El sonido del teléfono resonó en el departamento de Julia, interrumpiendo el silencio de la noche. Sabía que era tarde, pero su padre tenía la molesta costumbre de llamarla a horas inusuales. Cuando vio el nombre de Patricia en la pantalla, su primera reacción fue ignorar la llamada, pero algo en su instinto le dijo que debía responder.
—¿Qué necesitas? —preguntó al contestar, su voz cargada de desdén.
—Julia, querida, siento llamarte a estas horas, pero tu padre quiere verte mañana en una reunión familiar —dijo Patricia con un tono que pretendía ser amable, aunque Julia podía detectar el veneno tras sus palabras.
—¿Qué reunión?
—Una cena, algo íntimo. Camila tiene algo importante que compartir, y queremos que estés presente.
Julia sintió cómo su estómago se revolvía. Una reunión con Patricia y Camila era lo último que necesitaba, pero sabía que su padre no aceptaría un no como respuesta.
—Bien, estaré ahí —dijo con un suspiro, colgando antes de que Patricia pudiera agregar algo más.
Mientras se preparaba para acostarse, el mensaje anónimo que había recibido más temprano volvió a invadir su mente. "Deberías tener cuidado, Julia. No todos los que están cerca de ti quieren lo mejor para ti." Las palabras eran inquietantes, pero no del todo sorprendentes. Su vida estaba rodeada de gente que buscaba usarla, manipularla o destruirla.
Sin embargo, esta vez había algo diferente. El mensaje no parecía provenir de Patricia o Camila; tenía un aire más ominoso, como si viniera de alguien que estaba observándola desde las sombras.
A la mañana siguiente, Julia se dirigió a la oficina, decidida a dejar atrás los pensamientos inquietantes. Pero, como siempre, el ambiente laboral era sofocante. Sus compañeros apenas la miraban, y su jefe, Martín, la vigilaba con una intensidad que la hacía sentir expuesta.
—Julia, ven a mi oficina —dijo Martín al cruzarse con ella en el pasillo, su tono autoritario dejando claro que no era una solicitud.
Julia obedeció a regañadientes, entrando en la pequeña oficina donde Martín solía encerrarse para dar órdenes o lanzar críticas.
—¿Qué pasa? —preguntó, cruzando los brazos en un gesto defensivo.
Martín se inclinó hacia ella, apoyando los codos sobre el escritorio.
—He notado que últimamente estás distraída. Tu rendimiento no es el mismo.
Julia apretó los dientes, tratando de mantener la calma.
—Mi trabajo está al día. No hay nada de qué preocuparse.
—Eso lo decidiré yo —replicó Martín, su tono cargado de superioridad—. Quiero que me entregues el informe del proyecto antes del mediodía. Y no quiero excusas.
Julia asintió, sintiendo cómo su paciencia se agotaba con cada palabra. Sabía que Martín disfrutaba imponiéndose sobre ella, pero no estaba dispuesta a darle el gusto de verla quebrarse.
Cuando salió de la oficina, respiró hondo, recordándose que aquel trabajo era solo un medio para mantenerse independiente. No iba a permitir que Martín, Patricia, Camila ni nadie más la controlara.
Esa noche, Julia llegó a la cena familiar con una sensación de pesadez en el pecho. El comedor estaba decorado con un lujo que solo servía para recordarle lo poco que encajaba en aquel mundo. Patricia y Camila estaban sentadas, conversando animadamente con su padre, pero el ambiente se tensó en cuanto Julia cruzó la puerta.
—¡Julia, qué bueno que llegaste! —exclamó su padre, intentando sonar cálido.
Julia forzó una sonrisa, tomando asiento en el extremo opuesto de la mesa.
—¿Qué es tan importante como para reunirnos esta noche?
camila fue la primera en hablar, su tono lleno de entusiasmo falso.
—Papá y yo hemos estado trabajando en un proyecto juntos. Es una nueva división para la empresa, y él me ha confiado su dirección.
Julia sintió cómo la ira empezaba a burbujear en su interior. Su padre nunca había mostrado interés en incluirla en la empresa, pero ahora le entregaba una posición importante a Camila, alguien que apenas tenía experiencia.
—Felicidades —dijo, su voz carente de emoción.
—¿No te alegras por mí? —preguntó Camila, fingiendo inocencia.
*Camila media hermana de Julia*
—Estoy sorprendida, eso es todo.
Patricia intervino antes de que la conversación se volviera más tensa.
—camila ha demostrado ser muy capaz. Creo que es un gran paso para la familia.
Julia miró a Patricia, preguntándose si alguna vez había existido un día en el que no conspirara para mantener a Camila en la cima.
—Seguro que sí —respondió, sin molestarse en ocultar su sarcasmo.
La cena continuó entre conversaciones superficiales, pero Julia apenas probó bocado. Su mente estaba ocupada, analizando cada palabra, cada gesto, buscando entender qué planeaban Patricia y Camila. No podía evitar sentir que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande.
*Patricia madrastra de Julia 45 años*
Más tarde esa noche, Julia regresó a su departamento agotada, pero un ruido en el pasillo llamó su atención. Al mirar por la mirilla de la puerta, vio a un hombre de traje oscuro parado frente a su apartamento, revisando algo en su teléfono.
El corazón de Julia comenzó a latir con fuerza. ¿Era uno de los hombres de Adrián? ¿O alguien más? Decidió no abrir la puerta, esperando a que el hombre se marchara. Pero antes de hacerlo, dejó un sobre bajo su puerta y se alejó.
Julia esperó unos minutos antes de recogerlo. Dentro había una hoja con una sola frase escrita: "El enemigo más peligroso siempre está más cerca de lo que imaginas."
Sus manos temblaron mientras sostenía el papel. Sabía que su vida no era sencilla, pero esto iba más allá de las intrigas familiares. Era un juego peligroso, y Julia no tenía idea de quién estaba moviendo las piezas.
Por primera vez en mucho tiempo, deseó no estar sola.
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Comments
Nery Guerrero
Huy quien será ese q le envía esos mensajes aunque bien porque la mantiene sobre aviso
2025-01-03
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Rosytha CrUz
quien es camila...???
o quizá se refiere a eilana o como se llame 🤔
2025-01-04
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Nini Marin
y ahora quién la estará intimidando/Right Bah!//Right Bah!//Right Bah!//Right Bah!//Speechless//Speechless//Speechless//Speechless/
2025-01-03
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