11. Intrigas

...CHESTER:...

Sentía que la señorita Tiffany estaba ocultando algo y estaba sospechando de que tenía que ver con su escape del convento. Parecía atormentada y asustada, podía ver que quería lo mismo que yo, pero algo le asustaba. ¿Qué impedimento podría tener para rechazar mi propuesta? Necesitaba una esposa, ya tenía treinta y cuatro años, sentía que era el momento de tener una compañía.

No me molestaba estar solo, pero no podía dejar que avanzaran más los años y tampoco desaprovechar que la señorita Tiffany estaba viviendo conmigo, ella me atraía y me gustaba, eso impulsaba mis deseos de que se quedara.

Además, sentía un poco de compasión por la chica, no tenía a nadie y parecía triste. No había sonrisas, solo miradas apagadas, pero cuando estaba conmigo podía ver un poco de brillo y tranquilidad.

Toda la noche parecía agitada, se movía mucho y su corazón estaba latiendo a prisa.

La lluvia se alargó y me tocó abrazarla mucho en ocasiones, volvía a la calma y al fin pude dormir.

Volví a despertar, cuando ya estaba la claridad de la mañana.

La señorita Tiffany seguía durmiendo en mis brazos, con serenidad, tenía el rostro hermoso, los pequeños mechones dorados se rizaban en su cabeza.

Como era de costumbre, estaba endurecido y más con despertar con ella, lo tenía presionado contra su muslo.

Sus labios redondos se entre abrieron.

— Chester... — Susurró y apoyé mi brazo sobre la cama, sus mejillas se tornaron sonrojadas y elevé una comisura.

Descansé la cabeza sobre mi mano.

¿Estaba soñando conmigo o estaba fingiendo para atraer mi atención? Se acurrucó más cerca y tensión aumentó, me estaba doliendo un poco.

Me incliné un poco cerca de su rostro y posé mis labios en los suyos, empecé a moverlos con suavidad, succioné sus labios uno a la vez y se apartó abruptamente.

La evalué y parpadeó varias veces, despierta.

— ¿Te asusté?

— No... — Susurró.

— ¿Me vas a decir que no soñaste conmigo?

Su ceño se arrugó un poco — No recuerdo.

No era muy expresiva y eso me inquietaba.

Si lado furioso era más notable, recordé como bombardeó a Merida sin temor, como le contó sus verdades en la cara. Me sentí más atraído al verla de esa forma. Obviamente, ya no continuaría mi aventura con la institutriz.

Quería que Tiffany aceptara mi propuesta.

— Tendrías muy mala memoria, fue hace poco, suspirabas mi nombre mientras tus mejillas se tiñeron de carmesí — Rocé su rostro con mis dedos y su sonrojo aumentó — ¿Cuentame que soñaste?

— No lo sé... Yo, no lo recuerdo, no sé de que me habla.

Hice un gesto de incrédulo — Quisiera creerte, pero siento que no deseas decirme porque te apena.

Chasqueó la lengua y observó hacia el techo.

— No es así...

Me incliné nuevamente y robé un beso, moví mis labios con más ímpetu, abriéndole la boca para meter mi lengua y saborearla a profundidad.

Su respiración se agitó y colocó sus manos en mi cuello.

Bajé mi mano por su torso y rompí el beso, deslicé mis labios por su cuello y jadeó.

— ¿Jamás te besaron así antes? — Pregunté contra su piel.

— No — Suspiró.

— Entonces nadie te ha tocado — Dije, besando su mandíbula, se tornó tensa — Es obvio que no, eras una monja, no has estado cerca de un hombre. Disfrutaré de mostrarte que en mis brazos conozcas el placer — Permaneció callada y la tomé de la barbilla, elevandome de nuevo — ¿Sabes lo que es?

Si expresión parecía neutral, pero sentí que estaba nerviosa, supuse que era por la cercanía.

— No lo sé ¿Es la lujuria?

— No, esa es la obsesión por los placeres de la carne, aunque yo puedo convertirme en alguien obsesivo, ya de por sí me estoy volviendo loco de lo duro que me pones...

Abrió mucho los ojos — No debería decirme ese tipo de cosas...

— Ya le dejé en claro mis intenciones, quiero que sea mi esposa, pero también quiero que sea mía en cuerpo y en alma — Besé su nariz y se estremeció — Lo siento si la abrumo con palabras tan claras y atrevidas, pero quiero que usted sienta lo mismo que yo cuando la beso y toco, cuando huelo mi esencia — Aspiré el aroma de cuello — En su piel, es muy descarado de su parte usar mi esencia de corteza y pretender que eso no me afecte.

