Motivos

Duque: (Más que orgulloso) ¿Leíste el informe que mandaron de la escuela?

Diana: (Ofendida) Claro que no… leer correspondencia ajena es un delito federal que se castiga con cárcel… o bueno… lo es en mi mundo… no sé aquí (dijo con confianza pues Emily era la única que los acompañaba en el salón).

Duque: (Riendo) No, tampoco está permitido… también es un delito. Bueno, según el director, los exámenes resultaron más que excelentes y quieren hablar conmigo pues están considerando cambiarte de grado, no de grupo, eso es excelente… les dije que debido a tu amnesia estuviste estudiando en casa con profesores particulares y creo que lo creyeron todo.

Diana: (Aliviada) Vaya, eso está bien… sobre todo considerando que su hija tiene solo 14 años, a lo mejor por eso le resultaba tan difícil la escuela, no estaba bien preparada al inicio…

Duque: Sí, eso le dije, pero como era el año de ingreso del Príncipe a la escuela, ella quería estar con él… nunca pude decirle que no a mi niña hermosa. Por cierto, ¿no se acercó a ti ese tipo?

Diana: No, hice suficientes cambios en el horario como para no toparme con él en todo el día, pero si me van a promover de grado, creo que ahora será mejor, porque ya no habrá la mínima oportunidad de hacerlo… por cierto… ¿debo tomar las clases de bordado y etiqueta básica?

Duque: El bordado lo puedes cambiar por otra cosa… te recomendaría lectura… suelen tomar clases en la Biblioteca y ahí puedes encontrar textos mucho más raros que los que tenemos aquí en el Ducado. Etiqueta básica sí la debes tomar para que te relaciones con los modales a seguir cuando vayas al Palacio, espero que sean pocas ocasiones, pero hay eventos como la Fiesta fundacional o el cumpleaños de sus Majestades que no podremos evitar.

Realmente hablar con el Duque era muy fácil, es una persona tan atenta que siempre me explica las cosas claramente, y cada que tiene oportunidad me pregunta por mi vida en mi mundo, muchas veces lo veo como un niño curioso que desea aprender más y más. Aunque sé que su principal motivación es encontrar a su hija y traerla de vuelta a casa. De verdad, qué triste que esa niña no valoró el amor que le daba su padre y prefirió mendigar y sufrir por un amor no correspondido, y lo peor... con el principito de pacotilla…

De hecho, he estado revisando la habitación de Diana y encontré sus diarios, de verdad que esta niña tenía algo mal en la cabeza, por lo que cuenta, ella estaba segura de que su padre la odiaba porque ella era la culpable de la muerte de su madre, además, parecer consideraba que todos la despreciaban, y que por eso nunca recibía lo que ella quería, ¿en serio? Pero también creo que seguramente eso la tenía siempre o triste o angustiada

Hasta donde voy creo que esas ideas se las metió su primera institutriz, quien siempre la menospreciaba y maltrataba por no ser lo suficientemente refinada y digna.

Según me contó Emily, la señorita Christine Calloway estuvo enamorada del Duque (y quién no) desde antes de que él conociera a su esposa, pero cuando se casó, ella quiso entrar como concubina al ducado alegando que su padre la quería vender, por lo que el buen Duque la ayudó económicamente y le dio el trabajo de doncella principal de Michelle y, tras su muerte, como institutriz; pero ella siempre martirizó a Diana, yo creo que desquitó con la niña su propia frustración, maldita bruja… en fin… lamentablemente cuando el Duque se dio cuenta de la realidad, la niña ya tenía ocho años y estaba muy deprimida.

No quiero justificar con esto a la pequeña duquesa, pero la educación que recibes en los primeros años te marca para toda la vida y creo que eso le pasó a ella. A esto se sumó que siempre le llegan al Duque misiones urgentes y encargos que le hace el Rey, además de que debe atender sus propios negocios, por lo que siempre estaba fuera de casa y aunque le dio dinero a manos llenas, en cumpleaños o celebraciones no estaba ahí.

Creo que es importante que el Duque conozca los verdaderos pensamientos de su hija, pues si bien a mí me encanta platicar con él, su pequeña sufría mucho porque sentía que él no la amaba. Si como esperamos ella regresará de dónde se encuentre ahora, es necesario que su padre sepa cómo tratarla para que ella se dé cuenta de que no tiene necesidad de mendigar el amor de alguien como el principito de pacotilla.

Así, mientras estaban en el comedor Alessandra le entregó el primer diario de Diana a su padre, y le pidió que lo leyera poco a poco, cuando estuviera a solas, pues tiene las claves para que él comprenda mejor a su hija y la trate como se debe cuando ella regrese, lo cual, agradeció enternecido el Duque.

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