Capítulo 18

El eco de sus palabras en la conferencia de prensa sigue resonando en mi cabeza. Enfrenta a la multitud con la calma que lo caracteriza.

-¿Mantienes una relación con la idol Jung Suk? -pregunta una reportera.

Chris no parece inmutarse y responde con cautela y seriedad.

-No es así, solo somos compañeros de la misma agencia.

-Entonces, ¿no son ni amigos? -insiste un periodista incrédulo.

-No, aunque no habría problema si lo

fuéramos, pero solo nos hemos visto dos o tres veces -responde Chris con firmeza.

-No son amigos, pero fueron vistos juntos -añade otro hombre al micrófono con un tono pícaro.

-Solo ha sido por trabajo -responde tajante-. Quiero dejar las cosas claras -continúa, su voz firme-. Sé que los idols muchas veces son vistos con compañeros del medio, pero eso no significa que lleven una relación. Además, especular de manera premeditada es grosero. Les pido respeto, no solo por mí, sino también por mi compañera, que es una dama.

Sus palabras suenan naturales, pero el regaño implícito es evidente.

En la sala de conferencias parece reinar un silencio absoluto. Incluso nosotros, detrás de la pantalla, llegamos a pensar que había un problema con el audio.

-Entonces, si no es ella, ¿quién es la afortunada de ser la novia del líder de la banda? -una reportera rompe el silencio con una pregunta inesperada.

La cara de Chris muestra sorpresa por una fracción de segundo. No se esperaba esa pregunta.

Incluso yo, desde el sofá de mi casa, arrugo los dedos de los pies de puro nerviosismo. Los periodistas siempre encuentran la forma de incomodar.

-Ya tienes 30 años. ¿Cuándo nos darás la sorpresa de un noviazgo? -otra pregunta lo arrincona aún más.

Chris agacha la mirada, parece pensar su respuesta. Después de unos segundos, suelta una risita baja y niega con la cabeza.

-De verdad quieren verme casado, ¿eh? -ríe suavemente-. Les prometo que, el día que llegue a comprometerme, ustedes serán los primeros en saberlo.

Se levanta con un aire de comodidad, dando fin a la conferencia.

-Muchas gracias por su tiempo y sus preguntas -hace una reverencia y sale del plano de la cámara.

Después de escuchar esas últimas palabras de Chris, todos en la sala quedamos en silencio, analizando sus declaraciones. Nadie dice nada. Cada uno parece procesar lo sucedido a su manera.

No puedo dejar de pensar en cómo esquivó las preguntas, y en lo rápido que cambió de tema. Chris siempre sabe cómo salir de los problemas, pero esta vez su reacción me deja con una sensación extraña.

Hyunjin es el primero en romper el silencio:

-¿Qué demonios fue eso? -pregunta con el ceño fruncido.

-Sí -añade Jeongin-, es como si quisiera aclarar que no tiene nada con Jung Suk.

-Estoy de acuerdo -dice Lee Know, dirigiéndome una mirada sospechosa-. Areum, ¿tú sabes algo?

Casi me ahogo con mi propia saliva.

-¿Qué? ¿Por qué me preguntas a mí? -respondo a la defensiva.

-Porque últimamente parecían inseparables. -Seungmin me mira con seriedad.

Sus palabras me toman por sorpresa. ¿Se habían dado cuenta?

Empiezo a ponerme nerviosa.

-Tampoco es para tanto -interviene Han, intentando aligerar el ambiente-. Seguro no es nada, solo cosas de los medios.

-Pero el CEO está involucrado ahora -dice Hyunjin, preocupado.

-Siempre nos ha dicho qué hacer, pero jamás a este nivel -comenta Felix-. ¿Qué va a pasar ahora? Chris desobedeció directamente al CEO.

La angustia en sus palabras aumenta mi preocupación por Chris.

¿De verdad estará bien? ¿Por qué tiene que cargar con todo esto solo?

Me retuerzo los dedos de puro nerviosismo.

-Chris siempre sabe lo que hace -dice Changbin, cruzando los brazos-. Aunque no lo parezca, todo lo planea.

-¿Y si esta vez no fue suficiente? -pregunta Jeongin, bajando la mirada-. ¿Y si esto se sale de control?

La presión en la sala es insoportable. Me levanto sin decir nada y salgo al comedor. Necesito respirar, pensar.

La impotencia me consume. Saber que el futuro de Chris, su vida laboral y personal, está en manos de alguien como el CEO me enoja. Él no ve a las personas, solo a los números.

Después de la conferencia, los chicos intentan comunicarse con Chris. Varias llamadas terminan en el mismo buzón de voz. Cada vez que Jeongin, frustrado, dice "No contesta", siento que me asfixio un poco más.

Finalmente, tomo mi teléfono. Tal vez, si yo lo llamaba...

Pero tampoco contesta.

-Hola, soy Chris. Deja tu mensaje después del tono.

El pitido me saca de mis pensamientos. Mi garganta se cierra, y termino colgando sin decir nada. Tal vez era mejor así.

Por la noche, los chicos finalmente logran contactarlo. Jeongin, que contesta al principio con impaciencia, suaviza su tono poco a poco.

-Sí, estamos bien... pero... ¿y tú?

No escucho la respuesta de Chris, pero parece que logró tranquilizarlo. Siempre lo hace, aunque sus palabras suenen vacías.

Prefiero no acercarme. Me quedo en mi rincón, mirando las estrellas a través de la ventana.

...............

Los días siguientes no mejoran. Pasar tanto tiempo cuidando a mi madre me está drenando. La amo, pero estas paredes me asfixian. Intento distraerme ayudando a los chicos: Hyunjin me pide revisar letras con él, Felix consulta estilos conmigo. Pero nada calma mi mente, que va a mil por hora.

Una tarde, mientras estoy sentada en el balcón viendo el cielo teñirse de naranja, Moobin aparece con dos bebidas en la mano.

-Te traje esto. Siempre tomas lo mismo, ¿cierto? -dice con una sonrisa.

Levanto la mirada y tomo el vaso, devolviéndole una sonrisa débil.

-Gracias.

Se sienta a mi lado, en silencio, como esperando que diga algo. Pero no lo hago.

-Podemos quedarnos en silencio o hablar, lo que prefieras -rompe el silencio con suavidad.

-Estoy bien, Moobin, de verdad -suspiro.

Ni yo misma me entiendo.

-Si me necesitas, aquí estoy -añade antes de levantarse, poniendo su mano sobre la mía un momento.

Su gesto me conmueve. Asiento en silencio, sin mirarlo.

..................

Dos días después, mientras Jeongin y yo vemos televisión, me lanza una pregunta inesperada:

-¿Ha pasado algo con Chris?

Mi corazón da un brinco. Lo miro rápidamente, pero su expresión no revela nada.

-¿Cómo qué? -intento sonar casual.

-No lo sé, por eso pregunto. Desde que se fue, estás rara.

Su tono serio me pone nerviosa. Prometí que le diría si algo pasaba.

Golpeo su hombro para aligerar el ambiente.

-No ha pasado nada, relájate.

Pero mi risa se corta en seco cuando la puerta se abre de golpe.

Lo veo entrar, y mi cuerpo entero se tensa.

-Hola -dice Chris con una voz casual, como si nada hubiera pasado.

Intento contestar, pero las palabras no salen. Las emociones que luché por ignorar estos días me golpean de lleno.

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