Capitulo 2: Ayudando al prójimo (parte 2)

Escuché una voz escabrosa a mis espaldas.

—Mm. ¿Qué piensas hacer con ese humano?

Torcí mi cuello para ver quién era ese demonio.

(Aproximadamente de un metro ochenta de altura y con los orbes carmesís brillando en la penumbra.)

No me inmute ante su mirada desafiante e intimidante.

—¿Que haré? No creo que sea de tu incumbencia. —le dije seriamente.

Él soltó una risita.

—Mejor continua con tu camino. —agregué.

Por lo visto el demonio era uno de esos que solo buscaban problemas, también uno que devoraba a los humanos.

—¿Qué hace una vigilante por estos rumbos? Desconocía si tienen permitido vagar por el camino equivocado.

Ya sabía que me diría eso, porque esa zona no tenía permitida de vigilar; más bien ni siquiera me correspondía hacerlo.

¿Pero por qué intimidarme con un demonio de rango intermedio?

—No es de tu incumbencia. —le repetí. —No tienes permitido cuestionarme sobre mis asuntos. —le dije hostilmente

—¡Si es mi asunto! Lo que está ahí es mi presa. —exclamó, señalando al humano tirado.

‹¿Entonces él es el culpable que él esté así? Cómo sea, yo lo vi primero y me lo quedo.›

No había manera de comprobar si fue así, además no quería respuestas en ese momento.

Lo único que quise era irme y llevarme al humano.

Ese demonio se acercó un poco más con su aura intimidante.

En ningún momento perdí la compostura.

Estaba claro que ese demonio buscaba pelea.

Él enmarcó una sonrisa malévola, emanando una aura más hostigante que el anterior.

No era raro que entre demonios discutiéramos o peleáramos hasta la muerte.

—Supongo que no queda de otra. Has faltado respeto a una de tus superiores y tendré que castigarte. —pronuncié con una sonrisa empoderada.

“¿Quién se atreve a cuestionarme? Quien lo haga, lo pagará caro. ”

‹Sin duda intenta intimidarme con su maldita presencia; no daré el brazo a torcer.›

—¿Solo por qué tú lo dices? No había visto a una vigilante romper sus propias reglas. ¿Acaso no sabes los límites que tiene cada uno de nosotros?

Y por supuesto que lo sabía de memoria.

Cada demonio (sin importar el rango que tuviera) tiene una zona en especial para “cazar” pero siendo demonios, esas reglas las rompemos de vez en cuando.

Debo aclarar que esa fue la primera vez que salí de mi límite permitido.

Sin embargo yo soy muy despreocupada por las consecuencias, mucho más cuando estoy de mal humor.

—Que más da si rompí una regla. Eso no quita que él sea mío. Yo lo encontré primero y voy a llevármelo.

—Ja Ja Ja. ¿Llevártelo? No me hagas reír. Es absurdo que te sientas segura de ti misma; una vigilante que claramente está debajo de mi nivel.

—¿Debajo de tu nivel? —pregunté con molestia.

Él comenzó a caminar en forma lineal, como si estuviera pensando que decirme.

Al siguiente segundo, se detuvo y me miró fijamente.

Eso sin duda me irritó.

—Puedo percibirlo, ver sin necesidad de ponerte la mano encima, que no eres una oponente para mí. Lo más probable que seas de esas demonios que pierden el control. Así que no eres rival para mí.

Chasquee la lengua y solté un par de maldiciones.

Ese demonio siguió hablando de mí, mencionando lo incompetente que era ante sus ojos e incluso se tomó el lujo de describir con detalles lo mal vestida que me veía.

‹¡¿Qué caraj*s le pasa?! ¡¿Cómo se atreve a insultarme?!›

A pesar que me retorcía de la ira, dejé que terminara de hablar.

No suelo irritarme por los insultos y humillaciones de un simple desconocido, pero como dije, la lluvia es mi peor enemigo para mi estado de ánimo y esa noche mi paciencia explotó.

