capítulo 3

Josefina.

Susana vuelve a la oficina y mira a su hermana preocupada.

- hable con el señor Gustavo, y está de acuerdo, pero...

- pero que, Susana?, algún problema?

- hermana, no creo que el currículo de Josefina, sea el correcto, más indicando cuál fue su último trabajo, la recomendación de la responsabilidad de ambas, me lo advierte.

- y que hacemos?, Josefina, trabajó de eso.

- señora Susana, la entiendo, no se preocupe, ya llegará otro empleo. Además, si bien, era un antro, no hice nada ilícito, ni nada de que avergonzarme.

- no, por supuesto, además necesito que vengas, solamente, que nos tenemos que poner de acuerdo las 3 y ocultar esa parte de tu pasado, no creo que el señor Gustavo le agrade de que hayas trabajado en un bar y de copera.

- hablas de mentir?, sabes que no puedo.

- y yo tampoco, señora.

- hermana, sería una mentirita piadosa, y vos Josefina, es la única oportunidad que tenes para volver a tu país, además de estar alejada de aquí y que tus captores no te encuentren.

Nos miramos con la hermana superiora y luego a Susana.

- las entiendo, y créanme, lo que propongo es lo mejor, Josefina, sé que sos la indicada. Pero si el señor se entera, nos quedaremos en la calle, y vos hermana, no sé que pasará con tu puesto en el orfanato.

- está bien, accedo a "ocultar esta parte", no sé que pensás vos, Josefina.

- yo, no quiero perjudicar a ninguna, están siendo muy buenas conmigo, en ayudarme.

- entonces no se diga más, Josefina, toma, tus cosas, te venís a la mansión conmigo. Y vos hermana, arregla el currículo de Josefina, ponele que era vendedora de pan, y enviárselo, junto con la foto, al señor Gustavo.

En ese momento, no supe como actuar, no me parecía bien mentir, pero también era cierto que era la oportunidad para volver a mi país.

Entonces, fui a mi habitación, me puse la ropa con la que había ingresado y tome mi cartera con mí documentación, fui al patio a saludar a mis niños y abrace muy fuerte a Teresa, que lloraba como loca y me hizo llorar a mi también.

- fue poco lo que estuvimos juntas, y te voy a extrañar Fina.

- yo también a vos, en realidad, a todos.

Mirando a los niños. Me abrazaron todos, sequé mis lágrimas, me había encariñado mucho. La señora Susana veía todo y sonreía, cuando ya estaba cerca de ella, mis niños gritaron…

- TE QUEREMOS MUCHO FINA!!!

Yo solté un montón de besos de mis manos con una emoción inmensa, y me fui con la señora Susana. Me despedí también con un abrazo con la madre superiora, a la cuál, le agradeci mucho lo que hizo por mí. Cuando salimos de allí, nos esperaba un auto con chófer, el hombre era mayor, el cual se bajó y abrió las puertas, la delantera para Susana y la trasera para mi.

- buenos días, mi nombre es Julian, soy el chófer de la casa, tu nombre es?

- buenos días, mi nombre es Josefina.

- encantado, Josefina tus bolsos donde están?

- solo tengo lo puesto y mi cartera, si usted y la señora Susana, están de acuerdo, podríamos pasar por el hotel a buscar el resto.

- yo estoy de acuerdo, y vos Susana?

- también, ya que una vez que lleguemos, será complicado volver, la mansión queda lejos de la ciudad.

Así fue que pasamos por el hotel, ya no tenía la habitación, pero mis cosas habían sido guardadas en cajas, la señora Susana, pago lo que debía, ya que de otra forma, tampoco podría llevar mi ropa. Yo le prometí a la señora Susana que le devolvería el dinero, con mi primer paga. Después de eso, emprendimos un largo viaje, en el cual me dormí y que a las 2 horas, me indican que habíamos llegado.

