Una oportunidad

En el Palacio Real

En la oficina del Rey, el monarca y la Reina hablaban con el Duque Donnelly sobre un posible nuevo fondo económico para invertir en el apoyo a poblaciones más allá de su ducado, así como su apoyo para combatir mercenarios que están causando problemas en el Sur. Fue entonces que el Duque aprovechó la oportunidad.

Duque: Majestad, antes de definir el tipo de apoyo que el ducado dará para estas obras, me gustaría terminar de definir la situación de nuestros hijos.

Ambrosio Ares: Claro, claro, no te preocupes, sé que mi hijo es un poco necio, pero claro que se casará con la señorita Diana (dijo apresurado).

Duque Donnelly: No, por favor, Alteza. Permítame cancelar el compromiso.

Ambrosio Ares: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué lo dices?! Nooo, te aseguro que el muchacho lo hará de buena gana y hará muy feliz a tu querida hija.

Isabel de Ares: Además era la última voluntad de la querida Duquesa Donnelly, ella y yo éramos íntimas amigas, y siempre expresamos el deseo de que los chicos se casaran…

Duque Donnelly: Majestades, seamos honestos. El muchacho cada vez que tiene oportunidad insulta y maldice a mi hija. Tengo pruebas de eso, además, ella le ha tolerado mucho al Príncipe, pero…

Ambrosio Ares: ¡¿Pruebas?! ¡¿Cuáles pruebas?! (dijo pálido el Rey, pues él y su esposa sabían bien la forma en que su tonto hijo se expresaba de la pequeña duquesa, pero no creían que hubiera sido tan estúpido para dejar evidencia).

El Duque con toda la calma sacó de su saco un cristal de maná que contenía la grabación de una de las reuniones de ambos jóvenes y se veía y escuchaba claramente cómo el Príncipe amenazó a la niña con hacerla infeliz cada día de su vida y la maldecía por el compromiso. Ante esto, los reyes no tuvieron más opción que disculparse y aceptar que el muchacho no estaba listo para algo así, pero le querían prometer al duque que al terminar su educación en la Real Academia el matrimonio sería exitoso. Pero el Duque los volvió a interrumpir…

Duque Donnelly: Majestades… no es sólo esto… recordarán que en nuestra última reunión me avisaron urgentemente que mi preciosa niña sufrió un atentado… sus agresores la dejaron muy malherida, y perdió la memoria. Aun sabiendo esto, su hijo insultó y maldijo a mi pequeña, pero afortunadamente, después de sus “visitas” ella se ha dado cuenta de los verdaderos sentimientos del Príncipe William y me pidió cancelar el compromiso, no quiere verlo o estar cerca de él… así que la propuesta es esta…

Luego de una larga charla el Duque se retiró y el Rey de Ares mandó llamar a su hijo y en cuanto lo vio le dio una fuerte cachetada.

Ambrosio Ares: ¡¡Eres un estúpido…!! ¡¡¿Cómo se te ocurrió insultar a la señorita Donnelly, creíste que él no haría nada si insultabas a su hija que apenas estuvo entre la vida y la muerte?!! ¡¡Si perdemos el apoyo del ducado estaremos en graves problemas!! ¡¡Más te vale volver a ganarte el corazón de esa niña, porque de lo contrario te voy a desheredar!!

William Ares: ¡¡Padre!! ¡Pero yo estoy enamorado de la señorita Susana! ¡Mi madre me prometió que me casaría con la mujer que se ganara mi corazón!

Ambrosio Ares: ¡¡Es en serio!! Pues a menos que esa muchachita tenga una fortuna e influencia equivalente a la del Duque Donnelly, olvídate de ella. ¡¡Hasta donde investigué su padre está lleno de deudas, perdió todas sus propiedades por el juego y su madre es una sirvienta que sólo llegó a ser la señora de la casa Spencer porque quedó embarazada… brillantes antecedentes para la futura madre de este reino!!

William Ares: Pero ella no es igual a sus padres y estoy seguro de que si le dan una oportunidad, les demostrará que puede ser la mejor reina que Ares ha visto en toda su historia…

Isabel de Ares (madre de William): Hijo, entiendo que quieres amar a la persona que te acompañará en la vida, pero esa muchacha no tiene lo que se necesita para ser una digna gobernante.

William Ares: Pero cómo lo sabes si no le han dado la oportunidad, si la conocieras la amarías tanto como yo madre… ella es dulce y tierna y siempre es objeto de las agresiones de Diana, no la puedo abandonar.

Isabel de Ares: (Cansada) ¿Quieres una oportunidad para ella? Bien, pero con una condición… debes tratar con respeto a Diana y darle una verdadera oportunidad, si lo haces, invitaré a esa chica a tomar el té, pero si la muchacha no me convence, deberás dejarla. Por lo que escuchamos en las grabaciones ni siquiera la dejas hablar a la pobre niña cuando ya la estás insultando ¿A caso te gustaría que tu padre me tratara así? Antes de hablar con Diana piensa que así como la trates a ella, otros pueden tratarme igual…

William Ares: ¡¡Antes los mato!!

Isabel de Ares: (Cansada) Vaya, ahora que entendiste el punto. Trata mejor a Diana y ya te dije, si haces eso yo le daré una oportunidad a esa muchachita Susana…

Ambrosio Ares: (Frustrado) Pero mi reina, ¡no lo consientas así!

Isabel de Ares: Cariño, tu y yo hablaremos más tarde de esto. Ahora ve a tu habitación hijo y quiero que mañana a primera hora vayas con Diana y le ofrezcas una disculpa sincera.

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