Sergio Ruiz

Luciana solo puede hacerse la desentendida con el comentario de su padre y despedirse rápidamente.

-          Son detallitos papi, en fin, ya me voy a revisar todos los documentos, pues me espera un día ajetreado mañana y tú tienes cosas que hacer, así que ve tranquilo. – Sonríe Luciana despidiéndose de su padre con un beso en la mejilla que Dante adora, su princesa es la mejor del mundo para él.

La mañana llego muy rápida y una sonriente Luciana llegaba a la nueva sede de su empresa en el país del Norte, las cosas marchan muy bien, si todo va como debería en menos de un mes estarán inaugurando.

-          Buenos días directora Alame, espero haya tenido un buen viaje. – La saluda Bibiana su secretaria quien había viajado antes para preparar todo antes de la llegada de su jefa.

-          Hola Bibi, no seas tan formal, ¿Cómo va todo? – Pregunta Luciana feliz, su secretaria más allá de toso es una amiga para ella.

-          Debo ser formal en el trabajo o las personas pensaran que se pueden tomar libertades con usted. – Explica Bibiana a lo que Luciana asiente, pues tiene razón en el Sur era diferente todos sabían que Bibiana es una amiga cercana de ella, pero allí no, así que había que marcar reglas desde ahora.

-          Bien lo entiendo, bueno cuéntame.

-          Todo va según lo planeado, la remodelación está en marcha y todo va muy bien, de hecho, el arquitecto encargado del proyecto es el mismo Ceo de la constructora, al saber que era para usted se hizo cargo el mismo del trabajo. – Le cuenta Bibiana dejando sorprendida a Luciana, aunque imagina es por sus apellidos.

-          Vaya, de verdad que ser una Alama Alcalá tiene peso. – Sonríe, mientras Bibiana asiente, aunque de igual manera su jefa se ha hecho un nombre en este tiempo, así que también debe darse merito por ello. Pero antes de que diga algo escucho una voz masculina tras ella.

-          Debo decir que aun cuando sus antecedentes familiares son bastante impresionantes, yo vine aquí por usted, soy un completo seguidor de su trabajo, déjeme decirle que es impresionante, además ya gano su primer premio a tan corta edad y eso es aún más sorprendente. – Expresa el hombre que esta frente a Luciana luciendo bastante bien, pues es muy guapo y tiene una sonrisa encantadora, cualquier mujer se sentiría completamente alagada ante los elogios de tal hombre, pero Luciana está acostumbrada a ello, además su papá y su hermano son lo suficientemente guapos para opacar a muchos.

-          Perdón, ¿usted es? – Pregunta Luciana ante la repentina aparición del hombre.

-          Disculpe mis modales, me presento, mi nombre es Sergio Ruiz, Ceo de constructoras Ruiz y el encargado de este proyecto, es un privilegio conocerla en persona señorita Alame. – Se presenta Sergio como todo un caballero.

-          ¿Es usted hijo del presidente Ruiz? – Pregunta Luciana, pues Constructoras Ruiz es la más importante del país y su presidente es un arquitecto muy prestigioso, aunque ya bastante mayor que se presume se retirara pronto dejando a cargo a su único hijo.

-          Así es, mi padre es Emiliano Ruiz, presidente de Constructoras Ruiz, espero que mi trabajo este a la par del prestigio de mi familia. – Sonríe Sergio.

-          Yo creo que sí, es un placer director Ruiz, como ya sabe mi nombre es Luciana Alame y estoy bastante satisfecha con su sinceridad al hacerse cargo de este proyecto personalmente, no era necesario, confió en todos los empleados de Constructoras Ruiz, aun así, agradezco el gesto, con usted al mando no tengo ninguna preocupación. – Dice amablemente Luciana, es una mujer muy segura y elegante, además de respetuosa eso deja más que encantado a Sergio.

-          Bien señorita Alame, permítame guiarla para mostrarle los avances, si tiene alguna duda o sugerencia por favor hágamela saber, estaré más que encantando de cumplir con sus demandas. – Menciona Sergio manteniendo su encantadora sonrisa.

-          Le agradezco mucho, lo sigo.

Después de revisar toda la obra, Luciana dio algunas sugerencias que le parecían y Sergio más que dichoso acepto hacer los arreglos, una vez terminaron el recorrido, Luciana se despedía.

-          Director Ruiz, muchas gracias por su trabajo, ye debo irme, lo dejo seguir con su trabajo, imagino que también está ocupado.

-          Aunque tiene razón, estoy algo ocupado, aun así, este proyecto es prioridad para mí, además ya es la hora del almuerzo, le molestaría acompañarme a almorzar, de esa manera me da más ideas. – Sugiere Sergio con esperanza.

-          Lo siento, quizás en otra ocasión, mi papá me está esperando para almorzar y entenderá que no puedo llegar faltar. – Se disculpa Luciana, su padre es prioridad absoluta.

-          Oh claro lo entiendo, en otra oportunidad será, entonces no le quito más tiempo, adiós señorita Alame.

-          Hasta luego. – Se despide Luciana para subir a su auto e irse a almorzar con su padre como habían quedado.

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