya te dije que ese juego se ha acabado.
Ana: No lo pienses, Ernesto, porque sabes que tengo la capacidad de hacer que todo termine en cuestión de segundos, ¿verdad? Si no quieres que se entere de nada, responderás a mi llamada.
Ernesto: No lo haré, se acabó, Ana.
Justo cuando Ana iba a responder, llegó Anastasia. Al ver a Ernesto y a Ana conversando de manera intensa, se sintió confusa y preguntó: ¿Están discutiendo? ¿Qué ocurrió?
Ernesto se puso nervioso y Ana, en un tono de risa, comentó: Siempre con tus ideas, ¿por qué estaríamos peleando? Solo estamos conversando, ¿verdad, Ernesto?
Ernesto la miró y luego se dirigió a Anastasia diciendo: Sí, cariño, solo estábamos hablando.
Anastasia los observaba atentamente. Entonces, Ernesto tomó la mano de Anastasia y agregó: ¿Bailamos?
Anastasia se dirigió a la pista de baile con Ernesto, mientras Ana los observaba y se reía para sus adentros, pensando: Disfruta mientras puedas, Anastasia. No creas que esa relación que consideras perfecta durará mucho tiempo. En ese momento, Lucas, un amigo de la familia, se acercó a Ana e hizo una invitación para bailar, a lo cual ella accedió. Después de un rato, Ana comenzó a sentirse incómoda al ver a Anastasia tan sonriente junto a Ernesto, así que, de forma repentina, exclamó: ¡Cambiemos de parejas! y tomó rápidamente de la mano a Ernesto, dejando a Anastasia en compañía de Lucas.
Todos se sintieron un tanto distantes, pero Anastasia continuó bailando con Lucas, sin apartar la mirada de su hermana. Tenía la certeza de que estaba tramando algo, aunque no entendía por qué Ana la trataba de manera distinta.
Ernesto le preguntó: ¿Por qué haces esto?
Ana respondió: Simplemente le estoy brindando diversión a la fiesta, corazón.
Camila escuchó el término corazón y se puso en alerta, ya que le resultó extraño.
Ana, con una sonrisa, comentó: Estás muy feliz con ella, ¿no?
Ernesto contestó: No tengo intención de responderte eso.
Ana replicó: No hace falta, yo ya te he visto; jajaja, me sorprende verte así.
Ernesto: ¿A qué te refieres?
Ana: Pensaba que eras un hombre que solo disfrutaba jugar con las mujeres, pero parece que con Anastasia no es así, ¡jajaja! Ella siempre logra que todos estén a su favor.
Ernesto: No sé de qué hablas; mejor dejemos de bailar, ya estoy cansado.
Ana lo presionó y le dijo: No, aquí te quedas, porque aún no he terminado contigo. ¿Acaso estás con ella porque quieres ser el primero en quitarle la virginidad?
Ernesto: No, no es eso.
Ana: Entonces, ¿por qué?
Ernesto: Porque la quiero.
Ernesto la dejó y se dirigió hacia la mesa. Ana, riendo, exclamó: Anastasia, te odio; ¿cómo consigues que todos hagan lo que tú deseas? Pero esta felicidad que ahora tienes no durará mucho. Ella se acercó a la mesa y tomó un gran trago. Anastasia interrumpió su baile y se unió a Ernesto y su amiga Camila. Mientras tanto, Juan servía las bebidas para ellos y conversaron un rato. A las 11:40 de la noche, comenzaron a cantar Feliz Cumpleaños. Los padres de Anastasia se preparaban para retirarse y, por su parte, ellos decidieron ir a otro lugar.
Ana consideró la opción de unirse a ellos para arruinar la noche de su hermana, pero decidió que era mejor pensar en un plan alternativo y se retiró a su habitación.
Anastasia salió con Camila, Juan y Ernesto a un bar donde disfrutaron de una noche animada. Posteriormente, Ernesto la acompañó al hotel, donde compartieron una botella de vino y se abrazaron. Él le expresó: No sé qué has hecho, pero te deseo mucho.
Anastasia, sintiendo la misma conexión, lo besó y le respondió: También te deseo. Poco a poco, comenzaron a despojarse de sus prendas hasta quedar completamente desnudos.
Ernesto la acariciaba con ternura, sintiendo que Anastasia lo completaba por completo. Comenzó a explorar su cuerpo de manera íntima, lo que provocó que ella se excitara aún más. Posteriormente, Anastasia decidió corresponder a sus caricias, entregándose mutuamente al amor.
Disfrutaron de su conexión durante un buen tiempo, hasta que ambos alcanzaron el clímax al mismo tiempo, quedando tendidos sobre la cama. Ernesto la abrazó y le dijo: Eres increíble, realmente me siento en el cielo contigo.
Anastasia le respondió con un beso y un susurro: Estamos en el mismo cielo, amor. Luego, Ernesto la abrazó y ambos se quedaron dormidos.
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