Maximiliano
Seguimos conversando del proyecto mientras íbamos caminando hacia donde Jhoana tenía estacionado su auto, me pareció muy extraño que su guardaespaldas no estuviera con ella, pues él no la deja sola ni a sol ni a sombra, pero ella me lo dijo simplemente sin tener que preguntarle...
- Sí, como mi hermano estaría conmigo no vi ningún inconveniente en darle el permiso a mi compañero.
- Compañero?
- Bueno, es que a mí no me gusta decirle mi guardaespaldas. Sabe Señor Relish? Eso me hace sentir como si siempre estuviera en una jaula... --hace señas con sus manos mientras trata de explicarme-- es algo incómodo tener siempre a alguien detrás de ti, pero de cierto modo ya me acostumbré a Fred.
- Claro! --ella habla y habla, me parece algo raro, pero no me siento nada aburrido de esta conversación, esto me ayuda a conocer un poco más de esta encantadora mujer--
- Pero mi papá es un poco temático con lo de nuestra seguridad.
- Es entendible, tu eres su tesoro...
- Oh! No puede ser? --dice con una gran expresión de asombro al ver dos cauchos de su auto espichados-- Justo hoy que Fred no está y justamente son dos... --dice mientras los señala con una mano y con la otra teapa su boca--
- Bueno eso le pasan a las zorras como tú. --no sé de dónde carajos salió está mujercita señalando y encimandose hacia Jhoana, acción que evito rápidamente, pero lo que no me puedo creer es que ella me halla seguido hasta aquí, aunque a decir verdad no se que es lo que me extraña tanto si de ella se puede esperar cualquier cosa--
- Perdón? Creo que no la escuché bien? Usted me está diciendo zorra a mi? --dice Jhoana con su hermosa cara de incredulidad pues creo no haber escuchado bien y yo tampoco--
- Si, a ti estúpida, mosquita muerta...
- Zulay es mejor que te disculpes con la señorita --no había volteado a verle bien la cara a esta loca mujer cuando ya estaba bastante molesto por tal atrevimiento--
- Qué, Max la vas a defender?
- No tengo por qué estar escuchando esto, señor Relish luego me comunico con usted.
- Para donde crees que vas estúpida? --Zulay la agarra del brazo--
- Suélteme señorita, respete que yo a usted ni la conozco.
- Zulay suéltala. --digo con voz severa, antes de que se me vuele un tapón y no se cómo va a terminar todo este espectáculo--
- Qué, te duele tu amante? --Jhoana me mira con esos ojitos aguados, varias personas que pasan por el lugar nos quedan mirando--
- No entiendo que está pasando aquí --Jhoana logra soltarse del agarre de Zulay-- Pero que le quede bien claro señorita...
- Señora Relish, yo soy la esposa...
- Porque no haz querido firmar el divorcio... --Zulay volteo a verme con esa cara de loca-- Y ya, Zulay se acabó está estúpida discusión, discúlpate con la señorita Jhoana.
- No quiero... --respire profundo, está mujer me colma la paciencia--
- Señor Relish no se preocupe...
- Sí me preocupo, tu auto tiene los cauchos espichados --mientras miro de reojo a Zulay y ella simplemente suelta una gran carcajada--
- Ya llamo a mi papá para que lo solucione... --dice Jhoana al tratar de abrir su cartera--
- Ay! La niña tiene que llamar a papi para que le pueda solucionar --Zulay lo decía en tono de burla y Jhoana le dio una mirada tan penetrante que no se como explicar, es primera vez que la veo con esa expresión--
- Sabes? Eres una mujer insoportable... --fue lo último que dijo antes de meterse al auto, la vi marcando en su teléfono, Zulay de verdad parece que le faltan varios tornillos porque luego le estaba sacando la lengua y haciendo unas ridículas morisquetas--
- Cuidado con la niñita de papi...
- Zulay déjate de ridiculeces y vete. Tú y yo no cabemos en el mismo lugar --le digo al oído-- y no es por mi, sino por ti, recuerda que tú lo quisiste así...
- Maximiliano! Mi amor te he extrañado tanto! --me dice con esa melosa voz que ahora me desagrada totalmente--
- A otro estúpido con ese cuento...
- No digas eso mi amor --dice mientras trata de acariciar mi pecho, pero la agarro de las manos y trato de ser delicado con ella porque luego no quiero recibir una denuncia por maltrato, aunque debería para así agilizar la firma del divorcio, pero no le daré el gusto porque seguramente es lo que esta buscando para luego quedarse con lo que tanto tiempo y esfuerzo me costó conseguir; de manera inconsciente no puedo evitar mirar hacia el auto de Jhoana, pero ella parece no prestar atención a lo que sucede con Zulay--
- ¿Qué es lo que estás buscando Zulay? Aparte de dañar cada momento que estoy feliz sin ti.
- Max mi amor, como puedes decir eso? Si tú y yo somos los mejores amantes...
- Ja, ja, ja, Zulay no me hagas reír por favor... ¡Ah! Claro se me olvidaba que tú eres experta en el tema de los amantes, pero sobre todo cuando los llevas a casa...
- Max eso ya es pasado, mi amor te juro que solo te amo a ti... --mientras trata de acariciar mi cara y mi pecho, pero esquivo muy rápido sus manos--
- No me jures nada Zulay, hazme el favor de no tocarme...
- Por qué mi amor? Si tú sabes que eres lo más importante para mí... --ya Zulay parece un chicle vencido de lo pegajosa que esta--
- ¿Yo? Creo que la respuesta perfecta es mi dinero y todos los beneficios que tenías de este matrimonio. ¿Cuando piensas firmar los papeles del divorcio?
- Ya te dije que no pienso firmar...
- Perfecto, entonces déjame decirte que fue una muy mala idea de tu parte al seguirme hasta aquí.
- Cómo? --o está mujer es algo tapada para no decirle bruta o se la da--
- ¡Fácil! Zulay te aconsejo que te regreses por dónde viniste y no me busques más...
- Pero Max... --no le prestó atención a lo que me dice Zulay cuando noto dos autos negros estacionar cerca del auto de Jhoana, pero ella sale a hablar con uno de los hombres que llegaron mientras le muestra el lado del auto con los cauchos dañados y luego se sube a uno de los autos-- Max, te estoy hablando! Max --me habla un poco más fuerte--
- Zulay no me hagas colmar la paciencia y ya lárgate de mi vista --subo a mi auto, ella da la vuelta y trata de entrar, pero yo simplemente arranco el auto y la dejo allí. Así como llego que se regrese--
Al llegar a mi departamento llamo a Jhoana para saber si está bien, me quedé tranquilo al saber que eran los hombres de su padre los que la fueron a buscar y luego llame a mi abogado porque esta no se la voy a dejar pasar a Zulay.
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