Capítulo 16: "La tensión del torneo"

El Reino del Norte vibraba de emoción mientras el torneo avanzaba. Las gradas del estadio principal se llenaban con el bullicio de espectadores, nobles y representantes de las tribus, todos observando atentamente las competiciones. Aunque Elein y su grupo sabían que la verdadera batalla no era solo en la arena, no podían evitar sentir la presión de representar a la Tribu Águila en cada enfrentamiento.

La reina había decidido seguir adelante con las festividades, manteniendo el torneo como un símbolo de unidad, pero para Elein y sus amigos, era mucho más que una simple competencia. Sabían que Peter, con su influencia oculta, no descansaría hasta obtener lo que quería, y el torneo se estaba convirtiendo en su escenario de poder.

La competencia en la arena

Aunque Elein no era conocida por su destreza en el combate, su habilidad estratégica y su liderazgo brillaban en los enfrentamientos. En la arena, los combates se llevaban a cabo con armas y destrezas, pero Elein optaba por usar su inteligencia en lugar de exhibir pura fuerza. Sus movimientos eran sutiles, evitando el ataque directo y buscando siempre un punto débil en sus oponentes.

—No puedo creer que aún sigas ganando sin mostrar todo lo que sabes, Elein, —comentó Lucas mientras observaba desde las gradas.

—No es el momento para arriesgarme demasiado, —respondió Elein, mirando a su siguiente oponente, un noble de la Tribu Lobo, con quien sabía que tendría que ser más cuidadosa.

Daniel, que competía en rondas separadas, se encontraba de pie entre los espectadores, observando en silencio. A pesar de la tensión, confiaba en que su hermana y el grupo sabían lo que estaban haciendo.

—Es admirable cómo logra mantener todo bajo control, incluso cuando los demás esperan más de ella, —comentó Elías, quien ahora formaba parte del grupo tras haberse ganado la confianza de Elein y sus amigos. Había demostrado ser un aliado valioso en las últimas semanas, y su astucia había ayudado en varios momentos clave.

—Lo importante es lo que pasa después de cada victoria, no solo en el combate, —respondió Daniel, sin apartar los ojos de Elein, que ahora estaba entrando en su siguiente duelo.

Las victorias y la manipulación de Peter

A medida que el torneo avanzaba, la habilidad de Elein para evitar enfrentamientos directos la mantenía invicta, pero muchos de los nobles y tribus comenzaron a preguntarse por qué no mostraba su verdadero potencial. Algunos de ellos la consideraban un enigma, y eso solo aumentaba la tensión en la corte. Mientras tanto, Peter seguía manipulando los enfrentamientos para asegurarse de que sus aliados fueran favorecidos.

—Está siendo mucho más astuto de lo que imaginábamos, —dijo Elías, observando a Peter desde un rincón del estadio. —Las reglas del torneo están siendo manipuladas a su favor. A medida que los duelos avanzan, sus aliados siempre están en las rondas finales.

Elein no podía dejar de observar cómo los enfrentamientos se desarrollaban. Sabía que, a medida que se acercaba la última ronda del torneo, Peter estaría más cerca de su objetivo. Usar la ceremonia final del torneo como fachada para su verdadera jugada sería solo el principio de su movimiento hacia el poder absoluto.

—Debemos adelantarnos a él. Si los nobles y las tribus se enteran de sus manipulaciones, perderá la confianza que tiene sobre ellos. —dijo Lucas, mirando el tablero de los combates con desconfianza.

—Pero necesitamos pruebas sólidas. No podemos simplemente acusarlo sin tener algo concreto. —respondió Elein, claramente preocupada por lo que pudiera estar en juego.

El último enfrentamiento

El día de la gran final del torneo llegó, y todos los ojos estaban puestos sobre los competidores más fuertes, incluidos Elein y los nobles favorecidos por Peter. Elein sabía que debía ganar, pero no por la gloria del torneo, sino para proteger lo que quedaba del reino.

La arena estaba llena de tensión. Elein no era la competidora más fuerte en cuanto a habilidad de lucha, pero sus movimientos precisos y su mente estratégica la hacían casi imparable cuando se trataba de derrotar a sus oponentes.

Durante el combate final, su oponente, un joven noble de la Tribu Lobo, fue mucho más fuerte físicamente, pero Elein sabía cómo jugar con su mente y paciencia. Evitaba cada uno de sus ataques, esperando el momento perfecto. Al final, lo derrotó con un movimiento de distracción sutil y una llave que lo inmovilizó en el suelo.

El público estalló en aplausos, pero Elein sabía que no era solo la victoria en la arena lo que importaba, sino la batalla que se libraba fuera de ella.

—Lo hiciste bien, Elein, —dijo Daniel, acercándose a ella con una sonrisa aprobatoria.

—Solo hice lo necesario, —respondió ella, mirando a su alrededor. —Pero esto no ha terminado. El torneo es solo un escenario. Lo que realmente importa es lo que Peter planea hacer después de esto.

La estrategia contra Peter

Esa noche, el grupo se reunió en su habitación privada para discutir lo que había observado durante el torneo. La reina había quedado impresionada por la victoria de Elein, pero el verdadero desafío aún estaba por delante: debían encontrar una forma de detener a Peter antes de que pudiera hacer su jugada final.

—Peter no descansará hasta conseguir lo que quiere. La ceremonia final del torneo le dará acceso a los fragmentos del Fénix, y usarlos podría significar la ruina del reino. —dijo Elein, mirando el medallón del Fénix, cuya luz parecía intensificarse en sus manos.

—Entonces debemos detenerlo antes de que llegue a ese punto. Necesitamos pruebas de que está manipulando el torneo y reunir aliados para exponer su plan. —comentó Elías, quien había demostrado ser un observador astuto.

—Lo haremos, pero debemos actuar con cautela, —dijo Daniel, su mirada fija. —Si mostramos nuestras cartas demasiado pronto, podría ser nuestro final.

El último movimiento

Elein miró al grupo con determinación. Sabía que la batalla en la arena solo era una pequeña parte de la lucha real. Peter estaba cerca de completar su plan, y aunque la victoria de hoy había sido importante, el verdadero desafío era asegurarse de que el poder del Fénix no cayera en las manos equivocadas.

—Hoy ganamos la competencia, pero mañana será la verdadera prueba. —dijo Elein, apretando el medallón en su mano.

El grupo asintió, sabiendo que lo que venía sería mucho más grande que cualquier torneo o combate. Estaban listos para enfrentarse a lo que el destino les tenía preparado.

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