Invierno

La paciente presenta fobias extremas, no le gusta la cercanía de personas ajenas, se muestra renuente a hablar de ellas, parece no reconocer su problema.

La paciente es temerosa en exceso, no permite contacto de ningún tipo y se muestra insegura.

La paciente deja la terapia después de varios meses e intentos por hablar de sus miedos y temores.

Este fue el reporte que consiguió Damián de la terapeuta escolar, en él no había información alguna sobre las causas de los temores de Sara, esto despertó una alerta en Carlos...

_ Si ella no quiere hablar sobre sus miedos y además no soporta el contacto de otras personas, ¡es porque algo muy grave le sucedió! Pobre chiquilla, que le habrán hecho para generarle un trauma tan grande? Tan honesto fue su dolor, que se le nublaron los ojos al imaginar diversos escenarios, en los que Sara fue la protagonista de mil hechos tristes y violentos que destrozaron su corazón, Carlos se encontró tan conmovido por su situación que supo inmediatamente que debía buscarla y protegerla de cualquier otro daño que pudieran hacerle.

De repente recordó aquella escena en la que él la tomo en sus brazos... _ Estaba temblando, yo pensé que por el dolor de sus heridas, pero quizá fue miedo, miedo a que yo le hiciera algo. Debo ser muy paciente y buscar el mejor momento para acercarme a ella, no quiero que me tema o se aleje de mí pensando que la voy a lastimar.

Después de un buen rato leyendo el informe, empezó a elaborar un plan, ese informe le facilitaba absolutamente todo, ya que las ideas llegaban a su cabeza y solo era cuestión de darle forma a sus ideas para que nada fallara. Le hablo a Damián para pedirle una serie de favores que le ayudarán a acercarse a Sara de una forma casual, esperando el mejor resultado. Quizá el mismo no notó lo elaborado de su plan y lo mucho que se estaba interesando en aquella muchacha, no fue consciente de nada, lo único que quería era acercarse a ella y no ser rechazado.

El fin de semana paso pronto para él afinando cada detalle de su plan, repasaba cada cosa en su mente y ahora sin darse cuenta, cargaba en el bolsillo de su saco, la fotografía de la pequeña frágil que se le había metido en el corazón. La sacaba de vez en cuando para admirarla y también queriendo adivinar lo que su triste mundo guardaba.

Mientras para Sara estos dos días significaron trabajo y regaños en la cafetería, a pesar de sus heridas su jefe no se tocó el corazón y la obligó a cumplir con horas extras y todos los duros trabajos rutinarios, lavar pisos y baños, los trastos de la cocina y atender mesas, no es que a Sara le gustará tanto el trabajo, pero si no lo había corría el riesgo de ser despedida y eso significaría tener menos dinero ahora que más lo necesita, así que tuvo que aguantar las exigencias del gerente y cumplir con cada labor que le fue encomendada.

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