La rabia nubló mis pensamientos, y mi cuerpo experimentó esa negatividad, provocando que mi rostro se contorsionara.

—Esto es malo… —susurré.

Preferí no contestarle de la misma manera.

Sin más preámbulos, invoqué a mis magníficas serpientes que de inmediato brotaron del suelo.

Eran pequeñas y de un hermoso color turquesa.

Todas del mismo color.

—La paciencia nunca ha sido mi fuerte; ha sido una noche de mi3rd* y quiero irme cuanto antes pero tú, con tu maldit* boca sucia que no deja de parlotear, ya me harto. —espeté.

Mi respiración cada vez mas se agitaba.

¡Sin embargo..!

Él soltó una carcajada como loco.

‹¿Qué es lo gracioso?›

—¿Serpientes? Son tan pequeñas e inofensivas que puedo aplastar con los pies. ¡Deshonras al Clan Vermid! Con tu terrible invocación. —me gritó de forma humillante.

Quizás mis serpientes se veían pequeñas y que no causarían un daño aparente, pero como eran pequeñas se agrupaban en grupos para atacar al enemigo.

Como él era un demonio, las serpientes podían aumentar su poder extrayendo el aura de su oponente.

Él sacó un pequeño mazo.

—¿Así de pequeño es? —le pregunté sarcásticamente.

Él no respondió.

Solo hizo una sutil mueca.

Desde luego no se trataba deun simple mazo.

Aquel mazo masacró a mis pequeñas serpientes y súbitamente, ante mi mirada atónita, el mazo creció de manera espeluznante.

—Supongo que no lo tienes pequeño después de todo.

—Sigue hablando, pronto borraré esa sonrisa de tu maldit* cara. —refutó.

No me deje intimidar por lo grande que era el mazo.

Invoqué más serpientes, movilizándolas por todo el área y ordenando que protegieran al humano.

“No podía creer que lo estuviera protegiendo.”

‹Ese mazo debe tener un limite y cuando llegue el momento, mis serpientes podrán hacer lo suyo.›

Él ansiaba acercarse para poder golpearme.

—¡PUEDO VER TU MIEDO! ¡¿Crees que unas simples serpientes van a detenerme?! Eres una vigilante inútil. —gritó a todo pulmón.

‹Solo es cuestión de tiempo›, pensaba.

Y finalmente, el crecimiento del mazo llegó a su límite.

—Esto se pondrá divertido.

Cuando su mazo golpeó sin parar a las serpientes, estás empezaron a multiplicarse.

El muy tonto no se percató hasta que las serpientes se enrollaron en sus piernas.

—Tsk. ¿Por qué siguen apareciendo más?

‹Mientras más lo aplastes, más poderosas se volverán.›

Solté una carcajada como si fuera una villana a pronto de lograr su objetivo.

Verlo acorralado me llenó de satisfacción.

—¡Te lo dije! No son simples serpientes estupid* demonio. No debiste subestimar a una vigilante. Nunca estuve bajo tu nivel.

Él no debió confiarse; mis pequeñas y hermosas serpientes eran suficientes poderosas al multiplicarse, lo malo, quizás para él, era que yo perdía el control sobre ellas.

‹Lo que me faltaba. Ellas ahora no me obedecen.›

Es por eso que dudaba en invocarlas, porque mi propio poder a veces me jugaba en contra.

Las serpientes no se detendrían hasta acabar con él.

Y si no hacia algo para detener su ataque, yo sería la más afectada al terminar la batalla.

