Capítulo XVI Sueños compartidos

Punto de vista de Aureliano

Después de una noche maravillosa, bajamos al comedor a desayunar antes de irnos. Veronica se veía más hermosa que antes, sus ojos brillaban con intensidad y su sonrisa era genuina, ya se veía que no estaba fingiendo y que le gustaba estar a mi lado.

Al recordar su entrega de la noche anterior me hizo sentir calidez en mi pecho, verla y sentir como disfrutaba cada una de mis caricias me hacía sentir una inmensa felicidad.

Además de nuestra pequeña conversación en la cama, ella era muy inocente y no sabía diferenciar el amor del deseo, por lo que me dijo supe que estaba sintiendo algo más por mi, pero ella debía descubrirlo por si sola.

“Buenos días, señores”, saludo Marta amablemente.

“Buenos días, Marta”, saludo Veronica con una sonrisa.

“Buenos días”, respondí distante.

“Espero les guste el desayuno”, respondió Marta volviendo a la cocina.

“Me gustaría que cuando volvamos a casa empieces tus estudios, quiero que hagas lo que te gusta”, comente con seriedad.

“¿Es en serio?, ¿no te molesta que yo estudie?”, pregunto incrédula.

“Ya lo habíamos hablado, y cuando doy mi palabra la cumplo”, dije mirándola fijamente a los ojos.

Ella sonrió genuinamente, se puso de pie y se sentó en mis piernas dándome un tierno beso. “Gracias por no cortarme las alas”, dijo murándome a los ojos.

“Quiero que vueles alto y te demuestres a ti misma que eres capaz de hacer lo que te propongas”, dije sinceramente.

Marta volvió al comedor y Veronica sonrojada volvió a su silla, comimos entre platica y miradas cómplices. Al terminar fuimos por nuestras cosas y subimos al auto que nos llevaría al pequeño aeropuerto, volveríamos a la realidad con el sueño de seguir construyendo nuestro camino juntos.

Al llegar a la ciudad Veronica encendió su teléfono, ella quiso desconectarse del mundo exterior, según quería tener paz y disfrutar del viaje, yo si estaba en contacto con los demás, pues tenía trabajo y tenía que coordinar desde la isla.

Vi que su rostro cambió cuando empezó a leer los mensajes, se veía triste y distante; sin embargo, no la vi responder uno solo de esos mensajes.

Suspiro profundo y guardo su teléfono. “Necesito cambiar de número”, susurro para sí misma.

“Puedo ayudarte con eso”, sabía que ella quería alejarse de su pasado y con gusto la ayudaría.

La lleve a mi apartamento, quería que cuando viviéramos en nuestra propia casa fuese ella quien la escogiera, así que por el momento viviríamos en el apartamento.

“Espero te guste y si quieres hacerle algún cambio sinente libre de hacerlo”, dije tomándola de la mano.

“Necesita el toque femenino, pero me gusta, ya que se parece a ti”, respondió mientras miraba a su alrededor.

“Siente libre de hacer lo que quieras, ahora ven te voy a mostrar nuestra habitación”, la lleve a conocer el apartamento y por supuesto nuestra habitación, la cual era bastante amplia decorada con colores sobrios, me gustaban las cosas así, me hacían sentir cómodo.

“¿Te gusta?”, pregunté abrazándola por la espalda.

“Me parece perfecta”, respondió dándose la vuelta y besándome en los labios.

“¿Ya quieres probar la cama?”, pregunté con picardía.

“Si, pero para descansar”, dijo rodando los ojos.

“Esta bien, ve a descansar, yo necesito ir a la oficina. No voy a tardar”, le di un beso en la frente y fui a buscar ropa para cambiarme, no podía ir viéndome con ropa de playa.

Cuando salí del armario encontré a Veronica dormida, se veía tan bella, que me provocaba quedarme a su lado; sin embargo, el deber me llamaba y me tocó ir a la oficina.

Salí del apartamento dejándole una nota en la mesita de noche a su lado, vi su teléfono y por unos instantes tuve curiosidad por saber quién le había enviado que le hizo cambiar su expresión, pero eso no era leal, así que deseché esa idea y salí de la habitación.

Llegue a la empresa y los empleados me saludaron y felicitaron al mismo tiempo por mi matrimonio, llegue a mi oficina y ya mi padre me estaba esperando.

“Hijo, al fin regresas”, dijo él dándome un fuerte abrazo.

“Sabias que es proyecto de la isla me tomaría tiempo, además aproveche para hacer mi luna de miel”, respondí sentándome en mi silla.

“¿Cómo te fue con tu esposa?, te veo diferente, hay un brillo especial en tu mirada”, pregunto con curiosidad.

“Veronica es maravillosa, no fue tan mala idea aceptar ayudarlos”, respondí con sinceridad.

“Se que ella es una buena chica, y también se que ha sufrido mucho, por eso te pido que no la lastimes”, comentó mi papá dejándome con algunas dudas.

Después de esa pequeña conversación nos centramos en el trabajo, habían documentos que revisar y clientes que atender. Además el proyecto de la isla no era el único que teníamos en puerta, también estaban otros en la ciudad. El negocio familiar era muy próspero y ahora tenía que trabajar mucho más, ya que quería que Veronica viviera como una reina.

Era tarde cuando recibí la llamada de mi esposa. “¿Donde estas?, es muy tarde”, me dijo sonando preocupada.

“Ya voy para el apartamento, no te preocupes”, respondí con dulzura.

Colgué la llamada y salí directo para el apartamento, no quería estar un minuto más lejos de Veronica ella se había vuelto lo más importante en mi vida.

Al llegar al apartamento, el olor de comida recién preparada inundó mis fosas nasales, camine a la cocina y encontré a mi esposa en ella.

“Huele delicioso”, cómete asustándola. “perdón no quise asustarte”, camine rápido hasta donde ella estaba dándole un abrazo.

“No te preocupes, estaba muy distraída y no me fijé que habías llegado”, respondió con cariño.

“Te tengo un regalo”, le dije entregándole una caja envuelta en un papel elegante.

“Gracias, no debiste molestarte”, dijo abriendo el regalo.

“Quiero bajarte la luna y las estrellas, así que déjate consentir”

Le había comprado un nuevo teléfono, uno de última generación y con número nuevo también. “Espero te guste”, comente acarícienos sus mejillas.

“Esta muy bonito, pero es demasiado. Yo solo necesito llamar y enviar mensajes”, dijo apenada.

“Ahora que empieces la universidad, necesitarás algo más que eso que dices”.

Nos fuimos a cenar juntos, Veronica tenía talento en la cocina, ella llegaría lejos si seguía su sueños, espero estar ahí con ella en ese momento.

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