Un paso adelante y tres pasos atras.

Si soy tu perro y es por eso que me arrodilló ante ti.

- No hagas cosas que yo no te pedí hacer.

- Que pasa Romina ¿ya no te gusta usar mi cuerpo a tu antojo y voluntad? ¿Acaso debo poner más desempeño a la hora de complacer a mi dueña?

Es inevitable lastimarnos mutuamente, siento que todo el esfuerzo que hago para acercarme a ella es en vano cuando vuelve a alejarse de mí con tanto empeño.

- Solo quería preguntarte algo. No soy una maldita ninfómana que quiere ser cogida todo el tiempo.

Su respuesta me deja estupefacto. Jamás imaginé ver que ella agachara la cabeza primero lo que me hace sentir aún más miserable por mi manera infantil de actuar.

Como se supone que conquiste a mi esposa si ni siquiera sé cómo es estar en una relación. Creo que debo de poner en práctica lo que Lucía mencionó el otro dia.

- Dime en que soy bueno, Romina.

- Mira este archivo y dime si reconoces ese nombre.

La alzó entre mis brazos y la dejo en mi regazo mientras comienzo a leer el archivo. Sé que está confundida, pero necesito acercarme lento a ella.

- ¿Qué es esto?

- Has tenido una rata todos estos años y ni siquiera lo sabías. Eres más estúpido que un perro.

- Este nombre no lo conozco, entonces quieres decir que el mal estado de mi compañía se debe a esta persona.

- Recuerda que es MI EMPRESA ahora y estás haciendo un mal trabajo al dirigirla dejando que te sigan robando en tus propias narices.

- ¿Desde cuándo lo sabes?

- Es mi empresa necesito saber que pasa con mi patrimonio.

Siento su agarre más fuerte en mi cintura y un beso cálido en mi mejilla.

- Eres grandiosa Romina. Ahora mismo me pongo a investigar quien es este desgraciado mal nacido.

Luego de esas palabras me deja con suavidad en mi silla y lo veo marcharse. ¿Acaso este idiota no escucho nada de lo que le dije? O es que ya no le importan mis insultos.

Con todo ya en marcha los días siguiente Lautaro y yo pasamos más tiempo juntos, no voy a negar que a rasgadientes me estoy acostumbrando a su presencia.

A pesar de mi mal genio y mis malos tratos con él Lautaro se mantiene firme y parece no molestarse.

Los días son más cálidos, tan vez es porque el sol ha estado saliendo todos los días últimamente o porque algo en nuestra relación estaba floreciendo.

Eso creía hasta que vi a esa mujer llegar a mi casa hecha un desastre suplicando por Lautaro.

- Que está pasando Lucía. Estás muy agitada.

- Es.. Es.. Lila, se desmayó.

- ¿Que?

- Te llame, pero no respondiste. Se la llevaron al hospital.

- Ahora mismo vamos a verla. Romina necesitó ir Lila es como una madre para mí.

- Claro ve y avisame cuando tengas noticias.

En las horas siguientes no obtuvimos noticias de Lautaro. Solo fue hasta el día siguiente que por fin volvió hecho un desastre y entre lágrimas nos dijo el peor resultado.

- Lila.. Mi hermosa Lila murió.

Sus palabras me llenaron de sentimientos encontrados, yo conocía ese dolor de perder a un ser querido y ver como lloraba como un niño se sentía muy feo en mi corazón.

Lo atraje a mi cuerpo y lo abracé con fuerza Lautaro parecía un niño pequeño llorando en mi regazo.

Después del funeral algo peor paso, no volvimos solos, sino que una intrusa se pegó peor que un chicle.

- Romina no puedo dejarla sola, ahora quien cuidará de ella en esa casa tan grande. No me quiero imaginar que le pueda suceder lo mismo que a Lila.

No podía negarme a su petición menos con esa expresión llena de dolor.

- Está bien puede quedarse, pero no en mi casa. Hay una pequeña cabaña al fondo del patio trasero.

- Romina...

- Por mí está bien. Muchas gracias, señora por permitirme quedar unos días, le prometo que pronto conseguiré un nuevo lugar para vivir.

- Romina por favor al menos en esta situación se un poco más considerada.

- Lautaro déjame explicarte algo. Primero que metas a otra mujer en mi casa me deja solo como una estúpida ante la sociedad a eso súmale de que ya todos hablan del porqué te casaste conmigo.

Quieres que todos se burlen de mí diciendo "oh pobre mujer inválida y desdichada su esposo no la ama y mucho menos la respeta al meter a su amante a la casa familiar"

¿Acaso quieres volverme el hazmerreír de la cuidad?

- Claro que no. Pero eso serían solo rumores sin fundamentos. Las personas no saben la verdad.

- Si lo que quieres es humillarme por ponerla a ella sobre mi entonces pueden irse los dos inmediatamente y al cruzar esa puerta déjame decirte que nuestro matrimonio quedará anulado.

- Lau... Señor Andreani por favor recapacite. No cause más malentendidos, yo estoy bien y muy agradecida por permitirme quedar bajo un techo.

- Eres demasiado buena Lucia. Vamos te ayudaré a revisar el lugar.

Ja Ja Ja Que estúpida fui al creer que estábamos entendiéndonos últimamente. Pero siempre que se trate de Lucía, Lautaro nunca estará de mi lado.

Si así lo quieres pues así lo tendrán.

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