Más populares

Comments

Martha Divas Delgado

Martha Divas Delgado

woooooo más autora

2024-12-12

0

Total
Capítulos
1 PRELUDIO
2 Capitulo 1: Ayudando al prójimo (parte 1)
3 Capitulo 2: Ayudando al prójimo (parte 2)
4 Capitulo 3: Sabor a sangre
5 Capitulo 4: Mi orgullo no será pisoteado
6 Capitulo 5: Mentira piadosa
7 Capitulo 6: Subliminal
8 Capítulo 7: Grises como su alma
9 Capitulo 8: Kael
10 Capitulo 9: Un picnic memorable
11 Capitulo 10: El aprendiz que es un “Beastfolk”
12 Capitulo 11: Su belleza omnipotente
13 Capitulo 12: Sentimientos flotando
14 Capítulo 13: Por un linaje lleno de poder
15 Capitulo 14: Me apodó su joya amatista
16 Capitulo 15: Cuando por casualidad lo encontré
17 Capitulo 16: Sobajada por él
18 Capitulo 17: Un calor asfixiante
19 Capitulo 18: Seguía siendo mío
20 Capitulo 19: Mentiras escrupulosas
21 Capitulo 20: Mi elixir prohibido
22 Capitulo 21: Una noche loca
23 Capitulo 22: Un Ángel dorado
24 Capitulo 23: No es amor (parte 1)
25 Capitulo 24: No es amor (parte 2)
26 Capitulo 25: Un beso para borrar
27 Capitulo 26: Un desliz superficial
28 Capitulo 27: Un sacrificio por el deseo (parte 1)
29 Capitulo 28: Un sacrificio por el deseo (parte 2)
30 Capitulo 29: Un sacrificio por un deseo (parte 3)
31 Capitulo 30: La marca de un Ángel
32 Capitulo 31: Rechazada
33 Capitulo 32: Decisiones
34 Capitulo 33: El inicio de todo
35 Capitulo 34: Porque era “especial”
36 Capitulo 35: Devorando más que un alma
37 Capitulo 36: Mi mayor anhelo se convirtió en él
38 Capitulo 37: Con la guardia baja
39 Capitulo 38: La guía de un Ángel
40 Capitulo 39: Con el corazón en la mano
41 Capitulo 40: El beso de Judas
Capítulos

Updated 41 Episodes

1
PRELUDIO
2
Capitulo 1: Ayudando al prójimo (parte 1)
3
Capitulo 2: Ayudando al prójimo (parte 2)
4
Capitulo 3: Sabor a sangre
5
Capitulo 4: Mi orgullo no será pisoteado
6
Capitulo 5: Mentira piadosa
7
Capitulo 6: Subliminal
8
Capítulo 7: Grises como su alma
9
Capitulo 8: Kael
10
Capitulo 9: Un picnic memorable
11
Capitulo 10: El aprendiz que es un “Beastfolk”
12
Capitulo 11: Su belleza omnipotente
13
Capitulo 12: Sentimientos flotando
14
Capítulo 13: Por un linaje lleno de poder
15
Capitulo 14: Me apodó su joya amatista
16
Capitulo 15: Cuando por casualidad lo encontré
17
Capitulo 16: Sobajada por él
18
Capitulo 17: Un calor asfixiante
19
Capitulo 18: Seguía siendo mío
20
Capitulo 19: Mentiras escrupulosas
21
Capitulo 20: Mi elixir prohibido
22
Capitulo 21: Una noche loca
23
Capitulo 22: Un Ángel dorado
24
Capitulo 23: No es amor (parte 1)
25
Capitulo 24: No es amor (parte 2)
26
Capitulo 25: Un beso para borrar
27
Capitulo 26: Un desliz superficial
28
Capitulo 27: Un sacrificio por el deseo (parte 1)
29
Capitulo 28: Un sacrificio por el deseo (parte 2)
30
Capitulo 29: Un sacrificio por un deseo (parte 3)
31
Capitulo 30: La marca de un Ángel
32
Capitulo 31: Rechazada
33
Capitulo 32: Decisiones
34
Capitulo 33: El inicio de todo
35
Capitulo 34: Porque era “especial”
36
Capitulo 35: Devorando más que un alma
37
Capitulo 36: Mi mayor anhelo se convirtió en él
38
Capitulo 37: Con la guardia baja
39
Capitulo 38: La guía de un Ángel
40
Capitulo 39: Con el corazón en la mano
41
Capitulo 40: El beso de Judas

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play