El viernes llegó con la expectativa palpable en el aire. La pequeña reunión organizada por Rogelio Smith para el equipo administrativo se celebraría en el elegante salón de conferencias de Vitalia Foods. Todo estaba impecablemente decorado, con mesas llenas de bocadillos y bebidas, demostrando el poderío de la empresa.
Mara, fiel a su estrategia, escogió un atuendo sencillo pero que resaltaba su belleza natural: un vestido azul marino que caía justo por encima de las rodillas y unos zapatos bajos. Quería ser notada, pero no provocar sospechas.
Cuando entró al salón, sintió las miradas sobre ella, incluida la de Rogelio, quien estaba en el centro del salón conversando con algunos ejecutivos. Sus ojos oscuros la observaron detenidamente, como si evaluara cada detalle de su apariencia. Mara, fingiendo timidez, desvió la mirada, pero sabía que ya había logrado captar su atención.
El evento transcurría entre conversaciones triviales y comentarios sobre los logros recientes de la empresa. Rogelio, con su carisma natural, se movía entre los asistentes, saludando y haciendo preguntas casuales, siempre proyectando la imagen de un líder seguro.
Finalmente, llegó el momento en que sus caminos se cruzaron.
—Señorita Brown dijo Rogelio, acercándose con una copa de vino en la mano, me alegra que haya podido asistir.
Mara sonrió con nerviosismo. Gracias por la invitación, señor Smith. Es un honor estar aquí.
—Dígame, ¿cómo ha encontrado su experiencia trabajando en Vitalia?
—Ha sido increíble. Estoy aprendiendo mucho y me siento agradecida por la oportunidad respondió, asegurándose de mantener su voz suave y humilde.
Rogelio asintió, pero su mirada permaneció fija en ella por más tiempo del necesario. Había algo en Mara que lo intrigaba, algo que no podía identificar pero que lo atraía.
Mientras conversaban, una mujer alta, rubia y elegantemente vestida entró al salón. Era Maribel Miller, la mujer por la que Rogelio había destruido a Diana. Mara sintió un nudo en el estómago al verla, pero se obligó a mantener la calma. Sabía que este encuentro era inevitable.
Maribel caminó directamente hacia Rogelio, apoyando una mano en su brazo con un gesto posesivo. Cariño, ¿no me presentarás a tu... nueva amiga?
Rogelio, incómodo por el tono de Maribel, hizo las presentaciones. Maribel, esta es Mara Brown, una de nuestras nuevas asistentes administrativas. Mara, esta es Maribel Miller.
Mara sonrió con cortesía. Un gusto conocerla, señora Miller.
Maribel estudió a Mara de arriba a abajo, como si evaluara cada detalle. Había algo en esa joven que no le gustaba. Tal vez era la forma en que Rogelio la miraba, con una atención que Maribel no había visto en mucho tiempo.
A medida que avanzaba la noche, Rogelio continuó mostrando interés en Mara. Le ofreció otra copa de vino, le preguntó sobre sus aspiraciones y se aseguró de que se sintiera incluida en las conversaciones. Esto no pasó desapercibido para Maribel, quien comenzaba a perder la paciencia.
Finalmente, Maribel no pudo contenerse más. En medio del salón, alzó la voz.
—¿Se puede saber qué es lo que tiene esta chica para que te comportes así, Rogelio? preguntó con tono cargado de celos.
La conversación en el salón se detuvo de inmediato. Todos los ojos se volvieron hacia ellos.
—Maribel, por favor dijo Rogelio, tratando de calmarla, no es el momento ni el lugar.
—¡Oh, claro! ¿Acaso crees que no me doy cuenta? Llevas toda la noche prestándole atención, como si ella fuera alguien importante. ¡Es solo una simple asistente!
Mara, fiel a su plan, fingió estar completamente desconcertada y herida por las palabras de Maribel. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y bajó la mirada, como si no supiera qué hacer.
—Yo... yo no quería causar problemas... murmuró, con la voz quebrada.
Rogelio sintió un impulso protector hacia Mara, algo que lo tomó por sorpresa. Dio un paso adelante, colocando una mano en su hombro.
—Maribel, ya basta. No tienes derecho a tratar así a mis empleados dijo con firmeza.
—¡Esto no tiene nada que ver con la empresa! —gritó Maribel, visiblemente fuera de control—. ¡Tiene que ver con ella y contigo!
Mara aprovechó el momento para retirarse discretamente del salón, aparentando estar completamente devastada. Sabía que este despliegue de vulnerabilidad jugaría a su favor.
Minutos después, Rogelio la encontró sentada sola en una de las bancas del vestíbulo.
—Mara, lamento mucho lo que pasó. Maribel no debió comportarse así.
Ella levantó la vista, sus ojos todavía brillando con lágrimas. No quería causar problemas, señor Smith. Tal vez debería renunciar...
—No, no digas eso respondió Rogelio rápidamente. Lo que pasó no fue tu culpa. Eres una empleada valiosa, y no quiero que pienses en irte por algo así.
Mara asintió lentamente, permitiendo que una pequeña sonrisa insegura se asomara en sus labios. Gracias por decir eso.
Rogelio la observó por un momento, sintiendo un extraño deseo de protegerla. Había algo en Mara que lo hacía bajar la guardia, algo que no entendía pero que no podía ignorar.
Mientras la escoltaba de regreso al salón, Mara sonrió internamente. Su plan estaba funcionando a la perfección. Había logrado despertar en Rogelio una mezcla de interés y culpa, un cóctel perfecto para acercarlo aún más a ella.
"Un paso más cerca", pensó. "Solo un paso más cerca de la venganza."
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Comments
Rosario Hernandez Ortiz
Cosecha lo que sembraste Zorra Maribel
2025-01-29
1
Olga Nempeque
jaja toma de tu propia medicina bruja, ahora falta ese vil hombre malnacido
2025-01-19
2
Isa 🇻🇪
/Facepalm//Grin//Grin//Grin/ se merece eso y más paso a paso se construye la victoria
2025-01-30
1