Bajo del auto, y comienzo a ver, el lugar que se convertiría en mi hogar, por 6 meses o quizás mucho más. La casa era inmensa, rodeada de jardines, árboles y una piscina, también se observaba un círculo de concreto con una H inmensa en el centro.

- vamos Josefina, te presentaré a tus compañeros y luego a mi niña.

- señora Susana, no sería mejor que baje las cajas y las guarde?

- primero serán las presentaciones, Julián y Leandro, llevarán las cosas a tu habitación.

Entramos a la casa, tenía un living y un comedor inmensos, también una escalera enorme de mármol. La señora Susana, me mostró donde quedaba el baño, la cocina y también el escritorio del señor Gustavo, ahí, nadie debía entrar, ya que guardaba todos sus recuerdos, libros y cosas importantes de él y su mujer.

En la cocina, nos esperaban, una chica, de casi mi edad, se presentó como Manuela y un chico, muy buen mozo por cierto, Susana me dijo que era su sobrino, el cual se sonrió y se presentó como Leandro.

- hola, mi nombre es Josefina. Y seré la nueva niñera

- Hola Josefina, mi nombre es Leandro y soy el jardinero y mantengo la piscina lista para ser usada.

- yo soy Manuela, espero que seamos amigas y ayudo con la limpieza a Susana.

- bueno, ahora cada uno a su trabajo, Leandro, quisiera que ayudes a Julián, con las cosas de Josefina, llévenlas a su habitación.

- perdón, señora Susana, y yo que hago?

- querida, por empezar, llámame solo Susana, así como también a Julián, somos mayores, pero no convencionales. Tu día de trabajo comienza mañana, ahora te llevaré a conocer a Emilia, así toman confianza y tu tarea se facilite mañana y luego te acomodaras en tu habitación y descansaras, para poder estar espléndida desde temprano, aquí el día comienza a las 7 de la mañana.

- perfecto, entonces, donde está la dulce?

- espera a conocerla, luego le pondrás calificativos.

- todo niño es dulce, aunque lo esconda.

Subimos las escaleras, entramos a un pasillo enorme,la primerara puerta era mi habitación, la segunda, era la habitación de la niña, otra tercera, era la de invitados y luego la última, con puerta doble, era la del señor Gustavo.

- igual, él nunca volvió a dormir en esa habitación, desde que falleció su esposa.

- una pena, que tragedia la de esta familia y esta inocente.

- así es, bueno, llego el momento, aquí se encuentra Emilia.

Susana abre la puerta y allí estaba la niña jugando con un montón de juguetes que la rodeaban, levanta la vista y me mira muy directo a los ojos, se queda callada.

- Emilia, ella se llama Josefina y será tu nueva niñera

Veo que Emilia, solo se queda mirándome, sin ningún tipo de emociones.

- hola Emilia, me llamo Josefina, sos muy bonita y también parece que muy inteligente.

- te llamaré Jose, tu nombre es muy largo.

- en serio?, bueno como gustes, los niños que cuidaba me llamaban Fina.

- no me gusta, te llamaré Jose.

- está bien, entonces seré Jose. ¿A que jugabas Emilia?

- aquí con mis muñecas, jugábamos a la guerra.

- Guau, porque a la guerra?, es algo muy feo, que no debe ocurrir, que te parece si jugás a la maestra?, seguro que tenés muchas cosas lindas que enseñar?

- jugarías conmigo?

- claro, déjame acomodar algunas cosas y vengo a jugar.

- bueno, yo acomodo a mis juguetes y te espero, no tardes.

- OK dulce.

Susana me muestra que la habitación de Emilia y la mía, están conectadas entre sí, me lleva a mi habitación.

- estoy feliz, mi niña, nunca hablo así una niñera.

- que bueno, empezamos con el pie correcto.

- así es, en tu mesa, tenés una carpeta con una rutina de la niña, podes leerla ahora, pronto será su hora de merienda.

- de acuerdo, lo leeré rápido así voy a jugar con ella.

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