Capítulo XIX Verdades ocultas

Punto de vista de Maximiliano

El pasado será desenterrado y la verdad sobre lo ocurrido en aquellos años al fin saldrá a la luz. Tuve que dejar que mi hijo se casara con esa muchacha para poder brindarle protección a ella. Ahora que se que quien realmente es Veronica Méndez es mi deber protegerla. Aún recuerdo cuando Carlos Méndez vino a mi a pedir un compromiso entre nuestros hijos. Esa fue la oportunidad perfecta para empezar a desenredar esa red de mentiras que creo ese nefasto hombre.

Pov

“Mi viejo amigo, tiempo sin saber de ti”, la visita inesperada de Carlos me sorprendió.

“Así es, tenemos mucho tiempo sin estar en contacto, por eso me sorprende tu visita”, dije en un tono amable.

“Se que la última vez que nos vimos las cosas terminaron muy mal, pero esas son cosas del pasado y todo fueron malos entendidos”, respondió Carlos con la misma hipocresía que siempre lo había caracterizado.

“Nunca entendí por qué tu y mi hermano no se llevaban bien, pero bueno el pasado hay que dejarlo enterado y seguir adelante”, dije despreocupado.

“Así es mi buen amigo, todo fue una cadena de malos entendidos. Por eso vine para limar las asperezas y lograr unificar nuestras familias”, la sonrisa de Carlos trasmitía terror. Algo estaba planeando ese hombre y era hora de saber que era.

“¿Dime cómo piensas arreglar las cosas?”, pregunté por curioso.

“Quiero que nuestros hijos se casen, se que ellos pueden acabar con todo lo que paso hace años”, dijo él muy descarado.

“No creo que esa sea una solución, mejor dejemos las cosas así“, respondí con determinación.

“Entonces tendré que casar a mi hija con un asqueroso viejo. Es la segunda opción que tengo”, dijo él muy desvergonzado.

“Estas hablando de tu hija, como puedes decir esas cosas”, regañe al infeliz de Carlos.

“En realidad esa bastarda no es mi hija. Me enteré hace poco que ella es la hija de tu hermano Emiliano. Por eso he venido a ti. Se que él no es tu hermano de sangre, pero lo quieres como tal y por eso te propongo que a cambio de esa muchacha me ayudes a salir del atolladero económico en el que me encuentro”, dijo con descaro.

“Eso es imposible, mi hermano no tiene hijas, él solo tiene a Sebastián; su hijo mayor”, respondí incrédulo ante las palabras de Carlos.

“Estás equivocado, resulta que él y mi mujer tuvieron una aventura de la cual resultó Veronica, todos estos años creía que ella era mi hija, pero ahora me enteré que nunca podré tener hijos, así que pensé: ¿por que no sacarle provecho a esta situación, ustedes recuperan a su bastarda y yo me quedo con mucho dinero?, digo bastante que invertí en ella”añadió en sinvergüenza este sin escrúpulos.

“¿Cómo se que lo que dices es cierto?”, pregunté dudando de su palabra.

“Es fácil de probar, aquí tienes cabello de mi querida hija, puedes hacerle la prueba de ADN, pero hazlo rápido, ya que Wilfrido Izbague la quiere para él y me esta ofreciendo mucho dinero por ella”, Carlos se levantó ybse fue sin decir una palabra más. Mientras yo me quede en mi oficina pensando en lo que estaba pasando.

Mire con determinación el sobre que me acaba de dar él desnaturalizado de Carlos, no sabía si creer en sus palabras o simplemente ignóralo. Pero algo me decía que investigara más a fondo esta situación.

Como pude logré conseguir ADN de la joven y lo mandé a analizar junto al de mi hermano. Y tal como había dicho el poco hombre de Carlos, resultó que Veronica si era mi sobrina. Así que le pedí a mi hijo que se casara con ella aprovechando que él estaba mal por la traición de la tal Amanda, quien nunca me cayó bien.

Mi hijo aceptó y una vez se casó con Veronica le di suficiente dinero a Carlos para que nos dejara en paz. Ahora la joven estaba en mi familia y haría lo que fuera para protegerla. Ahora me preocupaba que Aureliano era muy volátil y sabía que Veronica no era de su completo agrado. Por eso lo envié a la isla supuestamente por trabajo, pero su expresión cuando se lo pedí fue de alegria, él estaba feliz de pasar tiempo a solas con Veronica. Al fin veía una luz en toda esta maraña de mentiras.

Fin del recuerdo

Necesitaba que Aureliano volviera a la casa con Veronica, pienso que llevo el momento de decirle a Emiliano quien es realmente esa muchacha, pero todo debe ser en secreto, ya que si Carlos se entera de que mi hermano conoce la verdad podría arremeter contra nosotros.

Así que lo llame y le pedí que nos viéramos, al principio se rehusó, pero al tenerme tanto respeto termino aceptando. Lo cite en la casa donde tendríamos total privacidad. Era hora de aclarar las cosas y que él supiera que tenía una hija de la mujer que amo con el alma.

“Y bien ¿para qué me llamaste?”, dijo con molestia notable en su tono de voz.

“Por favor hermano no estes a la defensiva, yo solo quiero hablar contigo y que entiendas las razones por la cual acepte ese matrimonio”, dije con determinación.

“Sabes que no me importan tus razones, al final de cuentas Aureliano es tu hijo y mayor de edad él puede casarse con quien quiera”, respondió Emiliano enojado.

“Escúchame y luego da tu opinión. Solo te pido eso”, hable con firmeza.

“Habla rápido, no tengo todo el día”, respondió sin más opción que escucharme.

Empecé contándole sobre la visita de Carlos a mi oficina hace más de dos meses. Le dije que quería vender a Veronica y que su mejor opción era nuestro hijo, pero que había alguien más dispuesto a pagar por ella.

“¿Qué tiene que ver eso con nosotros?, si me duele mucho lo que esa ponre joven estaba pasando, pero sacrificaste la felicidad de tu hijo por una muchacha que ni siquiera conocías”, dijo Emiliano frustrado.

“No la conocía, pero algo me hizo cambiar de opinión. Ya que resulta que Veronica es tu hija”.

Emiliano quedó como piedra, sus ojos se fijaron en mí y su rostro se puso pálido. Estaba en shock ante mi revelación.

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