— ¡En ningún momento lo provoqué¡ — Gruñó a la defensiva y observé su rostro.

— No se ofenda, solo estoy expresando lo mucho que me atrae, no es que usted me provocara de forma consciente, fui yo quien se sintió atraído — Tome su mano, apoyada junto a la almohada y su expresión se relajó — ¿Por qué se siente tan fea? Es una preciosura.

— Es por la forma en que crecí — Dijo, su garganta se agitó, distrayendo un poco mi atención — El físico no importa mucho en el ámbito religioso, mientras más te cubras, menos incitarás al demonio a provocar las mentes. Un cuerpo cubierto significa pureza...

Me reí y me observó desconcertada.

— No creo que la ropa nos diga como somos o lo que queremos expresar — Dije y se quedó pensativa.

— Llevaba hábitos y eso... — Guardó silencio y me desconcerté — Lo que quiero decir es que huí buscando libertad, me sentía encerrada en esos muros y privada del mundo.

Sonreí — Es cierto, aunque hay cosas malas en este mundo, también hay muchas buenas y yo puedo ser una de esas cosas buenas en tu vida, solo si me lo permites — Toqué su mejilla y me observó.

— ¿En verdad quieres qué yo sea tu esposa?

— Por supuesto ¿Por qué no querría?

Necesitaba que me dijera cual era la razón por la que se sentía tan poca cosa, no me creía que fuese por la forma en que se crió y por el adoctrinamiento que recibió.

— Tal vez en un futuro te arrepientas de tu decisión. Puede que si me terminas de conocer ya no sientas las mismas ganas...

— Eso solo depende de ambos, estoy casi convencido de que no me arrepentiré, te aceptaré con todo y defectos — Volví a besarla — Seré paciente con tu respuestas, pero por favor, que tu objetivo no sea irte, guarda todas las piezas, pero no pienses en eso, no hasta que tengas la respuesta a mi proposición.

Asintió con la cabeza — Lo haré.

— Gracias — Me acomodé un poco y trepé sobre ella, colocó sus manos en mi pecho.

— ¿Qué haces? — Gruñó ¿Por qué se tornaba tan alerta cada vez que me acercaba?

Fruncí los labios, un poco disgustado por su forma de tratarme.

— Solo quería darte cariño.

Se quedó observando, considerando empujarme, dejó las manos a los lados, dándome acceso.

— No hagas cosas atrevidas.

— Soy un poco pesado, así que no puedo apoyarme del todo en ti, te aplastaría, eres demasiado delgada — La evalué.

— ¿No y qué te parecía bonita? — Elevó una ceja.

— Claro que sí, pero puedo notar que este no es tu peso normal — Apoyé cada brazo al lado de su cabeza — ¿Qué comías en ese convento?

— Avena y papas, en las tres comidas y agua.

Me sorprendí.

— ¿Solo eso?

Asintió con la cabeza.

— ¿A caso querían matarte de hambre?

— El voto de pobreza...

— Patrañas — Gruñí y se sorprendió — Solo son excusas para dejarte morir de hambre — Pensé en la comida que llevé — ¿Si comen avena solamente, entonces qué hacen toda la comida que repartí?

— No lo sé, son para las de mayor rango.

— Me sorprende el grado de estupidez, debería ser todos por igual, siempre los de mayor poder tienen más lujos.

No volvería a ese lugar, no me importaba perder un cliente. Ese convento estaba lleno de corrupción y al ver su cuerpo tan delgado, ella tan apagada, me llené de más rabia.

Sabía que estaba escapando porque ese lugar era un infierno, nadie huiría si fuese un paraíso.

— No quiero hablar de ese lugar.

— Te alimentaré siempre — Juré y sus mejillas se tiñeron más — Conmigo jamás vas a pasar hambre, no te negaré nada.

Sus ojos se cristalizaron y elevó una mano, tocó mi mejilla.

— Gracias por ser tan lindo conmigo.

— Yo solo quiero que seas felíz, quiero ver una sonrisa en tu rostro, que me sonrías siempre y rías — Dije y suspiró — Que el motivo por el que ya no muestras alegría, se vuelva cenizas y desaparezca.

Rodeó mi espalda y me abrazó.

Tuve que inclinarme un poco más.

Eso provocó que mi dureza se apretara contra mi abdomen.

Se estremeció.

— ¿Crees qué podrías cocinar algo para mí? — Preguntó contra mi oído — Dijiste que me alimentarías, tengo hambre.

