Capitulo:13

EMMA:

La reunión se terminó sin contratiempos y en la salida del restaurante nos despedimos de los caballeros.

—Fue un placer para mí el haberla conocido señorita Emma.

Rafaello besa mi mano y me sonríe de manera coqueta.

Yo solo me río sin agregar nada más y este me da un pequeño papel con algo escrito.

—Llámame.

Murmura y se retira sin más.

Suspiro cuándo Alexandro y yo quedamos solos y este toma mi mano, me quita el papel y lo guarda en su bolsillo.

—Ahora sí, podemos irnos Caro (Cariño)

Mirándolo extrañada ambos nos dijimos al auto para partir a casa y poder descansar con tranquilidad.

En un cómodo silencio llegamos y ambos nos bajamos sin decir media palabra.

Al estar dentro de la casa tomo asiento en uno de los muebles y miro fijamente a Alexandro.

—¿Quién es esa chica?

—¿Qué chica?

Pregunta este con un suspiro mientras toma asiento frente a mí.

—No te hagas Alexandro, hablo de esa tal Laura ¿Quién es ella?

—Oh, ella... Es mi ex ¿Por qué la pregunta?

—No, solo quería saber... ¿Qué tan importante fue para ti? Bueno, si se puede saber claro.

Alexandro suspira mirando el techo y luego dice.

—Muy importante.

—Mmm, ya veo... ¿Aún la quieres?

—No, ella destruyó todo el amor que yo le tenía y me hizo sufrir... ¿Qué me dices de ti? ¿Qué tanto quieres al imbécil de mi primo?

Alzo las cejas y suspiro.

—Ya no lo quiero, como bien lo dijiste, es un imbécil en todo el sentido de la palabra.

Mis palabras hacen que él me mire con algo de incredulidad.

—¿Por qué lo hiciste? ¿Fue por él?

—¿Qué?

— Acostarte conmigo... ¿Lo hiciste por él? ¿Verdad?

Desvío mi mirada hacia la hermosa pared y me avergüenzo de las acciones de la antigua dueña de este cuerpo.

—No voy a mentirte... Así es.

Hablo en un hilo de voz sin mirar al bello hombre que no despega su mirada de mí.

—¿Por qué Emma? ¿Por qué entregarle tu primera vez a un hombre que no quieres? ¿Tanto lo amas?

—Respondiendo a tus preguntas... Por estúpida, tonta, e idiota, creo que no hay palabras para la estupidez de...

Hago silencio en esta última palabra y miro a Alexandro fijamente.

—Me gustaría contarte todo, pero la verdad siento tanta vergüenza.

Digo esto último y me coloco de pies para agregar.

—La empresa de tu tío y de mi padre están en quiebra, de mi dependia la fuerte cantidad de dinero que tú tenías que darme por haber abusado a una inocente virgen como yo.

Suspiro odiando las idioteces de la antigua Emma y me dirijo a mi habitación para poder descansar e iniciar un nuevo día muy productivo.

(...)

Al día siguiente me levanto muy temprano y me coloco ropa cómoda para desayunar.

En la solitaria cocina caliento los bocadillos de Gladis y agradezco en mi interior por su preocupación por mí.

Mientras me tomo un vaso de un delicioso jugo, la voz de Alexandro hace que me ahogue.

—Buenos días.

—Cielos, ya veo que quieres matarme.

Menciono mientras me doy pequeños golpes en el pecho.

—Perdón, no quería asustarte.

Dice y lo miro, así dándome cuenta de que está vestido con unos shorts y camisilla.

¡Woow!

Exclamo en mi mente observando semejante manjar... Pero que brazos... Que pecho.

Relamo mis labios y dirijo mi mirada a mis bocadillos.

—¿Quieres?

Él mira lo que como y asiente, así que me dirijo a calentarle una porción, junto a un vaso de jugo.

Cuándo ambos estamos comiendo observo de reojo sus fuertes brazos y mentiría si dijera que no quisiera tocarlos.

—¿Por qué tan informal? ¿Hoy no tenemos trabajo?

—Hoy tenemos el día libre ¿Quieres ir a la playa?

Lo miro con ojos brillantes y asiento de inmediato.

—Por supuesto que sí... Pero no traje ropa para playa.

Digo lo último con desánimo y Alexandro sonríe dejándome completamente flechada.

—Por eso no te preocupes, yo me encargo.

Menciona y yo vuelvo a emocionarme.

Tiempo más tarde ambos nos encontraremos en una pequeña tienda cerca de la playa.

—Elige el que te guste, todo corre a mi cuenta.

Miro a Alexandro y luego los trajes de baños.

—¿Todos los trajes de baños son tan descubiertos?

Le susurro a mi jefe mientras la chica que atiende me muestra varios pequeños conjuntos.

—Sí, he visto más descubiertos.

Responde sin dejar de mirarme extrañado.

—Para no levantar más sospechas elijo uno de tantos que la chica me mostró y me dirijo a un pequeño lugar para probármelos.

Luego de batallar con esa pequeña cosa varias veces salgo del vestidor.

—¿Cómo me queda? No creo que sea buena idea ponerme esto.

Alexandro me mira por más tiempo de lo normal y luego se suena la garganta.

—Sei bellissima, una vera dea. (Estás hermosa, toda una diosa)

Pronuncia en italiano haciendo que me derrita y que mi pobre corazón comience a latir con velocidad.

—¿De verdad me veo bien?

Me miro y observo toda la piel de más que estoy mostrando.

—Por supuesto, vamos.

Él paga y luego salimos con dirección a la playa que está a menos de un minuto.

Alexandro toma mi mano y entrelaza nuestros dedos.

—Hay muchas personas, no quiero que te pierdas.

Murmura y yo emocionada me pego más a él sin queja alguna.

Mientras voy a su lado me doy cuenta de la diferencia de altura entre ambos, Alexandro debe de medir un metro noveinticinco mientras que este cuerpo mide un metro setenta.

—He comprado protector solar para los dos, el sol de estos lugares son extremadamente calientes.

Dice y yo asiento sin comprender a qué se refiere.

(Si les gustan no olviden comentar... FELIZ NAVIDAD PARA TODOS 🎄🎄🎁)

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