Amor por odio.

Esa noche Lautaro comenzó a recordar como fue que conoció a Romina aferrado a la cintura en completo silencio, a pesar de todo lo que estaban pasando y del odio desmedido por parte de ella, él no sentía rencón, al contrario quería poder arreglar su relación.

Una relación que empezó muchos años atrás a la tierna edad de 15 años por parte de Lautaro y 13 años por parte de Romina.

Su primero encuentro no fue del todo bueno, Lautaro choco a Romina es su primer día de clases ganándose el desprecio de la niña quien acababa de iniciar el secundario.

Pero luego de meses en pura discordia fue que se enteró de que los padres de ambos estaban trabajando en conjunto así comenzaron a pasar más tiempo de calidad descubriendo que los dos tenían mucho en común.

Formando una bonita amistad durante los siguientes años. Una amistad que muchas otras niñas envidiaban al ver que Lautaro la cuidaba mucho. A pesar de todos los malos ratos ellos guardaban muy bien los secretos del otro hasta que todo comenzó a cambiar.

Lautaro escuchaba a escondidas las peleas de sus padres por las malas finanzas y como no podían con ellas. Solo unas pocas semanas después el gran accidente paso. La familia de Romina había sufrido un atentado en el que los padres de ella fallecieron de manera muy trágica e incluso Romina estaba peleando por su vida en ese momento.

Lo primero que hizo Lautaro fue correr al hospital, pero el lugar se encontraba totalmente custodiado. No pudo ver o siquiera despedirse de Romina, ya que luego de ese accidente y del funeral sus padres se mudaron a realizar un nuevo negocio a otra ciudad.

Todo pasó tan rápido que su cabeza no lograba procesar tanta información junta, lo único que podía ver era que Romina nunca más contesto sus llamadas o mensajes de hecho apenas le dieron el alta desapareció. A lo largo de los años de la única información que se pudo saber de ella fue que vivía con su tía Martina.

Eso lo dejaba tranquilo, pero con la esperanza de volver a reencontrarse algún día y poder apoyarla.

Valla sorpresa se llevó cuando por fin sus caminos se volvieron a cruzar y ante su mirada estaba ella, esa niña que todo el tiempo se mantuvo presente en sus recuerdos, pero ahora ya no era una niña tierna, sino que más bien era toda una mujer y más hermosa que nunca.

Esa misma mujer que ahora lo estaba dejando en la ruina total.

¿Cómo fue que todo cambio entre nosotros así? ¿Cómo puedo explicarle y hacerle entender de que yo ni mi familia tuvimos nada que ver con ese accidente?

Entiendo el dolor que debió sentir porque yo mismo pase por lo mismo cuando solo 5 años después también perdí a mis padres quedando completamente solo y a la deriva.

¿Cómo le explico que en todos estos años mi cariño por ella jamás se fue? Que espere ansioso poder volver a verla y reír como lo solíamos hacer.

Apenas susurrando y ahogando las ganas de llorar Lautaro pronuncia su nombre.

- ¿Romina recuerdas cuando éramos felices? No tienes idea de las ganas que tengo de escucharte decir mi nombre con cariño así como lo solías hacer antes.

Al no escuchar respuesta la aprieta más a él frotando su cabeza en la espalda de ella.

- Yo todavía recuerdo muy bien esa hermosa sonrisa que me regalabas cada día.

Luego de dejarle un dulce beso en su cabeza por fin logra caer dormido.

Como lo podía olvidar, si fuiste tú quien me distrajo para no poder ver lo que tu malvada familia estaba planeando hacerle a la mía quien les abrió no solo las puertas de su casa sino también las de su corazón. Mis padres confiaban en los tuyos y no dudaron en darles la mano en su peor momento.

¿Y qué hicieron ellos? Les robaron no solo dinero sino también sus vidas. No puedo creerte Lautaro tú no podías no conocer la situación.

Después de todo ese par de malditos eran tus padres y estoy segura de que los ayudaste a realizar el fraude. Nunca te perdonaré.

Ahora eres tú quien debe de pagar las consecuencias de todo mi sufrimiento.

Esa mañana al bajar Romina tenía grandes ojeras por no poder dormir bien. Esos recuerdos no la dejaban poder siquiera cerrar los ojos.

- Hija porque luces tan demacrada.

- Solo fue una mala noche tía.

- ¿Las pesadillas volvieron?

- Peor aún, ahora duermo con ellas cada noche. Hablando de eso Lautaro ya se fue tal parece.

- Dejo dicho que tenía una reunión importante está mañana.

- Claro hoy es el día en que irá Román Otero a invertir dinero.

- Esto es una mala idea Romi. Todavía no sabemos quién está malversando el dinero de la empresa y aun así le darás más dinero.

- Ese es el plan tía, tenemos que sacar a la rata de su escondite para poder cortarle la cabeza.

Román es un buen hombre y ha estado a cargo de todos mis negocios estos años, sé que ara un excelente trabajo.

- Entiendo que no quieres que Lautaro sepa que eres tú quien lo está ayudando detrás de cámara, pero que pasa si se entera.

- Claro que se tiene que enterar, pero eso pasará cuando yo lo decida. Quiero ver con mis propios ojos su ruina total. Ahora veremos que tal lo hace.

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