Capitulo 11: Un Regalo Perdido

Cuando desperté la cara del maestro me miraba con preocupación, diciendo incrédulo, —¡Estas despierta! ¡Esta bien papá no dejara que no vuelva a pasar esto! ¡Esta bien! ¡Todo está bien!

Las palabras del maestro que parecen intentar consolarme, se asemeja mas a un consuelo para él, mientras su cuerpo temblaba sin parara.

—Mi deber a terminado, por esa razón su señoría quería deshacerse de mi, por que ya no soy útil, mi otro maestro dijo eso, —Respondo tratando de calmarlo. Pero el maestro al escucharme me mira sorprendido, diciendo molesto, —Qian Rong escuchame bien, tu no cometiste ningún error, Bai Ze... ella es diferente a ti y a mi, ella es un ser sin corazón, alguien que no puede apreciar ningún sentimiento...

Aunque lo que decía era dirigido a mí, las palabras del maestro se escucharon como una reprimenda para sí mismo, pareciendo incapaz de aceptarlo.

No se que sucedió después de que cerré los ojos, pero después de aquel día su señoria nunca volvió a entrar y la seguridad se volvió mas estricta, solo permitiendo entrar a los sirvientes que venían en ocasiones, pero negando la salida del maestro quien cada dia se miraba más desesperado.

—¿Maestro? ¿Por que quiere salir? —Pregunto con duda, ya que hoy el maestro muestra una mirada mas intranquila.

El maestro mostrando se distraído, solo respondió a mi pregunta después de un minuto, —Bai Yu, hoy es el cumpleaños de Bai Yu, debo ir a verlo, ella lo prometió, que siempre me dejaría ir a verlo este día, pero a fallado a su palabra cinco veces.

Era la primera vez que miraba al maestro de esa manera. Él apretó con fuerza las palmas de sus manos hasta que el color carmín mancho su túnica blanca.

Desde la mañana hasta el anochecer, el trato de salir innumerables veces, solo para terminar siendo rechazado una y otra vez.

—¡Maestro! ¡Aun podemos hacerle un regalo! Como el mio. Y puede enviarlo con ayuda de un guardia ¿No? —Hablo rápidamente tratando de calmarlo, temiendo qué siguiera lastimándose.

No se si realmente funcione, mi otro maestro había dicho que era normal cumplir misiones para su señoría, entonces, ¿esto contaría como una misión?

Al escuchar mis palabras el maestro me mira pensativo y habré los ojos sorprendido, en ese momento corre hasta su habitación y saca una caja diciendo con una sonrisa, —Rong'er, Yu'er a aprendido a manejar la espada así que esta vez quiero regalarle una espada.

El maestro que parecía perdido en su mundo, miro con anhelo hacia el probable lugar donde estaba la residencia del joven maestro.

Ambos caminamos hacia el lugar donde estaban los guardias y el maestro solicitó enviar la caja, pero para nuestra sorpresa aquellos guardias que miraban desde fuera, se negaron con indiferencias a seguir sus ordenes.

En ese momento el ánimo del maestro que me había costado tanto levantar decayó haciéndolo ver sombrío.

—Maestro, ¿Que tal guardarlo para el próximo año? —Digo con duda, mirando con preocupación la mirada cada vez sombria del maestro.

Cuando el maestro escuchó mi pregunta asintió y se giro tomándome de la mano de vuelta a la cabaña.

Aunque parecía tranquilo, pude notar que lejos de estar calmado, se miraba aturdido como si volviera a estar en trance.

Una vez ahí, entro a su cuarto y no salió por un día.

Mientras leo, puedo ver como se abre la puerta de su habitación saliendo de ella lo que parecía ser un ente sin vida que había perdido toda esperanza.

Después de eso pasaba una gran parte del tiempo escribiendo en el pequeño libro que esperaba entregarle algún día al joven maestro.

Ver al maestro así me hace pensar que su señoria esta cometiendo un error.

Uno que jamás podrá reparar.

Aun no entiendo, ¿Por que hacer daño a quien amas? ¿Por que negar tus sentimientos? ¿No es mejor decirlo? ¿No es mejor romper ese orgullo? Tal vez de esa forma todo sería diferente.

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