— Claro, puedes quedarte en la cama si gustas.

Me levanté y se quedó debajo de las mantas.

Abrí la ventana para el día, estaba nublado y frío.

— Es un día propicio para permanecer en casa — Volví a cerrarla cuando el frío se adentró.

— ¿No tiene trabajo qué hacer? — Preguntó, sentándose.

— Adelante mucho ayer, creo que podríamos tomar el día para mis lecciones y descanso.

— Podemos empezar después del desayuno.

Le sonreí y salí de la habitación, descalzo.

Empecé a cocinar mientras Tiffany se quedaba en la habitación, me emocionaba cocinarle.

Desde que mamá murió aprendí a valer por mi mismo, mi padre me enseñó a hacer de todo un poco, ya que después de eso, no hubo otra mujer en casa.

Freí varios huevos, piqué el pan en rodajas y también les unté mermelada, volví a hervir un poco de leche y llevé todo en una bandeja a la habitación.

— Planeaba ir a buscar la comida — Dijo ella, sentada al borde de la cama.

— Estoy a su servicio, señorita, eso incluye llevarle el desayuno hasta sus aposentos.

— ¿Estás hablando como un sirviente?

— No, no se como hablan — Dejé la bandeja sobre la cama.

— Cumples tu juramento de alimentarme mucho — Observó el plato.

— Siempre cumplo con lo que digo.

— ¿Comerás en la habitación también? — Se percató de que eran dos porciones.

— Por supuesto, sería muy mal educado de mi parte no acompañar a la mujer que estoy pretendiendo conquistar — Tomé una rebanada de pan y le di una mordida.

Empezó a comer después de elevar una comisura, estaba emocionado, pronto iba a sonreír, estaba muy cerca de lograrlo.

— Está delicioso — Gimió, sintiéndose bien al comer — Mordió los huevos junto al pan — La explosión de sabor me encanta.

— No eres un caballo para que solo te alimenten de avena.

— Por eso tu me alimentas con comida rica.

— Huevos del gallinero, leche de la vaca, trigo del molino y la siembra — Señalé todo lo del plato — Mermelada de las fresas que cultive hace unos meses.

— Eres un hombre increíble.

— ¿Acabas de hacerme un cumplido? — Elevé una ceja.

— ¿Te suena a insulto? — Dijo, bromeando.

— Oh, la señorita sabe bromear.

— No me conoces, puedo ser bastante bufona.

— ¿En serio? ¿Por qué no lo haces ahora?

Bebió leche y se le quedó manchado por encima de su labio.

— No tenía motivos, pero cierto hombre gorila lo está logrando.

— ¿Te parezco un gorila? — Gruñí ofendido.

— No... No en el mal sentido, es que eres grande y... — Tartamudeó y todo su rostro se sonrojó — Eres... Musculoso...

— Lo sé — Sonreí — Está en la sangre y en nuestro estilo de vida.

— ¿Tu padre es como tú?

— Sí, es como yo, aunque con un poco más de arrugas y el cabello platinado por los años.

— Debe ser igual de agradable que tú.

— Lo es, pero ya casi no hablo con él, siempre en la costa con mi otro hermano y mis sobrinos.

— No te sientas mal, debe quererlo a los dos por igual — Dijo, untando más mermelada.

— Su primer hijo fue de su primer amor puede que eso le dé un toque más especial, puede que por eso lo atesore, no pudo verlo crecer y eso también es el motivo, no me molesta que esté con él.

— ¿Y a tu madre la amó también?

— Nunca la observé triste, siempre estaba animada y felíz, mi padre la amó, tal vez no de la misma forma, pero sí. Ella era curandera y siempre se dedico a cuidarnos.

— ¿Los libros de medicina son de ella?

Asentí con la cabeza.

— Lo son.

Me distrajo la mancha de leche y me incliné.

Le lamí y todo su cuerpo se erizó.

Se quedó abrumada cuando me alejé.

— Lo siento, tenías una mancha — Mi voz se volvió gutural — Tenía que limpiarla.

— Gracias...

Bajé mi mirada, traía un lado del vestido recogido hasta la pierna.

Tenía la piel descubierta y me percaté de unas extrañas marcas en su piel.

Me agaché y la toqué.

Eran marcas de quemaduras.

— ¿Qué rayos te sucedió?

Se apartó y se cubrió de forma abrupta.

