Capítulo 3

Andre, el dueño de esa pierna, se rio escandalosamente al ver a Riki caerse con su cuerpo gordo.

—¡Maldición! ¡Ese cerdo cayendo es muy gracioso!

Riki miró de reojo a Andre, el imbécil que había destruido la vida de su hermana menor.

Ahora, su hermana ya no estaba, se había suicidado, y este Andre todavía podía divertirse y acosar a la gente.

Andre dejó de reír al ver los ojos de Riki llenos de brasas de odio.

Andre entonces pisó la espalda de Riki con sus zapatos caros.

—¡Maldición! ¡No me mires así, me das asco, ¿sabes?! ¡Vuelve rápido a tu habitación!

Normalmente, Riki se enfadaría, lloraría y luego volvería a su habitación.

Sin embargo, algo era extraño.

Ahora Riki simplemente guardaba silencio, se levantó y luego se sentó tranquilamente a la mesa del comedor.

—¡Oye, ¿estás sordo o qué? ¡Te dije que volvieras a tu habitación! —Andre extendió la mano para arrastrar a Riki, pero Riki se giró hacia él rápidamente.

La mirada de Riki hizo que Andre se sintiera extraño, así que se quedó callado.

—Voy a comer un momento y luego me iré. Si no te gusta, vete tú —dijo Riki con rostro inexpresivo.

—T-tú... te atreves...

—¡Cállate! Come rápido y vete a la escuela, ya casi llego tarde —replicó Anton, y luego miró a Riki con extrañeza.

No era habitual que Riki comiera con ellos en el comedor.

—¿Qué? ¿Tú también quieres echarme? —preguntó Riki al notar que Anton lo miraba.

Anton no respondió, simplemente se quedó en silencio, sorprendido de que Riki pudiera contestarle así.

¿Qué le pasaba a ese chico gordo? ¿Por qué de repente era tan valiente? Si siempre había sido como un ratón asustado.

—He terminado, me voy primero —dijo Riki, se levantó y simplemente abandonó la mesa del comedor.

Entonces Anton y Andre se miraron. —¿Hermano, qué le pasa? —preguntó Andre.

Anton negó lentamente con la cabeza. —No lo sé, yo también estoy sorprendido. Pero si sigue atreviéndose a comportarse así, después de la escuela le daremos una paliza como de costumbre.

Andre asintió de acuerdo. —¡Vale! Hace tiempo que no practico boxeo.

Tanto Anton como Andre aprendían boxeo de un profesor profesional. También aprendían otras cosas como artes marciales, tiro, natación... todo con profesores profesionales.

Todos sus profesores, cuando venían a casa, miraban a Riki con desprecio.

Riki les tenía miedo.

Pero este Riki no.

Esa mañana el aire todavía se sentía fresco.

Riki caminó por los alrededores de la casa, luego salió y vio el lujoso complejo residencial.

Todas las casas allí eran muy lujosas. Había casas de ministros, casas de funcionarios de impuestos, y también casas de celebridades de primer nivel.

Como Riki nunca había salido de casa, no sabía cuál casa era de quién. Además, no era importante; lo importante ahora era hacer ejercicio.

[¡Has logrado caminar durante diez minutos!]

[¡Tu peso ha disminuido en 2 kg!]

—¿Eh? ¿Solo eso?

[Eso ya es mucho por una sola caminata de diez minutos, maestro]

[Normalmente, la gente tarda uno o dos meses en perder 2 kg de forma saludable]

Riki asintió comprendiendo. Así que podía ser instantáneo gracias a la ayuda del sistema, ¿eh? Era muy afortunado.

Entonces, ¿ahora su peso era de 118 kg? Se sentía más ligero.

Después de comer tres huevos duros y caminar durante diez minutos, ya volvía a tener hambre.

[Solo puedes beber agua mineral por ahora, maestro]

[Podrás comer de nuevo dentro de cinco horas]

Riki se sentó con desaliento. Las reglas eran muy estrictas.

