No sabes cuándo rendirte

Con los días, la relación de ese trío fué mejorando, Alexei no tocó más el tema acerca de sus padres y consentía a su hermana en todo, Ángel retomó sus estudios ya que tenía la ayuda de Alexei para atender a Dasha, y entre Ángel y Alexei se fué creando una conexión que era imperceptible para ellos pero que para los ojos de Dasha era obvia y agradable.

Aunque la relación entre ellos mejoraba cada día más la salud de Dasha desmejoraba de manera significativa, ya casi no salía del cuarto, los dolores eran más intensos cada día y ella fuertemente se aferraba a la vida para cumplir su misión que era traer a su hija sana y salva al mundo, era visitada frecuentemente por Sergei y una ginecobstetra de confianza quiénes estaban estudiando la posibilidad de practicarle una cesárea ya que ella había entrado en su séptimo mes.

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Una noche que Ángel llegó de la universidad encontró a Alexei sentado solo en la parte trasera de la casa, su sombría mirada le decía que se alejara pero el corazón noble de Ángel le gritaba que se acercara y ella oyendo su corazón se sentó a su lado, se quitó sus zapatos y se puso cómoda.

Ángel: ¿Quieres hablar?

Alexei: no.

Ángel: hablemos, puedes empezar por preguntarme cómo me fué en la universidad o si quieres hablemos del clima.

Ella no quería tocar el tema de Dasha aunque sabía perfectamente que eso era lo que lo tenía afectado pero prefería esperar a que el lo hiciera.

Alexei no dijo una sola palabra solo decidió ignorarla pero Ángel no se rendía.

Ángel: bien, sé que mueres por saber cómo me fue en la universidad, pero no pasó nada interesante hoy solo entregué algunos trabajos, viiuna que otra clase y bueno tuve que soportar como siempre a mi compañero intenso que quiere que le acepte una cita ¿qué opinas de eso? ¿Tú qué hiciste?

Alexei:¿No sabes cuándo rendirte verdad?

Ángel: no, sobre todo cuándo tengo muchas ganas de charlar.

Alexei sonrió de manera casi imperceptible.

Ángel: está bien, siento mucho haber invadido tú espacio, pensé que... Olvídalo.

Ángel se levantó para irse.

Alexei suspiró y le dijo: me siento presionado, por una parte quiero respetar su espacio como me sugeriste y por otra parte pues mis padres no me perdonaran nunca no haberles hablado con tiempo, se que ni yo mismo me lo perdonaré.

Ángel: entiendo perfectamente tú preocupación, creo que ya es hora de que tengas esa conversación con tú hermana.

Alexei: no quiero equivocarme, ¿y si la alejo por mi insistencia? Por favor, habla tú con ella, te tiene más confianza a tí que a mí, convencela de que acepte verlos.

Ángel: hablaré con ella, no para convencerla que acepte verlos sino para que te diga el porque de su renuencia respecto a ellos ¿Te parece?

Alexei: ¡Perfecto! Muchas gracias.

Ambos se miraron fijamente y una invisible pero fuerte fuerza los acercó tanto que terminaron en un dulce y suave beso que ambos disfrutaron, se separaron y Ángel tenía el rostro teñido de rojo y para Alexei fué una escena llena de dulzura e inocencia.

Alexei: pensé que ya habías besado antes.

Ángel: y lo he hecho pero...

Éste fué único dijo Alexei en un susurro.

Ángel asintió y recibió un suave beso en la frente y vió la figura de Alexei desaparecer en el pasillo.

Ángel sonrió, quedó encantada con ese beso y no sé mentiría así misma, quedó con ganas de más.

       *Siguiente día en la habitación de Dasha*

Ángel abrió las ventanas y se filtraron los relucientes rayos de sol, ésto terminó de despertar a Dasha quién gruñía como gata.

Dasha: quiero dormir.

Ángel: y lo harás, pero primero desayunaremos en el jardín, la mañana está preciosa y por nada del mundo dejaré que te pierdas de ese espectáculo.

Dasha: amiga, ya no tengo fuerzas ni ánimos para salir de éstas cuatro paredes.

Ángel: no necesitas fuerzas, me necesitas a mi para llevarte a dónde quieras y créeme ya te animarás cuándo veas lo que te he preparado de desayuno.

Dasha: no conoces el significado de rendirse.

Ángel: sabes que no.

Alexei: se lo he dicho, habló asomándose por la puerta enfundado en un traje completamente negro  que lo hacía lucir jodidamente sexy, su solo ser gritaba elegancia y poder, su perfume se impregnó en cada rincón de la habitación e inundó las fosas nasales de Ángel quién no se atrevía a mirarlo a los ojos, se sentía avergonzada y ésto no pasó desapercibido para Dasha quién supo en seguida que esos dos algo se traían.

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