Retrato viviente

Cuando la chica llegó al jardín y saludó con una reverencia perfecta a la Reina ésta sólo abrió los ojos y apenas podía creer lo que veía: Diana luce cada vez más como una copia perfecta de Michelle.

Inmediatamente sintió cómo el tiempo se congelaba y frente a ella estaba su querida amiga, recordó cuando la conoció el primer día de clases y su radiante sonrisa… la primera vez en que vieron al joven Edwin Donnelly y cómo éste se quedó con cara de tonto al conocerla pues hasta se le cayó de la boca el té que estaba bebiendo… inclusive el Rey Ambrosio estaba fascinado por ella, pero Edwin fue más astuto y supo la forma exacta de acercarse a la joven, quien no dudó en aceptarlo cuando le pidió ser su novia… tantos recuerdos maravillosos.

Al ver los ojos llorosos de la Reyna, Diana entró en pánico y creyó que todo estaba mal y no sabía cómo consolarla, por lo que inmediatamente la ayudó a sentarse y se hincó a sus pies ofreciendo disculpas pues no sabía qué había hecho mal.

Isabel de Ares: (Llorosa) No has hecho nada mal mi niña… solo que, al verte, no pude evitar recordar el maravilloso tiempo que pasé al lado de tu madre… cada día te pareces más a ella, ahora entiendo tantas cosas, inclusive por qué William está tan confundido.

Diana: Bueno, mejor no hablemos de él. (Se sentó a su lado y comenzó a servir el té) Me gustaría más que me platicara sobre algunas de las experiencias que vivieron al lado de mi madre. Aunque, antes de eso, ¿en qué puedo servirle Majestad?

Isabel de Ares: (Serenándose) Tienes razón, mi niña, primero lo primero. Escuché que en tu primera semana en la escuela no has acudido a clases y, lo que más me preocupa es que te han visto muy cercana a un profesor de la Academia, así que espero conocer tu historia, para no quedarme sólo con lo que alguien más vio.

Diana: (Sarcástica) Vaya, una semana y los chismes corren ya por la escuela. Pero espero que la lengua de quienes lo hayan dicho se pudra por malpensados (dice sonriendo, lo que inmediatamente incomoda a la Reina pues sabe que su hijo es el chismoso).

Permítame explicarle, como puede certificar la escuela, yo he acudido todos los días a clases, pero el primer día estuve ocupada haciendo exámenes. Como ya sabe, perdí mis recuerdos, así que al director de la Academia le preocupaba si podría seguir o no. Todo ese día me hicieron múltiples pruebas y ni siquiera pude comer, por lo que al final me sentí mal y me enviaron de regreso al ducado en compañía de un profesor para asegurarse de que llegara bien.

Él es la persona que esta semana me estuvo acompañando al ducado, su nombre es Tomas Sinclair y es un gran profesor de teoría mágica. Debido a que el doctor no me ha terminado de dar el alta, les ha preocupado mi salud, tengo entendido que a partir de la próxima semana mi doncella Emily tendrá permiso para acompañarme a las clases junto con Sir Larkspur, un guardaespaldas que ha nombrado ya mi padre.

Además, debido a mis calificaciones, fui promovida, así que ahora estoy en el tercer grado de la escuela y mi sede ha cambiado, por eso es que ya no voy a mi anterior salón de clases. ¿Alguna otra duda majestad?

Isabel de Ares: ¿Tercere grado? Pero sólo tienes 14 años mi niña. Wow, tu padre debe estar más que orgulloso.

Diana: Sí (apenada) está muy contento, quería organizar una fiesta por mi promoción, pero lo convencí de no perder la cabeza, aún no me termino de sentir bien y prefiero tener en este momento un bajo perfil.

Isabel de Ares: Mi niña, ¿entonces aún te sientes mal? Pero qué te pasó, me ha tenido muy preocupada tu pérdida de memoria.

Diana: Muchas gracias por su preocupación Majestad, cada vez me siento mejor, pero aún no he recuperado mis recuerdos, así que todavía no sé qué me pasó. Por eso, todo lo que he vivido desde que recuperé la conciencia ha sido clave para relacionarme con otras personas (lo dice por su ahora mala relación con William).

Mi padre y mi doncella Emily me han ayudado mucho y creo que gracias a que estaba muy desesperada porque no podía recordar nada, fue que me puse a estudiar mucho y logré mi actual resultado en la escuela (dice con una gran sonrisa).

La Reina estaba cada vez más encantada con la nueva Diana y, definitivamente, la ayudará en lo que pueda para que se case con su hijo, aunque si decide que lo rechazará, también estará a su lado. Al final, esta niña ahora se parece no solo físicamente a su madre (como antes), sino que su personalidad es igual a la de Michelle. Lamentablemente, su tonto hijo se parece en su carácter mucho a su padre y eso no le será de ninguna ayuda.

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