Como se sentía agotado, regresó a su casa, que estaba a ocho minutos de distancia con sus piernas lentas. Una persona normal solo necesitaría un minuto.

Riki retrocedió rápidamente cuando el coche de Anton y Andre casi lo atropella.

Riki sabía que lo habían hecho a propósito.

Como Riki y Ricky tenían los mismos enemigos, eso lo haría más fácil.

Sin embargo, no tenía ningún plan en la cabeza. Lo único que sabía era la venganza, sin un plan claro.

—Será mejor que me concentre en perder peso por ahora. Si estoy sano, el plan de venganza será más fácil —murmuró.

Riki siguió caminando y encontró a su padre, Edwin, a punto de entrar en su lujoso coche.

Edwin trabajaba como CEO en la empresa de la familia Anggara, y también ayudaba a su hermano mayor, Edward, a convertirse en alcalde.

Edwin tenía un cerebro bastante inteligente, pero seguía estando por debajo de Edward en todo, así que le temía a su hermano.

En realidad, también sentía lástima por su hijo, pero no podía hacer nada; de hecho, cuando estaba borracho, se desquitaba con Riki.

Así, Riki era quien mejor conocía los sentimientos de su padre hacia su familia. Edwin odiaba a su hermano, a los dos hijos de su hermano, a la esposa de su hermano e incluso a sus padres.

Pero Edwin descargaba su ira en Riki.

Así que, Edwin era realmente un padre de mierda.

—Papá —saludó Riki.

—¿Por qué estás fuera de casa? ¡Qué vergüenza, entra rápido! —dijo Edwin, su rostro mostrando una expresión de vergüenza.

Quizás temía que algún vecino viera a Riki paseando.

—No te preocupes, todavía es temprano, no hay nadie por aquí. Tengo una petición, papá.

Edwin chasqueó la lengua con pereza; no quería escuchar a Riki, pero también sentía curiosidad porque su hijo rara vez le pedía algo.

—Dilo rápido, ¿quieres chocolate? ¿Pan? Lo que sea, papá te lo comprará después.

Riki negó con la cabeza rápidamente. —Quiero un profesor que me enseñe boxeo.

Edwin se quedó boquiabierto al oírlo. —¿Boxeo? En ese caso, que sea el profesor de Anton y Andre.

Riki negó rápidamente con la cabeza. —No, es un imbécil. Quiero a alguien que realmente quiera enseñarme, no un tipo que se cree fuerte y abusa de los débiles.

Edwin volvió a quedarse boquiabierto al mirar los ojos de su hijo, que ahora eran diferentes.

Había una fuerte determinación allí.

¿Había cambiado su hijo?

Como a Edwin le avergonzaba tener un hijo gordo y feo como Riki, simplemente accedió.

—Vale, lo buscaré más tarde, pero no puede ser rápido, ¿eh? Papá está muy ocupado ayudando a tu tío con la elección de alcalde.

Riki solo asintió comprendiendo. —Vale.

—Bueno, papá se va... si necesitas algo, pídelo online, no te alejes mucho de casa. No conoces el camino.

Después de eso, Edwin entró en su Rolls-Royce y se fue, dejando a Riki.

—Espero que realmente me encuentre un buen profesor —murmuró Riki.

Regresó caminando a la casa, fue a la cocina a coger fruta fresca. Esto extrañó a los sirvientes, pero se quedaron callados, sin saludarlo.

Pero a Riki no le importó, de hecho, era mucho mejor así.

[¡Has perdido 1 kg de grasa más, maestro!]

Riki acababa de llegar a su habitación cuando escuchó la voz del sistema.

—¿Eh? ¿Cómo es posible?

[¡Los treinta minutos han terminado! Ahora no puedes perder peso al triple de velocidad]

Ah, cierto. El sistema solo daba la oportunidad de perder peso al triple de velocidad durante treinta minutos.

Sin embargo, a Riki todavía le faltaba mucho para alcanzar su peso ideal.

Ya estaba muy agradecido solo por poder moverse con facilidad.

—Ahora, tengo que hacer ese plan de venganza —murmuró.

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