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Comments

Yise

Yise

Acabo de llegar y no me aguante de entrar a chismosear si habías subido capitulo, y te agradezco el q lo hayas hecho. Me pica la intriga de saber cuando le dirá todo a Chester, cuando le trancarán a ese asqueroso viejo desgraciado hijo de su madre 🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄🙄

2024-12-16

7

Eva Mari♥️😍🌖🌊

Eva Mari♥️😍🌖🌊

Chester tu muy bien ganando la confianza y el amor de Tiffany merece todo el amor que le puedas dar y así le ayudas a sanar sus heridas y traumas, que la monja y el viejo asqueroso ardan en el infierno pero primero les den su merecido por lastimar a tantas mujeres

2024-12-16

4

Daiana Ibarra

Daiana Ibarra

Ffany dile la verdad y quien eres real mente
no empieces una relacion con mentiras. asi tengan una historia d amor bonita. aunq nose porq creeo q Dorian y. el bello angel obrian quemaran un combento

2024-12-16

6

Total
Capítulos
1 1. Bajo los hábitos
2 2. Una monja furtiva
3 3. Sin cadenas
4 4. Montando hacia el palacio
5 5. Lucha interna
6 6. Las lecciones
7 7. Sorpresas inesperadas
8 8. Reencuentro familiar
9 9. Un sutil atrevimiento
10 10. Los besos robados
11 11. Intrigas
12 12. Evasiones
13 13. Entre mano
14 14. Las horribles mentiras tienen peso
15 15. La otra cara de la moneda
16 16. Un rencor que despierta
17 17. Sanando en cuerpo y alma
18 18. Sorpresa familiar
19 19. Aclarando mal entendidos
20 20. Plática de padre e hijo
21 21. Rienda suelta al deseo
22 22. A punto de ser descubiertos
23 23. Escape temporal
24 24..La víbora tras la puerta
25 25. Alejando a la harpía
26 26. Tarta de amor
27 27. Oferta sucia
28 28. Preparando la boda
29 29. Secretos de la nobleza
30 30. Conversación entre hermanos.
31 31. El casamiento
32 32. Celebrando el casamiento
33 33. Un nuevo comienzo
34 34. Luna de miel
35 35. Un padre desesperado
36 36. La madre que no debió ser
37 37. La impostora
38 38. Golpes de justicia
39 39. Los dos bárbaros
40 40. El plan
41 41. El plan II
42 42. Confesiones de una impostora
43 43. Una nueva misión
44 44. Camino al convento
45 45. Dentro de los muros
46 46. Disfrazados
47 47. Ardua búsqueda
48 48. Gato encerrado
49 49. El regreso
50 50. Esperanzas y sonrisas
51 51. La luz al final del túnel
52 52. Apresados
53 53. Libertad y paz
54 54. El destino favorece
55 55. Reencuentro materno
56 56. Bendiciones que se suman
57 57. Oro, el tesoro.
58 EPÍLOGO
Capítulos

Updated 58 Episodes

1
1. Bajo los hábitos
2
2. Una monja furtiva
3
3. Sin cadenas
4
4. Montando hacia el palacio
5
5. Lucha interna
6
6. Las lecciones
7
7. Sorpresas inesperadas
8
8. Reencuentro familiar
9
9. Un sutil atrevimiento
10
10. Los besos robados
11
11. Intrigas
12
12. Evasiones
13
13. Entre mano
14
14. Las horribles mentiras tienen peso
15
15. La otra cara de la moneda
16
16. Un rencor que despierta
17
17. Sanando en cuerpo y alma
18
18. Sorpresa familiar
19
19. Aclarando mal entendidos
20
20. Plática de padre e hijo
21
21. Rienda suelta al deseo
22
22. A punto de ser descubiertos
23
23. Escape temporal
24
24..La víbora tras la puerta
25
25. Alejando a la harpía
26
26. Tarta de amor
27
27. Oferta sucia
28
28. Preparando la boda
29
29. Secretos de la nobleza
30
30. Conversación entre hermanos.
31
31. El casamiento
32
32. Celebrando el casamiento
33
33. Un nuevo comienzo
34
34. Luna de miel
35
35. Un padre desesperado
36
36. La madre que no debió ser
37
37. La impostora
38
38. Golpes de justicia
39
39. Los dos bárbaros
40
40. El plan
41
41. El plan II
42
42. Confesiones de una impostora
43
43. Una nueva misión
44
44. Camino al convento
45
45. Dentro de los muros
46
46. Disfrazados
47
47. Ardua búsqueda
48
48. Gato encerrado
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49. El regreso
50
50. Esperanzas y sonrisas
51
51. La luz al final del túnel
52
52. Apresados
53
53. Libertad y paz
54
54. El destino favorece
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55. Reencuentro materno
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