Lorenzo

Rocío entró en la habitación para limpiarla y mientras retiraba las cobijas, ambos fijamos nuestra mirada en la mancha de sangre que resaltaba en la sábana blanca.

Entré al baño y recordé que la chica me había mencionado que era virgen, pero la sensación de placer era tan intensa que no podía detenerme.

A pesar de que nunca había estado con alguien que fuera virgen, no me sentía del todo bien. Ni siquiera sabía su nombre, y lo más triste es que ella se fue en la madrugada sin saber si estaba bien.

Tenía mucha hambre, así que desayuné y salí directamente hacia la casa de mis padres, donde se encontraba toda la familia reunida.

Al llegar, los hombres de mi padre me abrieron el portón para que pudiera entrar con el auto. Bajé del coche y caminé hasta el jardín, donde estaban mis padres y mi hermano menor, Jeremy.

“¡Por fin mi niño, ya llevas varios días en la ciudad y no te has dignado a venir a visitarme!”, me dijo mi madre mientras me abrazaba.

Mamá, la empresa me tenía ocupado con una carga de trabajo considerable, pero te prometo que no volverá a suceder. Le comenté a mi madre, quien lucía algo pálida, como si no se sintiera bien.

Claro que llegaste con mucho trabajo, porque este inútil ni siquiera se presenta en la oficina desde hace más de tres meses. Lo único que hace es salir de fiesta con un grupo de mujeres, intervino mi padre, refiriéndose a mi hermano Jeremy, quien se encontraba a su lado, usando gafas oscuras y disfrutando de un plato de chilaquiles.

Solo estoy tomando un año sabático después de haber estudiado tanto, dijo Jeremy, algo molesto.

¡Por favor, dejen de pelearse en la mesa!, pidió mi madre visiblemente molesta mientras miraba a ambos.

Me senté, no sin antes darle un cariñoso beso en la frente a mi padre y despeinar a Jeremy.

—Entonces, hijo, ¿cómo estuvo la reunión de ayer? —me preguntó mi padre, mientras hojeaba el periódico, como era habitual en él.

—Fue increíble. Esa empresa de moda es la mejor opción para invertir; ahora es la número uno y con ella obtendremos grandes ganancias —respondí, mientras recordaba a la chica con la que había estado y lo maravilloso que sería volver a verla.

Está de moda, me imagino a muchas mujeres hermosas luciendo ropa muy sensual, comentó Jeremy con voz baja.

¡Entonces no perdamos más tiempo y presentemos nuestra propuesta! exclamó mi padre, entusiasmado.

Mis padres tenían muchos compromisos, así que solo pudimos estar juntos por unos minutos cuando nos dejaron a Jeremy y a mí a solas.

—Dime, Lorenzo, ¿de verdad vas a quedarte el tiempo que dice papá? —me preguntó Jeremy mientras se tomaba una pastilla para el dolor de cabeza.

No lo creo, yo solo ayudaré con esta empresa de moda y tú tendrás que encargarte de lo demás. Pero ahora, cuéntame, ¿qué hiciste anoche? le pregunté a Jeremy con una sonrisa, ya que sabía que él solía hacer muchas cosas locas que yo no me atrevería a hacer.

No te imaginas. Esta noche amanecí con tres bellezas en mi cama que me llevaron al cielo, dijo Jeremy.

¿Pero hermano, tú no tienes novia?, pregunté, desconcertado.

Así es, pero es muy aburrida. Está educada a la antigua, tanto que no he podido disfrutar de nuestra relación. Por eso, hermano, ¡me voy a casar con ella!, me respondió Jeremy.